El 26 de noviembre próximo va a celebrarse en Oviedo (España) un seminario titulado Conflictos entre ciencia y marketing. Está organizado por la Plataforma No Gracias de médicos por la ética y Farmacriticxs, estudiantes de medicina con similar visión del oficio que los anteriores. Estas organziaciones están impulsando una campaña permanente que denominan Libre de humos industriales/empresariales. Sin patrocinio de ninguna industria: ni medicamentos, ni alimentos, ni tecnologías ni asesorías ni otras. Desean establecer una relación transparente, proporcionada e independiente con las industrias y por ello rechazan el patrocinio industrial/empresarial. Este es un movimiento que promueve que se etiqueten como Libre de humos industriales/empresariales las actividades docentes y de investigación de médicos y estudiantes de medicina que se realicen sin patrocinios
He charlado con Juan Gérvas, al que ya muchos de ustedes conocen porque es colaborador de este blog. Juan es médico y profesor de Salud Pública en la Universidad Autónoma de Madrid y uno de los fundadores del equipo CESCA.
-¿En qué consiste la idea de la campaña, qué objetivo tiene?
La campaña tiene dos objetivos: 1/ sensibilizar a los médicos/estudiantes de Medicina acerca de la omnipresencia industrial en las actividades docentes y de formación continuada y 2/ promover la realización de las actividades sin dicho patrocinio mediante un lema, una “etiqueta”, un nombre común que haga visible la independencia. La idea es que sí existen actividades docentes y de formación continuada (seminarios, jornadas, congresos, talleres y demás) sin patrocinio industrial/empresarial, pero son poco visibles. La idea es dar visibilidad a dichas actividades y lograr transmitir un colectivo orgullo sano por su realización.
-¿De dónde parte esa idea, quienes la promueven?
La idea parte de la constatación de que las actividades docentes y de formación continuada sin patrocinio industrial parecen tener menos “glamour”, menos visibilidad y menor impacto científico y social; es decir, parecen menos profesionales, más de “aficionados” y de “un grupo de amigos”. Conviene poner en marcha un mecanismo de validación, de orgullo colectivo sereno, de reivindicación de “otra formación es posible” y de afirmación científica y social. De ahí la campaña, que será permanente en el tiempo e intentamos que sea mundial (de hecho ya se han sumado, por ejemplo, organizaciones argentinas y portuguesas, además de españolas).
Promueven la campaña dos organizaciones que reclaman el establecimiento de relaciones independientes, proporcionales, prudentes y transparentes con las industrias y empresas sanitarias: NoGracias (médicos y profesionales sanitarios que toman como símbolo y nombre el rechazo a las invitaciones innecesarias de las industrias, como señal de independencia) y Farmacriticxs (estudiantes de Medicina y de Ciencias de la salud que buscan la ética, independencia y transparencia de su formación respecto a las industrias/empresas sanitarias, en http://farmacriticxs.ifmsa-spain.org/).
-¿Qué calado puede tener en la clase médica actual?
Muchos médicos empiezan a estar cansados de la agresividad de algunos de los métodos de ventas (marketing) de las industrias de medicamentos, alimentos, tecnología y demás, así como de las empresas de servicios. En algunos momentos se sienten incluso ofendidos, bien por lo burdo de la manipulación de los hechos científicos bien por lo grosero de las invitaciones. Es un momento, además, en que muchos médicos y estudiantes son conscientes de las técnicas que llevan a la medicalización de la sociedad (con la invención de enfermedades lo que los británicos llaman disease mongering) y de sus efectos perjudiciales para la salud. Muchos médicos y estudiantes son muy criticos con las actividades patrocinadas por las industrias/empresas, que a veces son obscenas en su doble sentido de “venta” de no-verdades científicas y promoción de unas relaciones demasiado “íntimas”.
-Si no entiendo mal se trata de intentar que se etiqueten como tal las actividades no financiadas por la industria pero quizá esas sean precisamente las que no hace falta etiquetar así ¿no?
Por supuesto, las actividades sin patrocinio industrial/empresarial suelen ya tener por sí mismas un nivel científico elevado y un interés mayor que la media, pero menor eco. Conviene que cuenten con un lema y nombre que las realce y dé visibilidad a su independencia. Es un poco como el programa de la Unión Europea de “bandera azul” para las playas.
-Dado el nivel de financiación de eventos sanitarios por la industria actual supongo que el objetivo sería intentar que cada vez más de esos eventos sean libres de humos empresariales pero ¿cómo conseguirlo además de creando una opinión pública favorable a los mismos?
El objetivo es dar visibilidad a los eventos sin patrocinio industrial/empresarial. Por contraste, y sin querer, se hace notar la influencia de dicho patrocinio en los otros eventos. La idea es lograr que el ejemplo cunda, que se interiorice que son posibles los eventos sin patrocinio industrial/empresarial. Es importante la visibilidad, el lograr que se tenga en cuenta la posibilidad de no contar con el patrocinio de industrias/empresas. Hay que erradicar la “conexión automática” entre docencia y formación continuada y patrocinio industrial/empresarial. Otros grupos profesionales lo logran sin mayor problema, como por ejemplo los matemáticos y físicos.
-Muchos eventos son innecesarios, puro marketing de las industrias, pero entonces ¿de dónde proponen que salga la financiación?
La financiación puede reducirse a la décima parte si evitamos el innecesario boato y lujo, y si logramos una frecuencia de reuniones y actividades proporcional a las necesidades docentes (y no a conveniencia de las necesidades del marketing) . La docencia no requiere ni de palacios de congresos ni de azafatas, ni de lugares paradisiacos ni de cenas pantagruélicas. La docencia y formación continuada buscan la transmisión de conocimientos, el compartir experiencias y la puesta en común de ideas y hechos. Esta visión lleva a utilizar, por ejemplo, recursos públicos docentes, como universidades, institutos, centros culturales y otros. Los gastos se pueden cubrir con ayudas públicas para docencia de organismos de la Administración, en sus distintos niveles (incluso de las corporaciones locales), con las inscripciones, con el soporte de fundaciones independientes, y de asociaciones científicas y profesionales.
Más info: En los libros Traficantes de salud y La salud que viene.