Isaki Lacuesta recupera, doce años después de la muy interesante La leyenda del tiempo, a los personajes de Israel y Cheíto, protagonistas de la primera parte de aquel semi-documental. Es por ello sorprendente la vuelta a estos dos hermanos, no por poco interesantes, que lo eran y mucho (muchas de las imágenes de aquel metraje siguen hoy intactas en mi memoria) si no por la configuración que su director ha decidido utilizar. En La leyenda del tiempo apenas eran dos críos, enfrentándose a la reciente muerte de su padre. Aquella película sabía mezclar perfectamente lo documental con lo dramatizado, y eran muchas las ocasiones en las que uno no sabía distinguir entre una y otra. Pero ya por aquel 2006, Isra y Cheíto pedían a gritos una película sobre ellos. Y al fin la tienen, y encima ni más ni menos que con la audacia de haber tenido que pasar doce años para que los volvamos a ver, con sus vidas ya avanzadas y cambiadas.
Entre dos aguas sorprende de primeras porque, lo que en principio parece otro semi-documental, rápidamente da paso a una dramatización al completo. Su director se atreve a acercarse a dos personajes reales (no actores), y dotarles de un valor dramático y guionizado que parece absolutamente natural y real. Es más, en realidad, no sabemos muy bien que partes son totalmente sacadas de la realidad (claramente la aparición de todas sus familias reales, de sus situaciones reales ante eso, sus hijos, sus mujeres…) y cuales no (Isra nunca ha estado en la cárcel en su vida real, a pesar de empezar dentro de ella en la película). Pero, claramente, no es un futuro descabellado, recordando aquellos pequeños niños de La leyenda del Tiempo. Y al final es nuestra realidad, la que los espectadores recibimos, y la que vamos a aceptar. No podemos desgranar uno a uno que esta extraído de ellos y que del guion de Lacuesta, Isa Campos y Fran Araujo, ni falta que hace, porque perdería sentido y magia la propuesta de la película.
Estamos ante un cine de pura contemplación. Dos horas y cuarto, quizá algo alargadas para algunos, pero para nada nunca sobrantes, donde el director se para a mirar a sus personajes de cerca, cara a cara. No hay trama externa (más allá de la reinserción de Isra en la vida cotidiana, su búsqueda de trabajo, su imposibilidad de salir de la delincuencia…), y lo que tenemos a cambio son personajes viviendo, en la realidad y en la pantalla. No hay nada más bonito en el cine que sentir vida. Por ejemplo, esos encuentros de Isra con sus hijas, o las comidas con sus amigos… El reencuentro de ambos hermanos, la pelea en el agua, la brecha del tiempo que cae sobre ellos, un tiempo que no siempre todo lo cura. A cuestas llevan ambos entre otros la muerte de su padre o sus problemas para sacar su vida adelante (cada uno como puede).
Es una película donde el único propósito, y el único esfuerzo que el espectador tiene que hacer para lanzarse por completo a ella, es el de abrazar y empatizar con sus protagonistas, cosa que Isaki Lacuesta consigue de manera maravillosa. Las actuaciones de todos y cada uno de los personajes (o personas) que salen en la película, son tan puras como magnificas. Israel Gómez Romero se revela como un actor con posibilidades de hacer muchas cosas fuera, como Lacuesta ya pronunció en su discurso al recoger una merecidísima Concha de Oro.
Probablemente, estemos ante una de las grandes películas españolas del año, si no la mejor. Pero sin duda, eso no se lo podrá negar nadie, sí que es la más emotiva, la más humana, la más cercana. Su retrato social es viviente, siempre sincero. Se acerca a sus personajes con cariño, pero nunca posicionándose para bien ni para mal, ni entrando en sentimentalismos, se trata por tanto de una mirada absolutamente pura. Y, ante todo, es una vuelta a aquellos lugares que plagaban la primera parte. Regresar a ese puente, donde una pintada para esa chica de la que Isra estaba enamorado sigue presente; regresar a ese grupo de niños ahora adulto y comprobar que todo sigue como estaba… Y esa escena final, impronunciable. No doy detalles, pero aquellos que viesen la primera parte, y se emocionasen con una declaración de amor tan bonita como la que hace Isra, volverán a un paisaje conocido, y volverán sobre una búsqueda tan bonita, junto a las hijas de Israel, que uno no puede más que caer rendido ante ello. Una escena preciosa.
