Tenemos hoy la oportunidad de hablar de un proyecto liderado por dos músicos de muy larga trayectoria pero que no son precisamente de esos conocidos por todo el mundo. Se trata de Jorge Cabadas y Miguel Gil quienes hace alrededor de un lustro decidieron unir fuerzas y fundar Enessima. Ambos cuentan con un envidiable currículo desde el punto de vista académico y con una extensa experiencia en todos los campos de la música, desde la composición a la interpretación pasando por la enseñanza o por el terreno teórico, casi moviéndose por las zonas más experimentales de cada género. Ambos comparten un interés en la electrónica como vía de procesamiento y creación de sonidos y, sobre todo, en la improvisación y en la composición en tiempo real.
Enessima es un proyecto basado precisamente en ambos aspectos con Cabadas añadiendo la guitarra eléctrica a la mezcla y Gil los instrumentos de viento aunque no en el disco que comentamos hoy. Enessima ha tenido diferentes colaboradores en estos años, habitualmente vocalistas, pero también actrices o bailarinas y es que la poesía y las artes escénicas forman parte de la propuesta del dúo desde su fundación
“Paramystical Rides” es el título del trabajo que vamos a comentar y en él participan junto a Jorge y Miguel, el percusionista José María Pastor y Rakel Camacho recitando los poemas de Ana Pérez Cañamares. Se trata de la cuarta referencia del netlabel Fortín Sonoro cuyas anteriores publicaciones aparecieron ya en el blog en su momento.
“Deep Above Myself” - La pieza que abre el trabajo combina electrónica con el recitado parcial de uno de los poemas seleccionados de Ana Pérez Cañamares. Las vibraciones electrónicas repetitivas como las aspas de un helicóptero dan paso después a una breve sección en la que escuchamos la guitarra y, más tarde, a una percusión metálica que destaca sobre un soplo sintético y una serie de timbres que se van sumando a modo de carillón. Desde ahí hasta el final se sucedan capas y capas de sonidos electrónicos primarios. Osciladores vibrando y componiendo un paisaje irreal y profundamente inquietante. Los autores recomiendan escuchar el disco con auriculares y es comprensible dada la cantidad de matices y timbres que pueden llegar a pasar desapercibidos ante una escucha distraída.
“Blue Dog Insights” - Es el turno para el que la poeta ha citado en alguna ocasión como su poema favorito. Un alegato feminista que se ve arropado por un tratamiento sonoro maravilloso en el que percusión y electrónica se mezclan de forma casi mágica. No hay que buscar melodías fáciles o ritmos de esos que casi nos fuerzan a seguirlos con el pie sino puro sonido. Una experiencia auditiva total, compleja, y que requiere de un esfuerzo del oyente para obtener recompensa pero ésta llega. Que no os quepa duda.
“Chandra Spines” - Percusión, crujidos de viejo disco de vinilo, golpes de metal y frecuencias perdidas, casi fortuitas, se suceden en lo que parece casi una secuencia aleatoria de sonidos pero nada más lejos de la realidad. Según avanza la escucha el orden va surgiendo del caos y el discurso se revela lleno de coherencia. El amante de la experimentación y de los sonidos electrónicos disfrutará de lo lindo con esta composición. La primera sin acompañamiento de la poesía de todo el trabajo.
“Vegan Zeus & the Swan” - Como para compensar esa ausencia, el inicio del siguiente corte es para el recitado en solitario. Solo en los últimos versos se filtra la percusión y el juego de la electrónica. Arriesgado, desafiante y siempre evocador. Pulsos breves, una especie de secuencia grave a modo de línea de bajo que parece apuntarse en un momento determinado para desaparecer, retazos de melodía que no terminan de cristalizar... experimentación sonora con mayúsculas.
“Ganges Tea” - Quizá la pieza más melódica y estructurada de todo el trabajo, especialmente tras los versos recitados por Rakel Camacho, cuando se desarrolla una especie de motivo con un sonido electrónico crudo, lejos de cualquier refinamiento y maquillaje de estudio. Después encontramos un ejemplo del famoso “glissando Shepard-Risset”, ese efecto sonoro en el que una melodía parece ascender continuamente en la escala cuando en realidad está repitiendo un bucle infinito acompañado en su parte final por el sonido de los timbales. El último segmento vuelve a territorios puramente experimentales.
“The God Next Door” - Cierra el disco la pieza con mayor intención melódica del trabajo, con el xilófono esbozando trazos en el aire en medio de una tormenta eléctrica de sonidos en los que creemos escuchar guitarras distorsionadas en una proporción similar a los propios instrumentos electrónicos. El final es una especie de coda jazzística que desemboca en el último recitado, apenas dos estrofas que cierran el circulo puesto que formaban parte del poema con el que se abría la obra cincuenta minutos antes.
La propuesta de Enessima no es sencilla ni fácil de asimilar y, desde luego, no es fácilmente accesible para oídos poco acostumbrados a los sonidos electrónicos puros o a la experimentación electroacústica pero tampoco esperéis un ejercicio casi exclusivamente intelectual, incomprensible sin el acompañamiento de un folleto explicativo de veinte páginas porque lo que aquí suena es música. Sin concesiones comerciales ni trampas de mercadotecnia pero música al fin y al cabo, que puede disfrutarse mucho con cierta apertura de miras. El trabajo completo está disponible en la web de Fortín, al igual que el resto del catálogo del sello.