Al poco de mi llegada a este mundillo conocí virtualmente a Laura León Alvárez o como gusta presentarse, Laube Leal, una mujer que habla alto y claro y que ha hecho de su pasión su profesión. No es un salto al vacío. Ella tiene un bagaje.
Su blog, Sano y de rechupete, fue uno de los primeros que seguí y que analicé como fuente de inspiración. Luego, vino la persona, a la que seguí en RRSS y con la que he confrontado ideas en más de una ocasión, porque queda claro que los intereses de Laura trascienden la Gastronomía y los manifiesta sin necesidad de cambiar su perfil. Me gusta que la gente defienda sus ideas y me gusta la gente que las defiende y razona con otros que, en algunos puntos, no pensamos igual.
Y ya, si encima escribes, fotografías, maquetas y, por supuesto, cocinas con la calidad de Laura, pues te conviertes en una de mis debilidades. Y como hace todas estas cosas tan bien, ha decidido echarse al monte y embarcarse en un precioso proyecto, que no es otro que hacer de su forma de vivir, su forma de vida o, dicho de otro modo, ganarse el pan con lo que más le gusta hacer en su nuevo proyecto que, no podía ser menos, lleva su marca... ¿o es su nombre?: Laube Leal.
Por todo ello y porque me apetecía, recupero la sección "Enredados" y os traigo una entrevista con Laura en la que podréis llegar a conocerla mucho más, no tanto por la calidad de mis preguntas (la mitad son absurdas, ya me conocéis) como por el contenido de sus respuestas.
Sin más, con todos vosotros, la simpar, ¡Laube Leal!.
¿Recuerdas como era la vida antes de ser blogger?, pues que sepas que no hace tanto tiempo…
Pues claro que me acuerdo. ¡Qué tiempos! Era como ser Maya en un país multicolor en el que podía pasarme horas leyendo otras cosas que no fueran libros de gastronomía y cocina, trucos de fotografía o tips de marketing. Me reconozco muy feliz de tener un blog de gastronomía desde hace unos siete años, pero, al tiempo, siento que no dispongo de tantas horas para hacer otras muchas cosas que me hacen feliz, como leer y tumbarme en la arena con la mente en blanco. ¿A quién hay que poner una reclamación para solicitar que el día pase a tener 50 horas? Dímelo que yo me encargo...
A ver… confiesa, el primero que utilizó la expresión ¡No te callas ni debajo del agua! Se refería a ti, ¿verdad?.
(carcajadas sonoras) ¿Y eso es malo? Soy muy inconformista, creo que es evidente para la mayoría de los que me conocen o me prestan un mínimo de atención y mi manera de de manifestarme contra todo lo que no me gusta o de declarar mi amor hacia lo que me apasiona es mediante la palabra. No conozco otra, la verdad. Desde niña soy igual: respondo a cualquier pregunta y no me amilano frente a nada, aunque a veces soy consciente de que me vale alguna que otra ojeriza. Caerle mal a algunas personas no me impide dormir.
No obstante, quiero insistir en que me muerdo mucha la lengua, más de lo que imaginas, así que imagina cómo bullo por dentro. Mi abuela tenía un dicho: "Dios me libre de los toros mansos que de los bravos me libro yo" y creo que lo decía por mí, que soy muy "echá p'alante", pero se me ve venir. Lo que ves es casi lo que soy. Digo casi porque ya te digo que me guardo mucho para mí solita.
Confiesa de nuevo: ¿Cuánto has procrastinado hoy?
¡Hay que ver qué mal me cae esa palabreja! Lo que aún no he averiguado es si me disgusta la palabra en sí o el hecho de que la practico mucho. Soy una persona a la que le resulta relativamente fácil concentrarse, pero también soy un poquito abeja, yendo de flor en flor intentando saber qué se cuece por todos los rincones: Facebook, Twitter, Instagram, Pinterest... ¡Ayyyy, Pinterest! ¿Quién lo inventaría para ir a demandarle por tal fuente de distracción?
Confieso que procrastino, pero, voy a ser mala y dar algo de envidia al personal: me lo puedo permitir porque las redes sociales forman parte de mi trabajo y, oye, debo recurrir a ellas para estar informada. ¡Sí, ahora lo llaman así!
Te envidio, has jugado duro a convertir tu pasión (o alguna de ellas) en tu modo de vida y te has “independizado” del mercado laboral. ¿Qué tal te llevas con tu jefe?.
