Iglesia de San Roman, Toledo
ENTRE ARCOS (de herradura) ANDA EL JUEGO: EL ARCO CALIFAL.El empleo del arco de herradura por parte de los visigodos fue uno de los legados que el arte hispanomusulmán adoptó convirtiéndolo en un símbolo identificativo de su cultura y su arquitectura.
Fue tal su adaptación y su utilización en todo el arte islámico que, este arco se identifica primeramente con esta civilización obviando en muchas ocasiones su procedencia u origen.
Arquitectura religiosa, como la Mezquita de Córdoba o, el Cristo de la Luz en Toledo; en los baños árabes como los de Jaén; en puertas de entrada a las ciudades, en palacios como el de Medina Azahara…, toda su arquitectura se basa en este elemento básico en la construcción islámica.
Pero no fue una “copia” exacta del arco visigodo, introdujo una serie de variantes que lo diferencian de sus predecesores y lo hacen exclusivo de la cultura musulmana.
Estas variantes radica principalmente en el estrados del arco que está ligeramente descentrado con respecto al intradós, de esta forma, las dovelas más cercanas a la línea de imposta son más estrechas y, van ensanchándose conforme se acercan a la clave o dovela central de mayor tamaño.
Partes de un arco
Otra de las diferencias visibles es que el arco islámico está más cerrado en su circunferencia que el visigodo, generando una mayor sensación de circunferencia el primero.
El arco de herradura califal, como se conoce a este arco tuvo sus propias derivaciones estilizándose éste y formando un “nuevo” arco denominado de herradura apuntado o tumido, este arco será utilizado en la arquitectura mozárabe, mudéjar y en el propio arte gótico.
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