Maarten Klein no ha tenido una vida fácil. Sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial, emigró a Estados Unidos, trabajó duro para sacar adelante a su familia… pero ahora que está jubilado y que sus hijos se han ido de casa, disfruta de una vida tranquila junto a su mujer. O eso parece, porque de repente el Alzheimer hace su aparición y convierte en jirones todo lo que lo rodea.
Narrada desde el punto de vista de Maarten, esta novela nos hace testigos de la progresiva degeneración de la mente de su protagonista, en la que los pequeños olvidos o confusiones van dando paso a una de(con)strucción absoluta de la realidad. Increíblemente realista y sin nombrar ni una sola vez la enfermedad responsable de ese estado mental en el que todo se desdibuja, donde pasado y presente se confunden y sentimientos como el miedo, la incomprensión o la desorientación se vuelven omnipresentes, este monólogo interior nos guía hacia un trágico final en el que la oscuridad y el olvido terminan por devorar al protagonista una vez que el abismo entre su conciencia y el mundo que lo rodea se vuelve insalvable. Desde su cada vez más desestructurada pero increíblemente lógica narrativa, Bernlef también nos hace testigo de la reacción de la esposa de Maarten y de sus intentos por ayudarle, así como de la incomprensión y el temor ante su comportamiento y su progresiva degeneración que llega desde el exterior, lo que confluye en una descripción terriblemente real y completa de lo que supone tanto sufrir Alzheimer como intentar hacerse cargo de alguien que lo padece. Cabe preguntarse, sin embargo, si no es esta novela una muestra más de la desconexión que la enfermedad produce entre las personas que la sufren y el resto de la sociedad, si no estamos ante un análisis más profundo de lo que parece de la psique humana o si, en definitiva, lo que hace Bernlef con esta obra no es sino preguntarse qué ocurre cuando uno de nosotros se aparta del camino marcado. (unlibroaldia.blogspot.com)
Entre brumas cuenta la historia de dos viejos emigrantes holandeses en Boston. Estos emigrantes (por obligación, tras la ocupación nazi) viven una vida rutinaria y apacible hasta que ésta empieza a desdibujarse. Los recuerdos del pasado y los olvidos del presente descubren como funciona la mente de un enfermo de Alzheimer, contado en primera persona. La novela es impresionante. De lo mejor que he leído últimamente. El estilo es directo pero efectivo y uno siente el tormento del protagonista en primera persona. Es capaz de transmitir la angustia del olvido por contraste con la calidez y la felicidad del pasado o, igualmente, por la brutalidad de lo vivido. Su identidad se desmorona mientras el relato avanza a saltos entre el pasado y el presente de manera impecable. No conocía a este autor (que o bien no tiene nombre o no tiene apellido) y lo he descubierto en un paseo al azar por las estanterías de la biblioteca (suelo vagar hasta que un libro me llama la atención), pero me ha picado la curiosidad seguir leyendo acerca de él. (Mario Castro - La Cuesta de Moyano)