Me llevo bastante bien, porque me considero muy organizada, trabajadora y concienzuda, al tiempo que con el punto de diversión justo para no aburrirme conmigo misma. Cuando he tenido personal a mi cargo (porque no siempre he tenido la suerte de hacer lo que me gustaba), creo que he sido una buena jefa: cordial y justa, pero con líneas marcadas para evitar confusiones y malos rollos a la larga. Soy un tanto seria, aunque no lo parezca, pero empatizo muy bien con los demás.
Supongo que el proceso fue natural, ¿no?, te bullían mil ideas en la cabeza y la mejor forma de ordenarlas era hacer un superblog en el que se mostrasen todas tus facetas o al menos todas las que quieres mostrar.
Sano y de rechupete fue mi primer blog, mi niño bonito, ese que mimé mucho, pero que terminó siendo un traje que te viene estrecho. Cuando lo creé hace unos siete años no fue exclusivamente porque me gustara cocinar o comer. Lo saqué a la luz como quien arranca esas pegatinas que te resistes a quitar de tu habitación de adolescente. Me costó, pero lo hice. Lo necesitaba para exteriorizar muchas cosas que llevaba dentro.
Con el tiempo, el blog de cocina se me quedó cortito y no pude hacer nada para evitarlo. De ahí a Laube Leal fue un silbido, aunque costoso, porque de Blogger a Wordpress hay una rambla llena de calles, intersecciones, rotondas y mucho tráfico. Sin embargo fue un proceso sencillo una vez reconocí lo que ansiaba: escribir es algo que me pide el cuerpo cada vez más. Forma parte de mí desde que soy niña y ya no estaba dispuesta a posponerlo más. Por eso, supongo, me armé de valor, abandoné todo aquello para lo que teóricamente y en principio me había preparado. Hay quien dice que tiré todo por la borda y está claro que cada uno lo ve a su manera. Para mí fue empezar a respirar y toda una suerte poder aprovechar todo mi bagaje jurídico, cultural y emocional para poner en marcha un proyecto pluridisciplinar, algo que encaja más y mejor con mi manera de ser.
Y en cuanto a los demás, te has empeñado en que escribamos, fotografiemos o comamos cada vez mejor, ¿no? y si no, ya estás tu para escribir o fotografiar por nosotros.
(carcajadas) No puedo evitar anhelar que todo el mundo sienta como yo y piense que el mundo es más que levantarse cada mañana para ir a trabajar a una oficina, atender a tu familia e ir al cine el domingo (o el miércoles). Yo quiero que quienes me rodeen puedan respirar igual que yo, aunque tengan que cumplir con esas obligaciones que todos tenemos y, para mí, poder respirar es poder ver de verdad lo que nos rodea. Aprender a mirar. Ver amanecer y sentir que amanece, dejar que nos produzca un cosquilleo y que no lo silenciemos porque "oye, déjate de tonterías que eso no da de comer".
Lo que quiero es que dejemos de percibir el mundo en grises macilentos y lo veamos con todos sus colores y variedad de matices y, según mi modo de ver, escribir y fotografiar, aparte de otras muchas cosas, son actividades que colaboran en ese sentido. De ahí mi empeño, cabezonería, tozudez... Me gusta compartir. Siento esa necesidad. Quizás sea un tanto naïve, pero me hace feliz serlo y no le hago mal a nadie.
Gastronomía, fotografía, redacción… y a todo eso le sumamos otras inquietudes que plasmas en las redes sociales con opiniones claras que expresas en voz alta. Lo de la especialización no va contigo, ¿me equivoco?.
Siempre me vi como una persona muy centrada, quizás porque así me percibían los demás: una chica estudiosa, trabajadora, responsable, reflexiva... Hasta que destapé la botella y dejé que el gas saliese a su antojo. Mi gas está formado por muchos elementos y no puedo ni quiero ponerle freno. Ya no. Creo que ya he estado especializada mucho tiempo y a mis años no puedo seguir tensando esa cuerda. Soy todo aquello, también, pero muchas cosas más y quiero que fluyan. Quizás habría encajado mejor en el Renacimiento, aunque no creo que como mujer me lo hubiesen permitido. ¡Ja!
