Ensalada chèvre-noix

Por Labocachocolate @labocachocolate

Sí, lo sabemos, y os juramos que queríamos evitarlo, pero en esta ocasión el nombre de la receta tenía que ir en francés. No es que nos estemos volviendo parisinos, es que ensalada cabra-nuez suena muy poco apetitoso y queso de cabra y nueces nos parecía muy largo. Además siempre queda como más de alta gama meter alguna palabra en francés en medio de un recetario.

Obviando el nombre, por nosotros le podéis llamar como queráis, esta ensalada os podrá sacar de un apuro en una cena de última hora, es muy fácil de hacer, pero está riquísima y es el típico plato que por sus pequeños detalles hace que los comensales te digan esa frase que taaaanto nos gusta oír “Qué pinta tiene y qué sabor, a ti… TE GUSTA MUCHO LA COCINA, ¿VERDAD?”.

Admitámoslo, después de esta frase todos repodemos “No… lo normal” y nos disponemos a contarles durante horas y horas las maravillas que hacemos en los fogones.

Ingredientes (4 personas):

  • 100 gr de canónigos
  • 100 gr tomate cherry
  • 25 gr de nueces
  • 100 gr de queso de cabra
  • reducción de vinagre de Módena
  • miel

Elaboración

Lo primero de todo es lavar los canónigos y los tomates y secarlos o escurrirlos. Si ponemos cualquier tipo de ensalada en el plato, directamente salida del agua, llenará del líquido elemento todo el plato y restará sabor, hará que la salsa no se adhiera e incluso hay quien dice que puede provocar que te salga pelusilla en el ombligo, así que ya sabéis: lavamos los canónigos y los escurrimos bien, para que estén limpios, pero crujientes.

Lo primero que vamos a hacer es la reducción de vinagre de Módena. Simplemente hay que ponerlo en una sartén y dejar que se reduzca. Tiene que quedar bien espeso, como si fuese caramelo. Pero si lo habéis retirado antes de tiempo no os preocupéis, lo ponéis otra vez en la sartén y dejáis que hierva un poco más. Cuando esté listo lo ponéis en un recipiente y lo reserváis, seguramente os sobre, pero se utiliza en muchísimas recetas, así que lo metéis bien tapado en el frigo y ya lo utilizaréis en otra ocasión.

Con un pincel manchamos el plato con miel, si está dura por culpa del frío la metemos 5 segundos en el micro. Os aconsejo que seáis generosos, el toque de la miel en la ensalada es increíble y, además, queda muy estético.

Para montar la ensalada vamos a utilizar un cilindro metálico, pero podéis hacerlo sin nada. Yo siempre la sitúo en un lateral, no me gustan los platos muy centrados, pero eso es personal. Lo primero que ponemos son los canónigos y presionamos un poco.

A continuación ponemos los tomates partidos a la mitad y las nueces.

Por último ponemos dos lonchas de queso en cada ensalada y terminamos de decorar el plato con un tomate entero, alguna nuez bonita y una hoja de canónigo. Parece una tontería, pero estos tres elementos fuera de la ensalada equilibran visualmente el plato y la vista es tan importante como el sabor.

La aderezamos con unas gotas de la reducción de vinagre balsámico (que estará fría) y listo: una ensalada perfecta como primer plato.