"Engañar al votante", el gran vicio de las democracias prostituidas, como la española

Publicado el 15 diciembre 2022 por Franky
La obsesión de todo político corrupto, como es la inmensa mayoría de los que conocemos, es "engañar al votante" para que le permita seguir disfrutando del poder. Ese engaño y no el bien común es el núcleo de la política actual y de ese vicio miserable se derivan casi todas nuestras carencias y dramas en las falsas democracias. Utilicemos a Pedro Sánchez como lo que realmente es: modelo de político extremadamente corrompido y malvado. Su obsesión por mantenerse en el poder le conduce a ser un tipo despreciable, inmoral, sin barreras éticas, desenfrenado, astuto, capaz de mentir y engañar sin sentir remordimiento, una verdadera bestia política enloquecida que se ha apropiado del Estado y que gestiona España como el "administrador infiel" del Evangelio, perdonando las deudas y los abusos a los canallas y enemigos del pueblo para consolidar él su poder y dominio. --- Existen dos formas básicas de engañar al votante, dentro de la democracia corrompida. La primera es la pura estafa, que consiste en mentir sin freno, engañando al ciudadano con el cebo de la demagogia, las promesas falsas, las palabras bonitas, las sonrisas y los regalos envenenados. La segunda es aborregar al ciudadano e intimidarlo, infundiéndole un miedo artificial que le paraliza, le moldea, le confunde y le convierte en un despojo sin libertad para pensar ni discernir.

Pedro Sánchez, que es un compendio corregido y aumentado de miserias manipuladoras y de tiranía inmoral, utiliza una mezcla saturada de los dos sistemas para controlar el poder en España y perpetuarse en el paraíso de la Moncloa. Utiliza perros pastores sicarios, falsos miembros del rebaño, alambradas electrificadas que impiden al ganado humano cruzar determinados perímetros y un miedo sofisticado a que gane el adversario, cuya imagen es manipulada para que parezca un lobo asesino en serie.

Nunca en la Historia de España, desde los tiempos de Viriato, ha habido un manipulador tan pervertido e inmoral como Pedro Sánchez, ni tan hipócrita, engañoso, osado, irreverente, iconoclasta, hábil y maligno.

Los españoles del presente tienen dentro de su casa al peor enemigo imaginable, con todo el poder en sus manos, un tipo capaz de sacrificar el país en su propio beneficio.

Su mensaje engañoso es claro: "si ganan los de fuera, si ganan las elecciones el lobo del PP o el demonio de VOX, estaremos en peligro mortal".

Sus métodos demoniacos son visibles y descarados, pero surten efecto porque los receptores de los mensajes han sido previamente castrados o comprados. La castración y la compra con dinero y privilegios han sido masiva y han servido para mantener la disciplina en las filas del propio partido y para ganarse el apoyo de sectores vitales para el abuso, el engaño y la manipulación del rebaño: periodistas, militares de alta graduación, comunicadores, estrategas y todo tipo de corruptos situados en sectores sensibles como la cultura, la empresa, la enseñanza, la salud, la policía, etc.

El problema de esa estrategia de poder y de corrupción es que sólo funciona a corto plazo y siempre termina en tragedia, casi siempre con los lobos devorando a las ovejas, con violencia y sangre derramada en el corazón de un rebaño que tiende a rebelarse por mucho que haya sido previamente castrado, engañado y sometido.

Ahí está la Historia para demostrarlo: el pueblo de Irán, sometido a una terapia parecida a la que utiliza Sánchez, está en rebelión y siendo masacrado, como también ocurre en otros rebaños sometidos a pastores malvados, como Cuba, Nicaragua, etc., y como ocurrió con la vieja URSS, cuyo imperio rojo de esclavos saltó por los aires tras el derribo del Muro de Berlín.

Por eso es importante mantener la lucha y la resistencia contra el malvado pastor devorador de verdades, libertades y derechos, porque a la larga el pueblo escucha la verdad y retorna siempre a la libertad, llevándose por delante, de una patada, toda la obra pervertida del manipulador.

Francisco Rubiales