Con el tiempo y mi experiencia me he convencido de que eso de la especialización está sobrevalorado. Está claro que la estructura social y económica existente y con la que no comulgo está empeñada en que solo sepamos de una cosa y mejor si esa cosa no es cuestionar el sistema. Yo quiero saber de todo, tengo curiosidad por todo lo que me rodea y, aunque unas cosas llamen más mi atención que otras, me gusta sacar jugo de mi cerebro. Tengo muchos amigos y sé que muchos me ven como una veleta o un abejorro que va de flor en flor, pero yo siento que vivo mi vida y cultivo todas mis capacidades. Aunque suene poco humilde, ¿por qué iba a dejar de rebuscar en todo mi potencial intelectual?
Si por algo destacan a simple vista tus entradas es por una cuidada estética en la imagen, el texto, las fotos… y luego, cuando se te va conociendo uno se encuentra con tu compromiso político, social y personal… ¿la ética es estética?, ¿hay ética en la estética?.
Tu pregunta tiene tanta miga filosófica que podríamos estar enfrascados en ella durante días. Por un lado, decir que para mí no hay estética si primero no hay ética. Quien me conoce sabe que siempre es así, incluso aún a sabiendas de que ello me ha perjudicado económicamente por no querer escribir para algunas empresas, ni prestarles mi marca. No voy a criticar a quienes lo hacen, porque cada uno sabe cuáles son sus necesidades y allá cada uno con su consciencia; pero yo no lo quiero hacer. Cuando adquiero un compromiso personal con una lucha, lo cumplo. Puedo parecer una tontorrona para la mayoría, pero yo duermo bien.
Por otro lado, ¿qué puede haber más hermoso y estético que lo correctamente ejecutado? Y digo "correctamente" en el sentido más amplio de la acepción.
Has dejado muy clara tu opinión acerca de los alimentos transgénicos. ¿No crees que sean la solución para conseguir recursos alimenticios para toda la población?. Al fin y al cabo, ¿no es simplemente acelerar un proceso que el hombre lleva miles de años haciendo con cruces y adaptaciones a diferentes entornos climáticos?.
En primer lugar, mi opinión negativa sobre los transgénicos no es tanto por el hecho de pensar que estos sean demoníacos como por tener la convicción de que quienes los crean y los usan tienen también dudas sobre su inocuidad y por eso se niegan al etiquetado como tales. Pero yo quiero saber qué alimentos llevan transgénicos y poder decidir. Cuando quieren mantener tanto el secretismo, por algo será. He mantenido discusiones con defensores de los transgénicos y su argumento es que las empresas que los comercializan tienen miedo a que el consumidor los rechace si los reseñan en el etiquetado y mi contraargumento es que eso es una falacia. Por poner un ejemplo, los refrescos de cola se venden y son un venenos para la salud; la gente lo sabe y aún así los continúa tomando. Lo mismo pasa con el tabaco. ¿Alguien ha dejado de fumar porque en la cajetilla ponga "fumar mata"? Que no nos vendan la moto, porque no cuela. Yo exijo mi derecho como consumidora a saber qué cómo y a decidir si quiero comerlo o no. Los demás que hagan lo que consideren oportuno. Si el sistema quiere que yo sea solo una consumidora, exijo que respeten todos mis derechos como tal.
En segundo lugar, el argumento de que los alimentos transgénicos van a paliar el hambre del mundo es otra falacia para conseguir vencer nuestras reticencias. ¿Van a regalarlos a quienes no pueden comprarlos ni acceder a ellos? ¿Lo están haciendo ahora mismo? ¿Quizás el excedente de algunos alimentos se da a quienes pasan penurias? ¿Cómo voy a creer algo que el sistema mezquino y poco solidario en el que vivimos rechaza cada día por seguir incrementando avariciosamente sus beneficios? Si los transgénicos fuesen a salvar del hambre al mundo, ya lo habrían hecho, porque medio planeta está invadido por ellos y seguimos viendo esa pandemia por todas partes, incluso en España.
En tercer lugar, es otra falacia pensar que quienes somos reticentes a los transgénicos es porque somos anticiencia o involucionistas. ¡Menuda estupidez! ¿Sabías que una de mis pasiones cuando estudiaba era la química? Pues sí. No, no soy anticiencia. Al contrario, me apasiona la ciencia y creo en todo lo que esta puede aportar. De lo que dudo es de las personas y es que muchos científicos se han olvidado del bien de la humanidad, contagiados por la avaricia y la falta de consciencia de las grandes corporaciones. Si bien es cierto que hay estudios que defienden la inocuidad de los transgénicos, también había informes favorables hace 70 años sobre el tabaco o el amianto y fíjate todo lo que sabemos de ellos ahora. ¿Son inocuos? Se ha demostrado que no.
