Pantaleón Enrique Joaquín Granados Campiña, nació en Lérida el 27 de julio de 1867, aunque pasó parte de su infancia en Santa Cruz de Tenerife, por ser su padre, Calixto Granados Armenteros, gobernador militar de la ciudad hasta 1874. Allí tomó sus primeras clases de música con el capitán Junceda. Posteriormente, la familia se trasladó a Barcelona, donde Enrique comenzó a estudiar piano, primero con Francés Jurnet y más tarde con Joan Baptista Pujol, este profesor de Isaac Albéniz o Ricardo Viñes. En 1883, con dieciséis años, ganó su primer concurso de piano interpretando la Sonata Op. 22 de SCHUMANN. Un miembro del jurado que le otorgó el premio era el compositor Felipe Pedrell, que le acogió como alumno de armonía y composición, un año después, y cuyas enseñanzas marcaron la obra musical de Granados.
En 1887 apoyado por su mecenas Eduardo Conde, se trasladó a París donde continuará su formación como pianista. No pudo ingresar en el conservatorio de París, por lo que, comenzó a tomar clases con Charles Wilfrid de Bériot, compartiendo piso con, el también pianista, Ricardo Viñes. Es en esta época cuando escribió sus Danzas españolas para piano, que fueron publicadas a su regreso a España. El 20 de abril de 1890, Granados dio un recital en el Teatro Lírico de Barcelona, con gran éxito. En 1898 estrenó en Madrid su ópera María del Carmen. La parte musical cosechó buenas críticas y la ópera fue del agrado de la reina MARÍA CRISTINA, que le concedió la Cruz de Carlos III. Gracias al éxito de esta ópera le surgieron diversas oportunidades en el campo de la música escénica.
Creó un método para sus alumnos que se centraba en cuatro aspectos de la técnica pianística: el pedal, el ligado, los ornamentos y las dificultades especiales del instrumento. En 1901 fundó su escuela de música, la Academia Granados, donde se formaron varios de los músicos catalanes más destacados del siglo XX. El pianista Frank Marshall fue nombrado director del centro y cambió el nombre de Academia por el de Academia Marshall, aunque continuó con las formas pedagógicas de Granados. Como intérprete realizó un importante trabajo de divulgación de la obra de Doménico Scarlatti. Tocó con grandes músicos de su época.
En 1904 se estrenan en Barcelona sus Escenas románticas y en 1907 formó parte del jurado del Dièmer Prize. Dos años después comenzó a trabajar en lo que sería su obra más célebre: Goyescas, una suite para piano que estaba basada en la obra de FRANCISCO DE GOYA. En 1911 se estrenaron en Barcelona las piezas del primer libro, y al año siguiente, la obra completa en Madrid. En 1913 conoció a Ernest Schelling, pianista norteamericano, que la estrenó en los Estados Unidos. Gracias al interés de su amigo Schelling por la obra, Granados decidió adaptarla a la escena. El resultado fue una ópera con igual nombre y diversas tonadillas vocales con libreto de Fernando Periquet. El estreno de Goyescas en la Ópera de París estaba previsto para 1914, pero no pudo ser, al estallar la Primera Guerra Mundial. Por fin, gracias a la intervención de Schelling, pudo ser estrenada en el Metropolitan Opera House de Nueva York, el 5 de enero de 1916. En marzo de ese mismo año, tras dar un recital en la Casa Blanca para el presidente Wilson, Granados y su esposa embarcaron, en el buque británico Sussex, el día 24 de marzo en Folkestone hacia Falmouth (Gran Bretaña). El Sussex fue torpedeado por un submarino alemán, y como resultado, el 24 de marzo de 1916, fallecían Enrique Granados y de su esposa en aguas del Canal de la Mancha.
En 1892 había fundado el Orfeò Català junto a Amadeo Vives, Lluís Millet y Enric Morera. Pero no acabó aquí su labor musical en Catalunya, ya que en 1900, creó la Sociedad de Conciertos Clásicos, con una orquesta fija para programar conciertos. También colaboró con la Asociación Wagneriana de Barcelona y fue director artístico de la Asociación de Música de Cámara de la capital catalana.
En general la obra de Granados se puede agrupar en tres etapas: nacionalista (de 1886 a 1898), romántico-modernista de (1899 a 1910) y etapa de Goyescas de (1911 a 1916). Enrique Granados es un compositor con tintes nacionalistas, aunque en menor medida que Manuel de Falla o Isaac Albéniz, ya que una parte de su obra para piano proviene de danzas folclóricas españolas; sin embargo, en escasas ocasiones utiliza melodías de canciones populares; normalmente, prefería crear sus propias melodías. A pesar de ser catalán, en su música apenas se detectan aspectos de su folclore salvo en contadas excepciones. En su obra, también se advierte la huella de los compositores románticos europeos, especialmente SCHUMANNy CHOPIN, pero a pesar de ello, Granados, fue siempre un músico conservador.
Sus colecciones de canciones, las Tonadillas y las Canciones amatorias, fueron compuestas después de 1910. Ambas se inspiran en el amor romántico y en ellas el autor se reafirma por el registro vocal de soprano. Las Tonadillas, en palabras del propio Granados, “están escritas en modo clásico”, contienen melodías vocales sencillas pero muy expresivas. Las Canciones amatorias, poseen un gran equilibrio entre la voz solista y el acompañamiento pianístico y se cuentan entre sus obras maestras. Su dedicación al piano y a las obras de cámara, entre las que cabe destacar el Trío op. 50 y la Sonata para violín y piano. Su amistad con el chelista Pau Casals y con el violinista Jacques Thibaud le animó a componer obras para ellos. El punto débil de Granados lo encontramos en las grandes formas musicales, como el poema sinfónico Dante, un claro homenaje a la música de WAGNER, aunque la obra quedó sin terminar. En 1912 esbozó una Sinfonía en Mi menor que nunca llegó a orquestar.
Una muestra de los trabajos de Enrique Granados puede ser: CAPRICHO ESPAÑOL Op. 39.