Engañar y manipular

Publicado el 03 mayo 2015 por Msnoferini

A buen seguro que dentro de unos años los temarios de historia hablarán de lo que es nuestro presente, nuestro triste presente y eso que se ha venido a llamar crisis. Volviendo la vista a tras me viene al recuerdo las crisis de finales de los setenta y principios de los ochenta en el sector textil y el metal –que entre otras cosas llevó a mi padre a perder su trabajo-, también recuerdo la crisis post olímpica de principios de los noventa –que me llevó a tener que dejar la aventura empresarial que había emprendido y me dejó muchos años bien endeudado-, pero si las comparo con la actual crisis –o tal como he comentado en más de una ocasión esto más que una crisis es una estafa-, la cual ya llevamos arrastrando más de ocho años, esta se lleva la palma por los estragos causados, el número de damnificados y la cantidad de vidas que se ha llevado por delante. Una crisis que será estudiada por todo lo que tuvo y tiene de negativo, como: las desacertadas políticas que llevaron a esta situación y las que la están alargando más de lo necesario, el recorte de derechos, la criminalización de quienes se atrevieron a abrir boca contra gobernantes y poderosos, la desvergüenza de cientos o tal vez de miles de políticos y que se han aprovechado de su posición para enriquecerse de manera ílicita ayudando con sus delitos a hundir aun más este decadente país, el despilfarro realizado en salvar a los bancos mientras se dejaba morir de hambre a las personas y como esos mismos bancos no tuvieron, ni siguen teniendo, ningún pudor en arrebatarles sus casas, con el apoyo de leyes y legisladores, a miles de personas.

Pero intentando  buscar algo positivo, a estos difíciles tiempos en los que nos ha tocado vivir, también es probable que los libros de historia hagan mención al soplo de esperanza que supuso, algo comparable con el famoso mayo del 68, el 15M, el día en que miles de personas tomaron las calles de buena parte de las ciudades de nuestro país demostrando el hartazgo de la ciudadanía, un movimiento espontaneo que traspasó nuestras fronteras.

A quienes nos gobiernan se les debería caer la cara de vergüenza de no haber sabido o querido poner solución a esta crisis económica, laboral, social y de valores. No tiene sentido cerrar los ojos ante los problemas del pueblo y engañar a la gente diciendo que se están poniendo solución a parte de nuestros problemas cuando es evidente que no se está haciendo nada o lo que se está haciendo no está dando los resultados supuestamente buscados, y valga como ejemplo las políticas laborales. El gobierno del señor Rajoy y sus desastrosas políticas laborales sólo han conseguido recortar derechos y salarios, porque lo que es el desempleo poco o nada se ha recortado. Y quien diga lo contrario demuestra ser un desvergonzado mentiroso, porque cogiendo los números de la EPA (Encuesta de Población Activa) del primer trimestre de este año de seguida nos damos cuenta de que el desempleo apenas se ha reducido (5.444.600 desempleados), y lo poco que se ha reducido es probablemente por elevadísimo número de españoles que han optado por emigrar –se calcula que podría estar rondando las 700.000 personas-, o como una consecuencia a la elevadísma fluctuación estacional. Probablemente por cada empleo que se crea otro se destruye, y los que se crean son cada día más precarios y peor retribuidos.

Datos sobre la emigración a la finalización del 2013.

Según la EPA (http://www.ine.es) a la finalización del tercer trimestre de este año en España hay 17.454.800 ocupados y tenemos 5.444.600 parados. No olvidemos que hace ya algunos años se modificó el reglamento del INE y con ello el sistema de cálculo. Tal como reconoció el propio INE, y así se puede encontrar en la propia página del INE: “ …el nuevo reglamento introduce instrucciones sobre cómo interpretar la búsqueda activa de trabajo y esta modificación afecta mucho a las cifras de paro que viene publicando la EPA, provocando una gran disminución en las cifras del desempleo tanto absolutas como relativas”.

Si miramos algunos datos de la EPA de este último trimestre nos daremos cuenta que el número de ocupados ha descendido en 114.300 personas, pero en contra de lo que pudiera ser lógico esto no comporta un aumento de los parados, ya que el número de estos se ve reducido, contra toda lógica, en 13.100 personas, dejando la cifra a la finalización del trimestre en los ya mencionados 5.444.600 parados.

Tengamos en cuenta que según la Tesorería General de la S.S a la finalización del mes de marzo en España habían 16.826.434 personas en situación de alta en todos los regímenes de cotización, de los cuales no todos son altas laborales (como podría ser el sistema de cotización el Convenio Especial). Por lo tanto el número de trabajadores estaría rondando los 16 millones de personas y no los 17.454.800 que da la EPA, lo que podría poner de manifiesto, entre otras cosas que el número de desocupados podría ser mayor del reflejado por la EPA.

Pensemos que durante el primer trimestre de este año en el sector privado ha habido una reducción, o mejor dicho una destrucción, de empleo 143.500 puestos, aunque algunos medios de comunicación han errado la interpretación de las cifras hablando de 114.000. El único sector que ha creado empleo ha sido el público, entre otras cosas por la falta de personal tras más de seis años de recortes y amortización de puestos y por la cercanía de las elecciones municipales y autonómicas. En la administración local y autonómica se han creado excepcionalmente casi 30.000 empleos. Lo que dejaría la cifra total de destrucción de empleo en los 114.300 puestos que antes he mencionado.

Los números no mienten, mientes las personas y los que manipulan las cifras. Tal como dijo hace ya un tiempo el economista y diputado de IU, Alberto Garzón, “una de las primeras cosas que enseñan en la universidad de economía es a interpretar las encuestas a conveniencia” y a lo que también me gustaría añadir que quienes nos gobiernan no es que solamente las interpreten las encuestas a conveniencia sino que también las manipulan a conveniencia.

MSNoferini