Podría seguir dando más argumentos, pero no quiero aburrir a tus lectores.
La pregunta estúpida: ¿la insularidad se plasma en la personalidad?, ¿sois diferentes las personas que vivís en islas o en este mundo global todos somos igual de… (termina la frase si quieres)
Bueno, los isleños tenemos ciertas peculiaridades y más a medida que vivimos más alejados de la metrópoli. Yo no me considero distinta a ti, a un gallego o a un conquense, pero el estar rodeado de tanta agua por todas partes nos marca de por vida.
A los isleños en general y a los canarios en particular nos pueden las distancias largas. Sé que un madrileño puede vivir a 90 minutos de su centro de trabajo y lo lleva estoicamente. Los canarios nos agobiamos con esas cosas. A mí me entran sudores fríos solo de pensarlo. Cuando vivía en Santiago de Compostela hace más de 17 años, alucinaba con la velocidad que llevan algunos por las carreteras. Aquí ir a 120-130 km/hora es todo un récord. Si circulásemos a más correríamos el riesgo de salirnos por la primera curva e incluso de la isla.
Hablando en serio... Las diferencias que podemos tener son simples peculiaridades debidas a la orografía que, desde mi punto de vista, condiciona el carácter. No somos todos listos, pero tampoco todos tontos, como a veces se pretende hacer ver desde fuera. Proceder más lentamente, "al golpito" que decimos aquí, no significa que seamos de poca inteligencia, bobalicones, incultos o zoquetes. Los madrileños o los barceloneses viven muy rápidamente y, ¿llegan antes a sus metas? Yo creo que unos y otros resolvemos los problemas que nos surgen, aunque lo hagamos con distintos métodos y velocidades.
(*) Nota del Capitán. Los madrileños (hablo de lo mio), vivimos más rápidamente porque perdemos tres horas al día en transporte y tenemos que recuperar el tiempo perdido. Algo malo teníamos que tener...
Cuéntame algo de la Gastronomía Canaria, ¿Queda algo Guanche?. ¿Cuánto hay de América?.
Antes que nada, permíteme que introduzca un matiz. Aunque el término guanche parece haberse extendido a toda la cultura canaria de la preconquista, "guanche" es lo propio de la isla de Tenerife. Cada isla tenía su idiosincrasia. Piensa que los antiguos pobladores de las islas no sabían navegar (es la teoría más aceptada), así que poca relación había entre ellos, salvo el nexo bereber común. Yo prefiero hablar de los pobladores de las Islas o de los aborígenes canarios.
Nuestra gastronomía es muy mestiza, como nosotros mismos. Personalmente y por un lado, creo que ese gusto por todo lo que el mar puede darnos, especialmente en las rocas del mar o muy cerca de la costa, proviene de la manera de alimentarse de los aborígenes canarios. Hablo de lapas, mejillones, cangrejos, burgados (phorcus), pulpos, viejas, sargos, herreras, etc. Por otro lado, la cabra y nuestros únicos y fantásticos quesos es otra herencia de nuestro pasado aborígen.
No obstante, nuestra situación geográfica a medio camino entre Europa y el continente americano es, quizás, lo más relevante de nuestra gastronomía, sencilla, pero con las mejores materias primas. En este punto, hablo de las variadísimas clases de papas y batatas, el millo o maíz con el que se hace el gofio, uno de los más tradicionales alimentos canarios, nuestro amor por lo picante y cómo influye en nuestros mojos, nuestras frutas, etc. Que el plato más típico y festivo de las Islas tenga un nombre que se escucha habitualmente en toda Latinoamérica, pero no en la España peninsular, dice mucho de nuestro estrecho vínculo con esas tierras americanas. Hablo, claro está, del sancocho que no es más que un hervido de cherne salado (es un pescado), papas y ñame (una especie de batata blanca y hebrosa, muy dulce y sabrosa) que se sirve acompañado de una pella de gofio (un amasado de gofio, el caldo del pescado y, en algunos casos, almendras y plátano) y, como no, un mojo al gusto (rojo picón o verde de cilantro).
Me voy a tirar a la piscina: Toda la gente que conozco con múltiples aficiones y el vicio (¿o virtud?) de la procrastinación, no pueden llegar a expresar todas sus inquietudes. Así que apuesto a que, además de lo que enseñas, tienes alguna otra afición-pasión. Anda, cuéntamela, ¿papiroflexia?, ¿coleccionas haikus?, ¿merchandising de Hello Kitty?... lo último es broma… ¿o no?
