Aunque en las facultades y escuelas de negocios serán capaces de contarte decenas de variantes de tipos de publicidad y marketing aplicado, la comunicación comercial se puede entender reducida a seis palabras y clasificarlos según su mensaje en:
Racional:Trata de convencer con razones objetivas. (Razón).Emocional:Trata de convencer con elementos subjetivos. (Corazón).
De producto:Trata de venderte un objeto o servicio concreto. (Corto plazo).De marca:Trata de venderte al fabricante o prestador del servicio. (Largo plazo).
Unidireccional:Lanza un mensaje que no puedes responder inmediatamente. (Cerrado).Bidireccional:El público puede responder o actuar de forma inmediata, Por escrito, por teléfono, on line... (Abierto).
Por supuesto, se trata de seis elementos que pueden combinarse entre si en formas de publicidad más complejas.
Si atendemos a la forma circular del gráfico, cuanto más al centro estemos, más probabilidades de ser eficaz tendremos. Igualmente, si combinamos dos o más elementos, serán más compatibles entre sí los de la parte interior del círculo que la exterior.
El empleo de elementos del interior y del exterior, no necesariamente obtiene anuncios más eficaces, pues complicaría mucho el mensaje, y está ampliamente demostrado que cuanto más simple y unitario sea el mensaje, más fácil será de asumir por el receptor.
A partir de aquí, el resto de variables son las propias de adaptar estos parámetros a los diferentes medios.
Existe una forma más sencilla aún de clasificar los anuncios, en sólo dos palabras.
Buenos: los que venden.Malos. Los que no venden.Esta clasificación es la que uso generalmente cuando alguien de fuera del sector me hace la típica pregunta: "¿Que te parece el anuncio ese del tío que vuela que no me acuerdo qué anuncia pero es buenísimo?"
P.D. La palabra "OK" del gráfico no cuenta, ¡si no serían siete!