Entre el Moldava y el Danubio – 7 días por Centroeuropa -

Por El Mundo A La Vuelta @mundoalavuelta

Dos ríos, el Danubio y el Moldava, son los protagonistas del viaje que durante siete días realizamos por Centroeuropa. Budapest en Hungría, Bratislava en Eslovaquia y Praga en República Checa son las ciudades que vestidas de navidad visitamos y que nos dejaron como siempre, con ganas de más.

Como bien saben los que siguen nuestros viajes, nuestra economía y por tanto, nuestra manera de viajar es Low Cost; casi siempre encontramos una aerolínea con muy buen precio y desde ese aspecto comenzamos a planear los viajes y en este caso no fue la excepción. Ya teníamos previsto quedarnos dos semanas en Florencia haciendo el curso de Italiano y en una de las tantas búsquedas encontramos un vuelo a Budapest con buen precio, sin pensarlo lo reservamos, sin siquiera tener hoteles ni un billete de vuelta.

Leyendo opiniones de otros viajeros, encontramos que desde Budapest es fácil moverse a Bratislava y de Bratislava a Praga y en esa dirección enfocamos nuestras búsquedas, así encontramos compañías de autobuses con muy buena critica y sobre todo con muy buenos precios. El tema de los hoteles, siempre lo dejamos en mano de los principales buscadores que suelen facilitarnos la tarea, y así fuimos encontrando donde pasar las noches ya que los días bien ocupados los teníamos recorriendo las ciudades. Resumiendo, nuestro viaje a estos tres países reporto un total de 410€ para dos personas, en billetes de avión, hoteles y los tickets de autobús ¿nada mal, no?

Siete días fueron los dedicados a este viaje, tres de ellos destinados a conocer la Perla del Danubio, Budapest, nuestra primera estación; allí alquilamos en Paradise Apartments, un apartamento en el Barrio Judío, justo detrás de la Gran Sinagoga Judía de Budapest – la segunda mas grande del mundo – y muy cerca del centro histórico de la ciudad.

Un aspecto importante a tener en cuenta por los viajeros, es el relativo a la moneda. En Hungría circula el Florin Hungaro (HUF) y saber en dónde obtener un buen cambio de divisa es importante si quieres ahorrarte unos euros. En nuestro caso, obtuvimos un buen cambio sacando dinero directamente del cajero, ya que nuestro banco ofrecía un buen precio de comisión por retiro en el extranjero, librandonos de momento de las casas de cambio y aquellos agentes que algunas veces quieren timar al viajero y resultan demasiado insistentes.

El puente de las Cadenas, el Bastión de los Pescadores, el Parlamento, la Ópera, la Basílica de San Esteban, la Plaza de los Héroes, la Citadella y demás monumentos y atractivos turísticos de Budapest os lo contamos en Budapest, la Perla del Danubio, aunque si es importante resaltar que muy a nuestro pesar, Budapest no es una ciudad idónea para visitar en navidades, teniendo en cuenta que muchos de sus mayores atractivos turísticos no están abiertos al público en estas fechas, como la Sinagoga, el Parlamento, entre muchos otros que nos quedamos con las ganas de conocer. Pero en algún sitio teníamos que pasar nochebuena y navidad, así que teniendo en cuenta la comodidad de los apartamentos, fue una buena elección.

Ya se nos acababa el tiempo y decíamos adiós a Budapest, pero no nos despediamos del Río Danubio, porque más al norte, nos esperaba en otra ciudad, un poco mas pequeña pero no menos atractiva. Bratislava, la capital de Eslovaquia, está a poco mas de dos horas de camino y hacia allá nos dirigimos, utilizando los autobuses de Student Agency Bus, una agencia bastante buena y que sin duda recomendamos, por sus buenos precios, amplia cobertura y mejores servicios. A tener en cuenta si utilizan este servicio es la ubicación de sus puntos de salida en Budapest, puesto que no salen de una estación de autobuses, sino de una parada callejera, que a nosotros nos costó unos cuantos minutos encontrar, por todo lo demás, muy recomendable.

Poco mas de dos horas después nos encontrábamos en Bratislava, nos recibía una ligera llovizna y ya se había ocultado el sol, así que el frío era un poco mas agresivo, lo cual nos llevo a pensar en irnos hasta el hotel en Taxi ya que el transporte urbano de autobuses parecía no funcionar. Según Google Maps, nos encontrábamos a 20 minutos del hotel, poco mas de 5 minutos en coche, pero al vernos la cara de turistas, los taxistas no dudaban en pedirnos 30€, así que a pesar de la llovizna decidimos caminar sin mapa, pero con el ligero recuerdo del camino y así llegamos al hotel, preguntando se llega a Roma dice el dicho, pues a nosotros nos funcionó y llegamos al Hotel Park Inn Danube, justo en el centro histórico de la ciudad.