Pues no te equivocas, no. Uno de mis grandes vicios-pasiones son las plantas. No puedo pasar cerca de una floristería o de un vivero sin salir con un par en la mano. Me puede. Si tengo un mal día, entrar en un vivero me devuelve la sonrisa. Me encanta tener rincones verdes en casa, pues me alegran con solo mirarlos. Mi casa es un tanto selvática, lo reconozco y me relaja cuidarlas. Incluso suelo regalar plantitas a mis amigas en el Amigo Invisible y ocasiones similares, aún a sabiendas de que algunas se reconocen como "asesinas de plantas" (carcajadas). Puedes preguntar por ahí a ver qué te dicen.
Otro pequeño vicio es comprar mogollones de libros, incluso cuando sé que no voy a tener tiempo para leerlos todos en los siguientes meses. No sé si te he dicho que sueño con regentar la mejor librería pequeña del mundo mundial. Soy feliz entre libros. También me gustan los ebooks. ¿Te fijas qué moderna soy? (guiño)
Te cuento otro, pero que no lo sepa nadie más. Siento una compulsión increíble por comprar cajas coquetas "para lo que se tercie" y material de papelería. ¡Madre mía, cómo me tengo que controlar con esto! Y eso que no he hablado de los zapatos y bolsos...
Oye, en cuanto al nombre, ya se que suena un poco largo, pero creo que debería ser algo así como “Sano, bonito, sabroso, especiado y de rechupete”, ¿Cuántas especias tienes en tu despensa o nevera?, ¿Cuántos colores deben entrar en un plato?.
¡Buffffff...! Espera que voy a contar. A las 50 he parado de contar. Piensa que suelo tener 5-6 tipos de curry distintos (en Canarias, tenemos , así como pimientas variadas, hierbas secas y frescas, etc. No concibo comer sin especias. Sé que hay quienes piensan que las especias se usan para aderezar la mala materia prima, pero eso es una soberana estupidez y quien lo dice habla desde la ignorancia más extrema. Si algo está bueno solo, con algo de sal estará mejor y con una pizca de nuez moscada o pimienta, sobresaliente. Las especias y las hierbas secas bien usadas realzan los sabores. Quizás quien las desprecia es porque no sabe usarlas o porque carece de paladar.
En cuanto a los colores, qué quieres que te diga... Tengo una sensibilidad especial para ellos y siempre busco una combinación perfecta a mis ojos. La comida se come primero con los ojos y a mí me gusta disfrutar la comida con todos los sentidos. Desde hace algún tiempo, tengo pensando escribir algo sobre los alimentos y los colores, pero nunca logro hacerme con el tiempo para ponerme a hacerlo seriamente.
¿Hay algo mejor que un buen plato de pasta con passata di pomodoro, albahaca fresca y algún producto de temporada?.
Pocas cosas. Es una comida perfecta, equilibrada, baratita, sabrosa y tan linda... Yo le añadiría una guindillita, también en honor a tu nombre, y porque da más alegría al plato, al tiempo que mejora la circulación de la sangre. ¿Por qué volvernos locos con estofados al fuego durante horas cuando algo en lo que no empleamos más de 15 minutos está igual de rico y es mucho más saludable! La cocina italiana cada día es más importante en mi casa y conste en acta que no hablo solo de pasta y pizza. Hablo del mundo vegetal, el más importante de todos los grupos de alimentos.
¿Estás ya preparando la nueva edición del juego del verano?
¡Por supuesto! Fíjate que hace un par de días soñé con el borrador o esquema del juego. Ya sabes que me gusta introducir alguna variación para que la gente curiosa por naturaleza, como tú o como yo, se sienta más tentada a participar. "El juego del verano" es uno de los proyectos de los que me siento más orgullosa y satisfecha, porque pienso que todos tenemos siempre algo que aprender y qué mejor forma de hacerlo que divirtiéndonos con juegos de pistas en muchos formatos.
Hay personas que se lo toman tan en serio jugando como yo creando cada pista y recoveco. Le doy muchas vueltas hacia delante y hacia atrás para que haya la menor posibilidad de desfase. No obstante y aunque lo trabajo mucho, no todo es perfecto, pero tenga la certeza de que ustedes, los jugadores, gladiadores en un mundo en el que mi imaginación es la jefa, me disculpan los errores que pueda haber.
