A principios de este mes de junio hemos tenido la oportunidad de visitar la Toscana después de 5 años y hemos vuelto nuevos, descansados y encantados con nuestra escapada. La verdad es que nunca nos cansaremos de ir a Italia. Por cercanía, por familiaridad y por las sensaciones que captas a cada paso. Como dice un amigo: “Si me pierdo alguna primavera, seguro que me encuentras en la Toscana”
Con la guía en la guantera y el coche con el depósito lleno, nos vamos a Lucca, donde hacemos noche. Para nosotros es una de las visitas imprescindibles, por las murallas, las calles, las vinotecas y los restaurantes. Un poco desangelada cuando se van los turistas, pero perfecta para descansar después del vuelo, para pasear con tranquilidad y como punto de partida hacia el sur.
Después de dedicar un par de días a visitar Siena, San Gimignano y Monteriggioni (imprescindible un helado al atardecer en este maravilloso mini pueblecito amurallado), nos fuimos a pasar el día completo a Chianti. La sorpresa fue cuando descubrimos que ese mismo fin de semana se celebraba en toda la zona un evento de promoción del Chianti Classico. Había carrera ciclista, mercados populares, mercado de flores, y todo tipo de eventos en cada uno de los pueblos que visitamos, siempre alrededor del mundo del vino y su cultura. Una de las cosas que más nos sorprendió fue el hecho de que en cada pueblo hay pequeñas vinaterías, ya sean con vinos de varias bodegas de Chianti o tiendas exclusivas de una bodega, que vende sus vinos y productos de producción proipia como quesos, aceites, encurtidos…
Para terminar la ruta y bajando hacia el hotel, paramos en Radda in Chianti, donde se celebraba “Rada nel Bicchiere” Rada en la copa. La mejor forma de acabar la tarde. Uno de los numerosos actos que se celebraban esa semana, que hizo que calle principal se llenara de decenas de mini stands de las bodegas de la zona, que te ofrecían catas de sus vinos a un innumerable número de visitantes, locales y foráneos. Genial, había sido un día completo de turismo de vino, gastronomía y buena compañía.
Para cerrar el viaje, un bañito en la piscina, cena en el hotel y a la cama prontito, para el día siguiente conducir hasta Pisa, dejar el coche y volar de vuelta a Valencia. Las sensaciones que pueden resumir el viaje: la Toscana es ideal para una escapada de 3 ó 4 días y que, aunque los vinos de Chianti no tiene nada que envidiar a cualquiera de los nuestros, tienen muy claro como generar ingresos y conocimiento de marca a través del enoturismo, nuestra eterna asignatura pendiente. La próxima escapada, al sur de Siena, a conocer el Valle de Orcia.
- ¿Quieres suscribirte a los comentarios de este Post?
- Compartir con Facebook
- ¡Compártelo en Twitter!
- Blog this on Blogger
- Compartir con Tumblr
- Compartir con Google+
- Compartir con LinkedIn
- Pin this to Pinterest