Tenía una falta total de sentido del ridículo a la hora de abordar cualquier tema, daba igual que fuera la angustia de E.T. ante la imposibilidad de hacer frente a las abusivas facturas de la compañía de teléfono o la historia de una gallina medio subnormal.
Además de hacer el más absoluto ridículo, cruzaron la línea roja del mal gusto con "Mi amigo felix". Tras esta canción el grupo no dio para mucho más y en 1983 se separaron.
La niña no quiso saber nada del mundo musical y decide retirarse totalmente recuperando su anonimato, todo lo contrario que Enrique del Pozo que intentó seguir en solitario con muy poca suerte. Vamos que se comio un cagarro bastante gordo.