Aprovecho tu tribuna para solicitar patrocinadores para esta próxima edición de "El juego del verano". El objetivo no son los premios, pero está claro que estimulan mucho a los participantes y compensan mis esfuerzos. Si alguien que ofrezca algún producto o servicio que crea que puede interesar a mis jugadores quiere colaborar patrocinando este juego, puede ponerse en contacto conmigo a través de mi email (info@laubeleal.com). ¡Gracias!
Venga va, véndenos un poco tu idea y tu proyecto, ¿Por qué contar con tus servicios?
¿Porque siento pasión por cada cosa que hago y en la que pongo empeño? ¿Porque soy honesta con cada cliente y no ofrezco aquello que no sé ni domino, sino solo aquello en lo que sé que puedo ayudar? Yo intento no tratar a todos los clientes por igual. Cada uno es especial, un pequeño microcosmos que tiene cientos de posibilidades de prosperar en esta selva de ventas de productos y servicios.
Yo alquilo mis servicios, presto mis conocimientos sobre redacción y copywriting, así como vendo mis imágenes y fotografías. Por un lado, si eres empresario y me estás leyendo, puedo ayudarte a mejorar cada texto de tu web, cada folleto de tu tienda, cada carta de tu restaurante, así como la imagen que transmites al mundo. Tener un buen producto no es bastante hoy en día. Tienes que distinguirte del resto con algo más y yo puedo encontrar y mostrarte ese rasgo diferenciador que seguro posees. Tengas un negocio con un local en una pequeña calle o seas un emprendedor online, puedo lograr que des uno, dos o tres pasos hacia delante. Puedo ayudarte a que tu negocio entre en el futuro, se adapte a tus clientes y guste incluso a tu competencia. Los tiempos en que los productos se vendían solos ya pasaron de largo y ahora se impone ofrecer al cliente un plus. Por otro lado, si eres una de esas personas a las que le gusta aprender a hacer sus fotografías o redactar los textos de sus blogs o su publicidad, estoy dispuesta a compartir contigo lo que yo sé. Todo es negociable y flexible.
Por último, comentar a tus lectores que, en breve, pondré en marcha un pequeño proyecto en Gran Canaria y, quizás (ojalá), pueda exportarlo fuera si hay la demanda suficiente para hacerlo rentable para mí e interesante para el público. Yo no me considero una fotógrafa supertécnica, pero sí tengo una virtud: soy capaz de transmitir mis propios conocimientos de una manera didáctica, amena y adaptable a quien tengo delante, por lo que por ahí van los tiros... No digo más por ahora, pues es algo en fase de concreción.
Y ahora una petición, recomiéndanos un blog que te guste por el motivo que sea. Me da igual la temática del blog, pero si me gustaría que fuera uno no especialmente famoso o que consideres que se merezca mayor repercusión de la que tiene y así a ver si le damos un empujoncito.
Leo muchos blogs de toooooooda clase de temática y en inglés, francés e italiano (en italiano, aunque no lo conozco, se entiende muy bien casi todo), pero creo más oportuno recomendarte uno de gastronomía y en castellano. Como quieres que sea un blog que no sea ya superfamoso, pues me he decantado por La cocina de Tesa. Teresa es también grancanaria y hace una cocina muy semejante a la que me gusta a mí, pues ambas adoramos las especias, el picante, la comida hindú, la libanesa, japonesa, etc. Lo único que no compartimos es que ella odia el queso. jajajajajajajajaja Además, creo que no se la conoce como merece. Así que, después de muchas vueltas, La cocina de Tesa es mi elección.
Finalmente… quiero que me retes a reproducir una receta de tu índice, la que quieras (siempre que no tenga productos imposibles fuera de temporada o algo así) y cuéntame por qué quieres que la haga yo.
En cuanto a la receta, he intentado que no fuera algo que tú ya tienes en tu blog y he tenido que rebuscar mucho. Bueno, te voy a dejar tres recetas y tú haces la que más rabia te dé.
1) Papas bravuconas: toda una delicia para amantes del pique pique y que encanta en las reuniones con amiguetes.
2) Pollo indio: para chuparse los dedos. Prepara mucho pan al lado.
3) Spaghetti con albóndigas en salsa de calabaza y curry: ay, ay, ay... Los chiquillos se pirran por este plato y los no chiquillos, con el disimulo, no dejan ni una brizna de perejil.
* ¡Mañana tendréis la solución!.