LA MÚSICA AMANSA LAS FIERAS Refrán
Los hay tan meticulosos que hasta cansan. El ministro de Cultura checheno, Musa Dadayev, en una alarde de realizar lo contrario a lo que se espera de él, ha prohibido todas las composiciones musicales, vocales y coreográficas que no estén comprendidas entre 80 y 116 pulsaciones por minuto (PPM). Así, a la brava y con un par, que para eso los tiene; y añade que todos los ritmos que se salgan de ahí no se ajustan a la "mentalidad y el ritmo musical chechenos". Llegó dios y decidió que la música tecno o la pop no tienen sitio en esos lares.
Chechenia es una República ubicada en el Cáucaso, entre el mar Negro y el Caspio. Su población es mayoritariamente musulmana. Al ministro no le gustan la estridencias y ha decidido que la música no tiene que ser ni muy rápida ni muy lenta. Pero su gobierno sí que ha estado veloz en reprimir al colectivo homosexual o a cualquier tipo de disidencia. En esos apartados les va el rock and roll. Cuando en el 2017 la ONU pidió explicaciones, la respuesta del Gobierno fue decir que no había nadie LGTBI. Vamos, que los hombres, hombres; y las mujeres, mujeres. Pues ya está: el que no se engaña es porque no quiere.
En Chechenia se producen ejecuciones extrajudiciales, se tortura y se violan los derechos humanos, pero al gobierno le preocupa que la música no se acomode a su gusto. Y es que esta ha de llevar "al pueblo y al futuro de nuestros hijos el patrimonio cultural del pueblo checheno". No seré yo quien les alabe el gusto del ritmo de su folclore si se limita a eso. Alguien debiera decirle que la música amansa las fieras y que en el gobierno checheno están a falta de mucha. Fin