Hace unos días nos dejó el periodista Enrique Meneses. Ibamos a poner "maestro", pero como recuerda Juan Larzabal, no era algo que le gustara mucho. Tanto en las noticias aparecidas sobre su fallecimiento como en el documental que emitió La Dos ("Oxígeno para vivir"), podemos saber mucho más de su carrera periodística, de sus ideas, de todo lo que vivió, de su aprendizaje (constante y casi infinito), de su capacidad innata por transmitir conocimiento a todos.Tuve la suerte de conocer a Enrique en Huelva (La Rábida) en el marco del II Congreso Andaluz de Periodismo Digital, durante dos días en los que me empapé de las vivencias, lecciones y la sabiduría de todos los grandes profesionales que había por allí, y en el centro de todos y de todo, Enrique Meneses. De hecho, la anécdota surgió en el tren de ida, cuando comprobé que casualmente las tres personas de la fila de detrás iban al mismo sitio. Tres caras desconocidas que acabaron siendo una parte fundamental de aquellos días: Rosa Jiménez Cano, Rodrigo Ponce de León y el propio Enrique.Hay muchos vídeos de Enrique, hablando, compartiendo y enseñando, además de su blog personal. Pero hoy me quedo con un vídeo corto, pero contundente, que he encontrado gracias a este artículo de 1001 medios. Una buena forma de resumir casi una filosofía de vida.
Hace unos días nos dejó el periodista Enrique Meneses. Ibamos a poner "maestro", pero como recuerda Juan Larzabal, no era algo que le gustara mucho. Tanto en las noticias aparecidas sobre su fallecimiento como en el documental que emitió La Dos ("Oxígeno para vivir"), podemos saber mucho más de su carrera periodística, de sus ideas, de todo lo que vivió, de su aprendizaje (constante y casi infinito), de su capacidad innata por transmitir conocimiento a todos.Tuve la suerte de conocer a Enrique en Huelva (La Rábida) en el marco del II Congreso Andaluz de Periodismo Digital, durante dos días en los que me empapé de las vivencias, lecciones y la sabiduría de todos los grandes profesionales que había por allí, y en el centro de todos y de todo, Enrique Meneses. De hecho, la anécdota surgió en el tren de ida, cuando comprobé que casualmente las tres personas de la fila de detrás iban al mismo sitio. Tres caras desconocidas que acabaron siendo una parte fundamental de aquellos días: Rosa Jiménez Cano, Rodrigo Ponce de León y el propio Enrique.Hay muchos vídeos de Enrique, hablando, compartiendo y enseñando, además de su blog personal. Pero hoy me quedo con un vídeo corto, pero contundente, que he encontrado gracias a este artículo de 1001 medios. Una buena forma de resumir casi una filosofía de vida.