Entre dos aguas es una película vibrante, real y hermosa. Un acercamiento necesario a las vidas de la gente corriente, y ciertos lugares no siempre presentes para todos. Una película que en su sencillez esconde una sabiduría, y una dificultad cinematográfica impensable. Conseguir lo que ha conseguido Isaki Lacuesta, es algo al alcance de muy pocos. Emocionar con la realidad es posible, al igual que emocionar con la ficción, pero juntar ambas partes y que salga una explosión tan viva es algo de innegable talento. No sé si se la catalogará como documental, o si finalmente entrará en categoría de película de ficción, pero, sin duda, Entre dos aguas es una de las grandes propuestas de este año en nuestro cine, y los Goya, así como lo tuvo el jurado de San Sebastián, debería tenerlo muy presente.
En definitiva, ojalá podamos volver sobre Isra y Cheíto dentro de unos años, y que nuestro Boyhood particular siga tomando forma. Yo me quedo con ganas, o al menos nunca me canso, de estar más y más con ellos. De una forma u otra, Entre dos aguas es contemplar la vida, y es contemplarnos a nosotros, a nuestra sociedad, a nuestro alrededor. Es una mirada que nunca deberíamos dejar pasar, una mirada pura.
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- ##check## Lo bueno
- La magia y verdad que desprenden sus imágenes. Pura vida, pura realidad.
La arriesgada y magnifica propuesta de volver sobre los personajes de Isra y Cheito, doce años después. Las actuaciones de todo su reparto que no son actores profesionales. - ##times## Lo malo
- Puede que haya gente a la que le resulte aburrida, o muy alargada innecesariamente.
Puede que, en algún momento, sí que se extienda de más con algún pequeño tema o conflicto.
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- Ambientación 8.0
- La ambientación de San Fernando, y de las zonas bajas, el estrecho, las chabolas al borde de la playa… Todo te acerca a un realismo y humanismo desbordante.
- Desarrollo de Personajes 8.0
- La propia propuesta es un ejercicio de desarrollo de personajes y, por lo tanto, sobre ello gira la película. Es sorprendente como uno conecta tan rápidamente con unos personajes a los que hacía años que no veía. Es precioso ver el desarrollo tan complejo que tienen, sus acercamientos, sus miradas.
- Argumento / Guión 7.5
- El argumento es sencillo, es la vida. No tiene mucho sobre lo que girar, más allá del día a día en La Isla. Pero ahí se encuentra la magia de su guion. Y, sobre todo, como algo guionizado puede resultar tan palpitante y lleno de realidad en la pantalla. Eso es porque, sin duda, está realizado con mano muy cuidadosa.
- Banda / Sonora 7.0
- Una banda sonora, con muchos toques flamencos, que acompañan perfectamente a la sociedad que nos representa, y a sus personajes. El sonido, por su lado, nos sumerge perfectamente en la realidad. Puede que haya gente a la que le cueste entender los diálogos, por la forma que tienen de pronunciar y hablar sus actores, pero sería ser muy tiquis miquis.
- Entretenimiento 7.0
- Hablar de entretenimiento en esta película es complicado. ¿Qué es el entretenimiento? La película no me resulta para nada aburrida, pero hay que ser muy paciente. No es una película para ir a ver una tarde de sábado acompañado de unas palomita.
- Montaje / Innovación técnica 7.5
- Un montaje muy naturalista y paciente. Para algunos les resultara alargado, pero más bien diría que es contemplativo. La innovación, más que técnica, viene de la propuesta formal de su director. Una muy valiente película en todos estos apartados.
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- Puntuación Total 8 / 10
Trailer:
Fuente Imágenes: La Termita Films / BTeam Pictures