Últimamente me pica la nariz con cierta frecuencia. Hasta ahora no había sido consciente de ésta extraña sensación; las primeras veces, lo pasaba mal, mis manos inanimadas, no correspondían.
Una noche, escuché un tic tac. Miré a mí alrededor buscando su origen, hasta que supe, que provenía de mi interior. Poco a poco sentí como mi cuerpo se mostraba menos gélido, por fin, pude aliviar el molesto escozor; una de mis manos supo que hacer, qué bien me sentí. El cambio climático debe de ser.Texto:María Estevez