La eliminación de la fe se consiguió apagando un grupo de neuronas mediante una TMS -técnica de estimulación magnética transcraneal-; dicho procedimiento se emplea comúnmente para tratar la depresión mediante la colocación de una bobina en el cuero cabelludo que estimula las células nerviosas involucradas en el control del estado del ánimo.
Así se realiza un tratamiento de TMS
La finalidad del estudio era buscar una manera -científica- de atacar la xenofobia [rechazo a los extranjeros].Durante la prueba la mitad de los voluntarios recibieron una estimulación falsa de bajo nivel -cosa que no afectó sus percepciones sensoriales- mientras que la otra mitad recibieron una carga que logró disminuir la actividad en la zona cerebral.
Posteriormente se les preguntó lo que pensaban acerca de la muerte, luego se les cuestionó acerca de sus creencias religiosas y finalmente se les pidió que hablaran acerca ede sus sentimientos hacia los inmigrantes.
Los resultados, publicados en la Social Cognitive and Affective Neuroscience, fueron contundentes: en las personas en donde la región cerebral específica se cerró -temporalmente- se reportó casi treinta y tres por ciento menos su creencia en Dios, los ángeles, o el cielo.
Por su parte, de este segundo grupo, un treinta por ciento se mostraron más tolerantes hacia inmigrantes que hubieran hablado mal del país del voluntario.
Los temas no fueron casuales.
Se acudió al nacionalismo porque por lo regular el cerebro identifica un ataque a los valores del grupo al que se pertenece como amenaza; mientras que se recurrió a la muerte y la religión porque ante la amenaza que representa la muerte las personas tienden a buscar consuelo en la religión.
De lo anterior, algunos sitios como el blog amigo De Avanzada, concluyen que con el estudio se demuestra que la religión es un mecanismo mental de defensa incompatible con el grado de evolución actual.
¿Será?
Es interesante que lentamente se llega al hecho de que el pensamiento religioso, como sostiene la teología, es un proceso humano, natural a éste.
Vemos como, en resumen, aunque solemos ligar proceso mental con patologías o desórdenes, se demuestra que creer en algo superior [llámese dios u otro tipo de ente] es algo innato en el ser humano, un proceso que surje en el inconscientemente del hombre.
Sí, es verdad, los científicos de la UCLA y York refieren que atacando la parte del cerebro que responde ante las amenzas se deja de creer en dios pero el estudio no es contundente -apenas un treinta por ciento se vio afectado- por lo que, quizás, dicha zona cerebral no sea únicamente empleada para responder al sentirse en peligro.
A su vez vemos cómo el creer en Dios [ahora sí con mayúsculas] más que ser fruto de una elaboración humana -aunque con la teología se toma/crean conceptos- es una respuesta mental-natural del organismo humano.
Aclaro, al hablar de creencia en Dios lo enfoco no tanto con el concepto Abrahámico -el monoteísmo y demás son ya elementos conceptualizados, trabajados y fruto de reflexiones/adhesiones humanas- sino al hecho de responder de una manera u otra al concepto de un Creador.
Habrá que ver qué más logra decirnos la ciencia.
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La imagen que ilustra el artículo la obtuve en MemeCrunch
Supe del estudio gracias a Conecti.ca Gracias por leer y seguir al bLog de miguE.