Hola, Hermosas!!, ¿Cómo han estado estos días?, se acerca la navidad, una fecha maravillosa, llena de amor y de unión familiar, donde recordamos el nacimiento de Jesús, en mi humilde parecer, el maestro más grande de nuestros tiempos, ¡Bendito seas!. Estas fechas también, lamentablemente se ven cargadas de consumismo, la otra vez, les cuento, fui a un centro comercial, iba a comprar un par de cosas para el Bebé y a hacer unos pagos, mientras caminaba, analizaba todo lo que vendían y ofrecían, a la derecha, ofertas únicas, a la izquierda, productos que me harían verme mas bella y sentirme especial, al frente, anfitrionas super maquilladas con mayas ajustadas y con la mirada de dolor debido a la hinchazón de piernas por los tremendos tacos que tenían puestos todo el día mientras repartían promociones especiales solo para navidad, la colasa para tomarse la foto con papa noel…. demasiado para mí… tuve que salir al estacionamiento y me quedé unos minutos mirando el cielo, tratando de fusionarme con ese bellísimo atardecer, que parecía no darse cuenta de la locura que se vivía dentro de ese centro comercial, por unos momentos, ese cielo y yo nos volvimos uno… dejé que el viento acariciara mi rostro, agradecí a Dios por darme la oportunidad de recordarme a cada momento que es lo real y que es lo ilusorio.
Estando ahí, pensé en toda la ilusión que se llevaba adentro y como es que vamos adaptándola, haciéndola nuestra realidad y acostumbrandonos a ella y me pregunté, ¿Cuál es la herramienta con la que venimos incluidos, adaptados al nacer como seres humanos y que nos hace sobrevivir y ser parte de este espacio personal ilusorio? ¿Qué herramienta es la que nos da, nos brinda la “seguridad”, la certeza, que todo está bien en un mundo de ilusión, como el que vivimos? La mente, El ego.
Intentamos siempre vivir con la certeza, nos llenamos de falsas seguridades, estudiamos, seguimos las indicaciones o pautas que la sociedad espera de nosotros, buscamos un buen trabajo, nos casamos con la persona “correcta”… en fin, vamos alimentando el mundo ilusorio y el ego, claro, nos ayuda en eso, porque necesita de eso para sobrevivir, el ego es esa voz que nos va diciendo: ¡Muy bien! ¡Los estas haciendo super bien! ¡sigue asi! ¡Las personas te van a admirar! ¡todos van a estar muy orgullosos de ti! y sobre todo, ¡nada, nada te puede salir mal, porque lo estás haciendo muy bien!. Cuando en realidad, no hay certezas en la vida, la seguridad, no existe, la seguridad es solo una falsa ilusión que nos vamos creando para sobrevivir en este sueño, en esta ilusión.
¿Y que pasaría si decidimos enfrentarnos a la inseguridad?, ¿que pasaría, si en vez de evitar situaciones que nos atemorizan, las enfrentamos, nos entregamos a nuestro miedo?… ¿saben que sucedería?, estarían haciéndose un acto de amor a ustedes mismos, enfrentándose a sus miedos y temores, realizan un acto de valentía hacia ustedes mismos, el cual requiere de mucho coraje y ahí, es exactamente donde comenzarán a vivir, libres de miedos, desarmados, sin esa falsa seguridad, ese caparazón que se habían puesto ustedes mismas. Comenzarán a adquirir la valentía necesaria para enfrentar la vida, comenzaran a quitarse las capas pesadas que las recubrían, estarán si mas expuestas, mas sensibles, mas empáticas, mas compasivas, pero más felices, sin esperar nada, sin temores, sin miedos y su luz, comenzará a verse, porque serán transparentes, su alma, su espíritu, su verdadero YO, comenzará a traslucirse, a traspasar y ahí comenzarán a vivir en el amor, porque ya se habrán amado, se habrán aceptado, tal y como ustedes son, bellísimas, hermosísimas fuentes de luz y amor.
Las quiero mucho!!!