En casa nos encantan las lentejas. En invierno es un primer plato recurrente y que siempre apetece. De hecho es uno de mis favoritos. Pero en verano un potaje de lentejas con chorizo, patatas y zanahoria es muy poco apetecible. En este post os dejo una sencilla receta para comer lentejas también en verano. Un complemento ideal en cualquier dieta y el acompañamiento perfecto de carnes y pescados, aunque también puede tomarse como primero.
Esta es mi ensalada de lentejas, que aprendí a hacer en Bulgaria.
Ingredientes:
* Un diente de ajo
* Eneldo, si tenéis fresco mejor, pero sirve el seco.
* Aceite de oliva
Receta:
En un cazo se hierven las lentejas hasta que estén al dente, que no se deshagan. Depende de la variedad de la lenteja pero yo utilizo la pardina y suele ser media hora de cocción.
Se escurren bien y se dejan enfriar en el propio escurridor para que queden secas.
Se pica muy bien el diente de ajo. Aquí depende del gusto de cada uno, más o menos ajo.
Para que no siente mal os recomiendo abrir el ajo por la mitad y retirarle el corazón.
Mezclamos bien y la ensalada ya está lista, ahora sólo hay que dejarla enfriar bien en la nevera.
Otro truco, para que no se sequen hasta la hora de tomarlas y mientras se enfrían, yo las recubro con un gorro de ducha o con film transparente de tal forma que quede bien pegado a la capa superior de las lentejas.