Los seres vivos están hechos principalmente de carbono, hidrógeno y oxígeno, unidos por enlaces de alta energía.
Durante la era de los comedores de roca el carbono se encontraba, igual que hoy en día en forma de dióxido de carbono, la especie química de menor energía del carbono, extremadamente estable y difícil de modificar.
El hidrógeno estaba almacenado en enormes fuentes líquidas de un oxido denominado monóxidode dihidrógeno, el cual posee propiedades de ácido y base simultáneamente, es decir AGUA.
Uno podría decir que allí estaban ya los componentes básicos de la vida, pero la cuestión no es tan simple, pues una cosa es tener los materiales de construcción y otra cosa tener el dinero para financiar la construcción. Esto es válido tanto para el origen de la vida como para la vida actual, aun cuando los materiales inorgánicos estén a la mano se necesita una forma de “activarlos” a estados de energía mayores, es decir se requiere energía.
En esta época la fuente de energía sería la roca misma, de la cual puede extraerse electrones de alta energía, los cuales alimentarían a las células para poder realizar las modificaciones de estos óxidos de baja energía.
Sin embargo, todo producto de la roca es por naturaleza no renovable, lo cual implica que las colonias de seres vivos comedores de roca llegarían a puntos de competencia muy rápido. Al ser los recursos no renovables, los nutrientes del ambiente se estarían rápidamente, por lo que mutaciones que conllevaran a la explotación de los óxidos básicos mediante fuentes de energía alternativas se convertiría en algo realmente útil.
Nótese que en este escenario es la roca misma la que cumpliría las primeras funciones de los portadores de electrones como FAD, NADP y NAD, y que estas dos moléculas extraerían sus electrones de la roca misma una vez fueran implantados, algo que debería haber sucedido incluso antes del nacimiento de la misma célula. Una vez protonados en sus formas ácidas como FADH2, NADPH y NADH, los portadores de electrones pueden impulsar la síntesis para generar formaldehido a partir del dióxido de carbono y otras reacciones de reducción de manera independiente y/o paralela al ATP.
Posteriormente lo que comenzó como un proceso “corriente arriba”, desde los minerales a los portadores de electrones, podría haberse invertido con algunas modificaciones “corriente abajo” con el desarrollo de la fermentación en algunas bacterias que empezaran a tener un modo de vida heterótrofo.
En un ambiente atestado de productores quimiolitotrofos, la habilidad de consumir los desechos de un vecino muerto, o de matarlo y consumir los materiales ya sintetizados por él, se convertiría en una ventaja. Las modificaciones de su metabolismo harían que en lugar de generar energía a partir de los electrones de los minerales, lo harían a partir del material orgánico, un metabolismo de este tipo sería la glucólisis.
La glucólisis presentaría una desventaja y es el secuestro de los portadores de electrones, especialmente el NAD, lo que significaría el abandono por parte de esta célula de los electrones de alta energía almacenados en la roca.
En tal caso, las bacterias que pudieran generar nuevos portadores de electrones, o aprovechar tras fuentes de electrones para sus síntesis orgánicas tendrían una ventaja sobre las demás. PRINCIPAL REGRESAR