Hoy, pero tarde, se ha dado cuenta que hay que atajar la crisis con medidas eficientes, no con buenismo ni con su entreguismo a los nacionalistas ni con seguir encamado con los sindicatos. Si hubiera atajado el problema hace dos años, el remedio, ahora, sería menos traumático. Esta vez no es que las medidas tomadas sean erróneas, sino que no son las justas y pertinentes; antes que iniciar el recorte por los sectores más débiles y sensibles: los funcionarios de carrera, los pensionistas y las amas de casa, debe de empezar por los altos cargos, los ministerios vacíos e innecesarios, los consejeros, asesores, concejales y todo el entramado de las "autonosuyas" que ya hace tiempo están de sobra. ¿Saben cuánta deuda, déficit y paro se cubriría al reducir diecisiete gobiernillos con todo su boato? Elimine las subvenciones a los sindicatos, asociaciones, partidos políticos y otros como las que reciben los artistas de la ceja o las asociaciones tan surrealistas como los maricas y lesbianas de Zimbawe. Retraiga las cantidades que regaló a los bancos y luego, en último lugar, acuda a los débiles, que casi no llegan a comer. ¡Qué lastima de tiempo perdido para la austeridad y el ahorro! Hay que reducir el gasto público y el déficit, pero con un reparto equitativo que haga recaer la carga de la crisis en los más ricos y prósperos y beneficiarios de mamandurrias.
En esta situación, según opinan los entendidos, no se debe subir el sistema impositivo, porque ahuyenta el consumo y la creación de empleo y nos devuelve a la recesión; hay que activar la productividad, causa del crecimiento. Es vital generar confianza, crear riqueza y eliminar ese agobiante número de parados; es preciso abordar a reforma laboral vital para crear empleo y si no puede, como bien le aconsejó su “compañera” Rosa Diez en las Cortes: “Sea usted patriota Sr. Rodriguez Zapatero y convoque cuanto antes elecciones generales”.
Debería de haber un tribunal popular que castigara a los gobernantes que dilapidan el dinero público, pues, ante las abrumadoras necesidades de financiación, la UE ha visto que España junto con Portugal no podía hacer frente a sus pagos y le impone el ajuste irrenunciable. Zapatero siendo presa de las falsas redes que él mismo se ha tejido, ni sabe ni quiere salir de esta situación; caemos cada vez más en un pozo socioeconómico enormemente negro y profundo. La UE ha requerido serias y duraderas reformas sin dudas ni titubeos; nuestra economía padece unas debilidades estructurales que la aquejan en el camastro: escasa productividad, desempleo galopante, inadecuada flexibilidad laboral y capacidad y crecimiento escasos; exige ortodoxia económica y no demagógica búsqueda de votos. Ahorrar para invertir, trabajar productivamente para ahorrar, liberalizar ataduras y trabajar.
C. Mudarra