El cuadro aquí publicado, refleja para el curso 1969-70, datos que ofrecen un crecimiento del alumnado total de enseñanzas medias hasta la cifra de 1.394.423 personas, de las cuales las chicas suman 619.792, habiendo aumentado su representación hasta significar un 44%. Estamos en la etapa final del franquismo, años en los que el Banco Mundial presiona a España para mejorar su deplorable educación facilitando ayudas para ello.
Si relacionamos las cifras de escolares con la población total a través de las tasas de escolarización, tendríamos, para alumnos de enseñanza media, sobre la totalidad de los jóvenes en 1940, la tasa de escolarización fue de un 4,2%, en 1950 fue de un 7%, y en 1960 de un 13%. En cuanto a la discriminación sexista, los alumnos de bachiller serán aproximadamente 2/3 de hombres, por un tercio de mujeres, en las décadas de 1940, 1950 y 1960. (Datos tomados fundamentalmente de: ‘El proceso de universalización de la enseñanza secundaria en España en la segunda mitad del siglo XX: Una aproximación estadística’. Alejandro Tiana Ferrer. UNED. Bordón 65-4. 2013)
Comparemos la cruz de la moneda franquista, con la cara de la democracia.
En la España democrática, las jóvenes inundan las universidades en número superior, ligeramente, al de los chicos. Entrar en la universidad implica un período, desde el nacimiento, de unos 20 años, con escolarización previa en infantil, primaria, secundaria o bachillerato, son las nacidas en los ’70 y posteriores las que tendrán oportunidad de entrar en universidades. En datos actuales del INE, las pruebas de acceso a la universidad del año 2017, aprobaron más chicas que chicos. En el curso 2016/17 más de la mitad del alumnado universitario de 1º y 2º ciclo, y grado, fueron mujeres, lo cual ha sido norma en los últimos lustros. En el cuadro ‘Tesis doctorales aprobadas…’ desde 2010 a 2017, vemos resultados finales de tesis doctorales aprobadas en porcentaje similar de hombres/mujeres.