Hace varios días, puede que incluso semanas, un amigo me lanzaba en el Facebook la invitación a firmar un documento virtual en apoyo a estos profesores de la cosa pública, en afán de lucha sin par. Se da la circunstancia de que mi trabajo se desarrolla dentro de la concertada. Y no sólo no he firmado este panfleto en la red, sino que además estoy totalmente en desacuerdo con esta propuesta. Vaya por delante que soy hija de profesor -de la pública- y mi cariño hacia los amigos -virtuales o no- que trabajan en este tipo de colegios e institutos.
Pero no, no les brindo mi apoyo. Los titulares que estos días inundan mi periódico y telediario habitual son demagógicos. Queridos compañeros, dejad claro que no os queréis lanzar a la huelga salvaje porque os aumenten dos horas lectivas, sino porque, acuciados y achuchados por unos sindicatos que han estado silentes y ausentes durante los últimos siete años de crisis y corrupción política y de pronto -¿es que se avecinan, tal vez, oh dioses, elecciones generales este invierno?- han caído en la cuenta de que los recortes presupuestarios igual no están bien.
Queridos compañeros, no os apoyo porque lo que necesitamos es una reforma seria e integral de nuestro sistema educativo, favoreciendo de una vez por todas la autoridad del profesor, la importancia del esfuerzo, la necesidad de trabajo y reconocimiento del alumno que se pringa por su estudio.
Queridos compañeros, no os apoyo porque cuando el curso pasado los recortes presupuestarios afectaron a la escuela concertada, eliminando con orden legal de fechas de julio y agosto nuestros apoyos, grupos de refuerzo, desdobles, compensatorias y aulas de enlace, ninguno de vosotros, repito: ninguno de vosotros, se lanzó a la calle, recogió firmas en nuestro apoyo, pidió la colaboración y el reconocimiento para nuestra labor. Por cierto, además, que muchos de vosotros tenéis, curiosamente, a vuestros hijos e hijas en nuestros colegios concertados... Ninguno de vosotros habló de los cientos de profesores que fueron despedidos de las escuelas e institutos concertados... Curioso.
Queridos compañeros, no os apoyo porque no os pasa nada por estar dos horas lectivas más en el aula. Porque vosotros, que tenéis nuestra misma titulación y hacéis nuestro mismo trabajo -educar, enseñar-, tenéis un sueldo un 20% superior al nuestro y más medios, así como el reconocimiento monetario de sexenios, no estáis obligados a formación permanente y contínua, no tenéis la presión administrativa que tenemos nosotros ni la vigilancia meticulosa de la Inspección. Nosotros trabajamos 25 horas lectivas a la semana y cinco horas más añadidas hasta las 30 obligatorias legalmente. Cobramos menos y trabajamos un mes en verano.
Queridos compañeros de la enseñanza pública: no contéis conmigo. No tuve vuestro apoyo hace un año. No somos iguales a vuestros ojos. Lo que estáis haciendo, además, nos perjudica a todos, porque nos meten en el mismo saco. Sois unos insolidarios.