Entre héroes y guardianes

Por Laocoont


“Choose your own Adventure” o lo que es lo mismo una multitud de jóvenes locos por consumir las intrigantes historias que esta serie de libros invadían las librerías de los años 80. La apertura de la historia al usuario fue un gran avance en cuanto a arte literario se refiere. El lector decide, el lector avanza según su criterio y se consigue una simbiosis extraña entre objeto – en este caso libro – y lector.

Treasure Co. Ltd. (Japón, 1992) decidió en su momento ofrecer a los jugadores con Guardian Heroes (Saturn, 1996) un amplio abanico de personajes para que éste fuese el que decidiera con cual acometer la historia. Pero, ¿qué historia? La que usted elija, sin más. Un nuevo concepto entre “beat’em up” horizontal, juego de rol y anime que se juega en la época medieval. Una extraña mezcla que se suma, encabalga y provoca una explosión de júbilo a quien la prueba.


Ser un héroe es una ardua tarea, más si en todo momento uno debe decidir quién ser y qué hacer. La toma de decisiones marca el devenir de cada suceso y por lo tanto nos define como jugador. Avanzar es la única opción posible, un camino inseguro, desconocido y lleno de enemigos que cómo único objetivo tendrán el acabar con nuestros huesos bajo tierra. Y todo por culpa de una Espada y la eterna historia del Bien y el Mal. Pero, ¿quién es quién?

Los Espíritus de la Tierra buscan su hegemonía en el mundo humano, cosa que los Espíritus del Cielo pretenden impedir al entender que desde su posición son ellos los legítimos poseedores de tal decisión. Y en medio un grupo de héroes que destapan el poder de una Espada Legendaria. Una espada que fija la atención de los “Espíritus” en su portador y desata la locura en forma de combate continúo al que deberá afrontar nuestro elegido.

Ninjas, soldados, paladínes  o magos. Varias son las opciones que crean un climax un tanto especial. Un compendio entre diferentes estilos de lucha que generan dudas en el jugador. ¿Cuál dejo de utilizar? ¿Qué característica debo potenciar? O simplemente una mera cuestión de “feeling” configurado por el arquetipo estereotipado de la influencia literaria (si existe) que provoque algo de empatía con el personaje escogido.

Y es en esa elección donde radica la diferencia, puesto que atacar con magia o a base de espadazos modificará nuestra forma de jugar. Nuestra perspectiva entorno al juego. Sin embargo, tal y cómo sucede en otros títulos similares (véase Castle Crashers del que hablamos aquí) la experiencia no conduce al jugador a la repetición excesiva de una combinación prefijada de botones. ¡Al contrario! Conocer aquello que hace único a cada personaje nos dará un “plus” a la hora de afrontar una batalla.

Gunstar Heroes (Mega Drive, 1993) ya marcó un camino que luego sería aprovechado por otros títulos. De hecho Guardian Heroes bebe de las fuentes directas de ideas surgidas de este grupo de programadores que dejaron títulos como Dynamite Heady (Mega Drive, 1994) u otros posterioes a la heroica propuesta como Radiant Silvergun (Saturn, 1998), Sin & Punishment (Nintendo, 2000) o el gran Ikaruga (GameCube, 2001) entre otros.

Un dulce néctar que se ofrece de nuevo en una acertada doble versión. Una primera intacta que rememora píxel a píxel el trazado de la obra original. El segundo más atrevido, aúna lo mejor del mal utilizado HD y lo pinta de nuevo sin dejar espacios en blanco. Visualmente perfecto, gráficamente impecable y jugablemente ampliado siempre sabiendo cuál es el punto de partida.

Guardian Heroes nació para ser compartido y por ello tras esta nueva reedición se abre al público, ofreciendo una auténtica batalla campal compartida. Una experiencia perfeccionada y adaptada a los tiempos que corren. Nadie se queda fuera, todos tienen su lugar. Algo así como una lectura en voz alta, donde todos aportan para conseguir llegar hasta el final. Algo que no será sencillo, que no será rápido y por supuesto no será gratuito, todo tiene peaje y éste son horas de inmersión en una historia fluctuante entre lo atractivo y lo desconocido.

Una experiencia fruto del buen hacer, que interactúa con el usuario como aquellos libros de los años 80. Un “escoge tu aventura” cuando realmente lo que haces es elegir cual será tu destino. Una obra que sin duda merece ser releída, rejugada y relanzada. La presencia del Bien contra el Mal es irrelevante cuando el principal objetivo es disfrutar delante de la pantalla.