Entre la ideología y la responsabilidad

La crisis que está viviendo medio mundo nos está demostrando no solo que las políticas económicas de los gobiernos están totalmente supeditadas a los caprichos de los especuladores, que campan a sus anchas en los mercados bursátiles, sino que, cuando los números aprietan, unos aparcan su ideología y otros su sentido de la responsabilidad. La crisis nos ha revelado que el nuevo Mesías que salvará al mundo de esta gran recesión es español y se llama Mariano Rajoy Brey. El líder de la oposición no se ha cansado de repetir que el gobierno no ha actuado a tiempo, no ha tomado las medidas correctas y que, aplicando las suyas, España saldría de la crisis. Solo dos ejemplos: la eliminación de los famosos tres ministerios nos ahorrarían 111 millones de euros, mientras que las propuestas presentadas por el PP en el Pacto de Zurbano nos habrían costado, sí costado, 15.000 millones de euros. Hagan cálculos, matemática pura. Esto son medidas y lo demás tonterías.
No lo dude: si Rajoy fuese hoy Presidente del gobierno nuestro país no habría notado la crisis, y si ocupase la presidencia de turno de la Unión Europea, Irlanda no habría rebajado más de un 5% los gastos sociales y el sueldo de sus funcionarios públicos, Portugal no subiría el IVA hasta el 21%, Francia no reduciría un 10% el presupuesto de todos sus ministerios, el Reino Unido no tendría que adelgazar su déficit este año en 7.000 millones de euros o plantearse aumentar el IVA del 17,5% actual al 19-20%, ni Angela Merkel anunciaría a sus compatriotas medidas drásticas de ahorro que no excluirán área alguna, sentenciando que "Alemania ha vivido durante muchas décadas por encima de sus posibilidades". ¿Qué pasa, que todos estos países, gobernados por ideologías tan dispares, tampoco actuaron a tiempo ni tomaron las medidas necesarias para no verse ahora en semejante tesitura? Ya lo decía Mariano: “lo de la ideología es demagogia barata. Cuando uno gobierna con más de cuatro millones de parados, hace la política más antisocial”. Lo saben bien quienes tienen la responsabilidad de gobernar y responder a los ataques de los mercados internacionales al euro. Otra cosa es que quien está en la oposición, porque le interesa, nos venda otro cuento.