Por Bernardo Villar
Algunas veces (muchas) cuando escucho hablar sobre enrolamiento me queda claro que es una de las distinciones menos comprendidas no solo por los participantes y graduados de los entrenamientos de transformación y liderazgo, sino incluso por muchos entrenadores y centros, lo cual es muy delicado; sobre todo porque es una de las distinciones básicas y más importantes de esta filosofía. Lo que oigo una y otra vez cuando escucho hablar sobre enrolamiento se parece demasiado a manipulación y son dos cosas diametralmente diferentes.
Cuando nos dicen: "se quien debas ser para lograr tu enrolamiento" lo mucha gente escucha es: "manipula del modo que debas para que vengan al taller", permítanme hacer la distinción.
Cuando yo busco salirme con la mía, estoy manipulando. Es un acto consciente y deliberado, es un modo de actuar, de hablar, de conducirse que tiene como único fin que YO consiga lo que quiero.
Cuando yo soy la visión que tengo, cuando yo soy auténtico y estoy comprometido con lo que para mi es importante, es inevitable que la gente a mi alrededor se acerque a ver de qué se trata o por qué existo con esa pasión que da una visión clara y poderosa. un líder es como es porque el contexto en el que existe lo utiliza de ese modo. El líder es del único modo que su visión le permite ser, y esa claridad enrola a otros. Un líder no enrola, la gente se enrola con la visión del líder.
Liderazgo no es tener poder sobre los demás para dirigirlos y utilizarlos en un juego donde solo gana una parte, eso se llama manipulación. Un líder plantea un juego en el que todos ganan y las personas se enrolan en esa visión. Por la visión poderosa que plantea, no por el líder.
El enrolamiento no es una herramienta, es una capacidad del líder de evocar con su visión algo de valor para los demás que los haga ponerse en acción urgente y decididamente hasta conseguirla.
Si esto es lo que causas, felicidades, eres esa invitación irresistible que llamamos enrolador.