ENTRE LA APATÍA Y LA DESGANA
Toda la vida de Albertina había sido un impasse, siempre aguardando que llegara ese instante adecuado, justo y oportuno para decidirse, para lanzarse tras su sueño. Demasiado tiempo perdido, nunca fue su momento. Cuando supo que le quedaban apenas unos meses de vida, su mejor amigo le preguntó:-¿Hay algo que desees con muchas fuerzas y no quieras dejar de hacer?Tras un prudente silencio, Albertina respondió con cautela-. Bien, lo pensaré con calma ¡Las prisas no son buenas!...Y su vida se consumió.©Samarcanda Cuentos-Ángeles.