Las 24 horas en Bratislava fueron mas que suficientes para “conocer” la ciudad y sus principales atractivos. Contamos con la suerte de caminar por sus callecitas durante la noche y nos encantó, así mismo tuvimos la suerte de verla durante el día y sus paisajes no tienen que envidiarle nada a otras ciudades, teniendo en cuenta que durante el día luce con mas fuerza el protagonista de nuestro viaje, el río Danubio.

Nuevamente acudimos a Student Agency Bus para llegar a nuestro siguiente destino. Esta vez el trayecto era un poco mas largo, cuatro horas de camino entre Bratislava hasta Praga, pero la comodidad y servicios del autobús hicieron que este trayecto no fuera tan tedioso. Arribamos a Praga sobre las 9 de la noche a la estación principal de autobuses Florenc. Desde allí habíamos buscado la ruta de autobús y tranvía que nos llevaba hasta el hotel, al final optamos por autobús que en 25 minutos nos dejó en el Hotel Fortuna City Prague.

En esta ocasión optamos por un hotel mas alejado del centro de la ciudad, aunque con una excelente comunicación, teniendo en cuenta que para los hoteles mas cercanos al centro de la ciudad el precio se iba por las nubes, y nuevamente leyendo a otros viajeros que nos hacían referencia acerca del buen transporte, decidimos ir a las afueras por un precio mas acorde a nuestro bolsillo.

En Praga a diferencia de Budapest, encontramos cambio de moneda más favorable algunas casas de cambio, aunque al llegar a la estación de autobuses sacamos unas cuantas Coronas Checas (CZK) para los gastos de ese primer día, y al día siguiente ya cambiariamos otras cuantas Coronas más. Aunque el pago con tarjeta siempre es la mejor opción, sin embargo es indispensable llevar efectivo para comprar entradas a algunos sitios y por supuesto para comer, puesto que no somos mucho de restaurantes y menos cuando estamos de viaje, así que vamos comprando lo que vamos pillando por el camino, en esos sitios donde no se suele pagar con tarjeta.

Nuestros recorridos por Praga los relizamos con la compañia de Sandeman’s, una buena y lúdica forma de recorrer las ciudades, hicimos tres de sus mas importantes tours, uno de ellos el gratuito, en donde nos mostraron la plaza vieja de la ciudad, el reloj astrónomico, la torre de la pólvora, el cementerio judio y muchas otras más.

Tambien realizamos con Sandeman’s, la visita al Castillo de Praga en donde además nos enseñaron el callejón del Oro, la Catedral de San Vito, la casa de Fran Kafka, el niño Jesús de Praga, el Puente de Carlos y muchos detalles mas. Del mismo modo, realizamos el tour a Terezin, un pequeño y tranquilo pueblo a una hora de Praga, pero que fue un punto estratégico para el desarrollo del Holocausto Nazi. Allí se utilizó una antigua fortaleza como un campo de concentración nazi y el pueblo como un Gheto judío. Sin duda una historia que nunca hay que olvidar y que tuvimos la fortuna de conocer.

Nuestros siete días llegaban a su fin, atrás habíamos dejado el río Danubio y ahora era la hora de despedirnos del Moldava, pero esto no quiere decir que ahí se acabe nuestra aventura en Praga, puesto que nuestro nuevo destino era Venecia y el vuelo salía poco antes de las 6 de la mañana, así que decidimos pasar la noche en el aeropuerto internacional de Praga Václav Havel.

Después del trajín de los últimos 7 días lo ideal hubiese sido descansar y no es un aeropuerto el lugar mas idóneo para ello, sin embargo el aeropuerto de Praga tiene unas comodidades bastante generosas para los que como nosotros decidimos pasar noche allí. Mini-cinema, supermercado, Wifi gratis (ya podrían aprender los de Barajas) y una calefacción que envidiarian muchos.

En definitiva, pasamos una noche dentro de lo que cabe, bastante comoda y por si fuera poco, hubo tiempo para el ocio y Eva se dedico a buscar un Geocaché, que a su parecer ha sido el mejor Geocaché jamas encontrado, tanto que dice que volvería a Praga por buscarlo de nuevo, en fin. De esta manera se acaba nuestra historia en el centro de Europa, ya ahora del volver al sur y Venecia, Padua y Bolonia nos esperaban antes de volver a Malta y Madrid.

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