Lo traigo a colación porque lo que posteo aquí es un extracto del texto en el que Gutiérrez Aguilar se explaya respecto de qué entiende por entramados comunitarios (*). (las imágenes fueron introducidas por mí)
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¿Qué quiero designar con el término “entramados comunitarios” y por qué lo propongo?
Busco referirme a la multiplicidad de mundos de la vida humana que pueblan y generan el mundo bajo pautas diversas de respeto, colaboración, dignidad, cariño y reciprocidad, no plenamente sujetos a las lógicas de la acumulación del capital aunque agredidos y muchas veces agobiados por ellas; pretendo establecer un término suficientemente general -que no universal- como para abarcar los lazos estables o más o menos permanentes que se construyen y se reconstruyen a lo largo del curso de cada vida concreta, entre hombres y mujeres específicos, que no están plenamente sujetos ni sumergidos en las lógicas de acumulación de valor, para encarar la satisfacción de múltiples y variadas necesidades comunes de muy distinto tipo. Intento pensar un nombre, para decirlo de manera sintética, para las infinitas formas colectivas en que se expresa y se realiza el trabajo vivo, el trabajo útil para la producción y reproducción de la vida humana; en fin, para designar de alguna manera la compleja trama humana que habitamos mediante la cual se despliega la energía humana creadora no subsumida realmente o no plenamente ceñida a los designios y formatos de la valorización del valor.
¿Para qué nos sirve, en la tarea de entender la época que vivimos, la distinción confrontada entre “entramados comunitarios” y coaliciones de corporaciones transnacionales?
Nos sirve, básicamente, como hilo conductor para la comprensión general de lo que está ocurriendo.
Si tratamos de ordenar y entender los vertiginosos caudales de sucesos que vemos ocurrir o que contribuimos a producir: por una parte, movilizaciones, tomas de plazas, marchas, acampadas, protestas, asambleas, encuentros, deliberaciones, levantamientos; y también, por otra, matanzas, represión, acoso, crisis, desalojos, quiebras, paro, desprecio, elecciones, maniobras políticas, discursos gubernamentales a cual más sordos, autistas e insensatos… las cosas se organizan con mayor claridad si entendemos que esos sucesos son las expresiones más álgidas, extraordinarias, de la gigantesca y global confrontación entre variados y plurales formatos de múltiples “entramados comunitarios” con mayor o menor grado de cohesión interna y enlace; y las más poderosas corporaciones transnacionales y coaliciones entre ellas, que saturan el espacio mundial de policías y bandas armadas, discursos supuestamente “expertos”, imágenes, reglamentos e instituciones rígidamente jerárquicas.
Los momentos cotidianos de la misma confrontación, que ocurren de manera mucho menos aparatosa, más discreta aunque continua y sistemática, los experimentamos cada quien en la vida cotidiana: se trata del amplio y heterogéneo conjunto de acciones de apoyo mutuo que inventamos día a día para lograr vivir y, así, encarar la también cotidiana cadena de agresiones soportadas a partir de las formas transnacionalizadas de trabajo y vida que se nos han impuesto en las últimas décadas, con sus lastres de inseguridad y endeudamiento, con sus ritmos de trabajo enloquecidos e interminables, con su absurda organización de los espacios urbanos y rurales donde estas mismas coaliciones de corporaciones desarrollan sus sistemáticas y cada vez más abusivas actividades expansivas.
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2 Se nos dificulta “establecer un nosotras-ellos desde allí, desde los entramados, porque lo corporativo entra y funciona y nos incorpora dentro de ellos; así como también, en contraste, nosotros permeamos los ámbitos corporativos más duros cuando recreamos nuevos entramados comunitarios y aún siendo cajeros bancarios o vendedoras de supermercados con horarios de maquila, allí adentro, tejemos esos entramados y nos vamos infiltrando con risas, historias, tiempos, pequeñas protestas y rupturas, que son grietas con potencial enorme para burlar el cerco de la acumulación”. Conversaciones epistolares con Manuel Rozental para la preparación de este volumen. Agradezco sus aportes de corazón.
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(*) En AA.VV. : Palabras para tejernos, resistir y transformar en la época que estamos viviendo, Raquel Gutierrez editora, Cochabamba, 2011, pp. 31-55