Una de las frases más conocidas dentro de la literatura es aquella que Franz Kafka le dijo a Oskar Pollak en una carta que le escribió en 1907: “Un libro debe de ser el hacha que rompa el mar helado dentro de nosotros.”
Esta descripción me parece la más acertada para el primer momento en el que me enfrente a la lectura de Samanta Schweblin, una escritora argentina nacida en 1976, y que se ha dedicado a la escritura de cuentos, novelas, además de dar talleres de literatura.
La primera vez que conocí su obra fue con su cuento “Pájaros en la boca”, donde nos narra la historia de un padre que debe de hacerse cargo de su hija, la cual ha empezado a tomar la costumbre de solo alimentarse de aves. La manera en que ella describe los sucesos de este hecho me dejó con una sensación de intranquilidad a lo largo de la lectura. El hacha había tenido efecto.
Después de eso me decidí por leer más de sus cuentos en Siente casas vacías. Fue en ese momento en que fui encontrando una constante a lo largo de sus relatos. En ellos existía una sensación de incomodidad en espacios donde uno espera que no los haya. En especial en la relación de la familia. Como bien menciona Constanza Hola en su entrevista con la autora para la BBC[1], su obra se centra en este aspecto, en la dificultad de las relaciones familiares o de pareja, tomando los dramas dentro de ellos. Y además de eso, les agrega un carácter que convierte muchos de ellos en cuentos de terror y suspenso.
Sin embargo, a pesar de crear un ambiente que por algunos momentos parece cercano a la fantasía, me parece que es algo más sencillo, pero más poderoso. Sin recurrir a la creación de aspectos fantásticos, crea situaciones donde la normalidad se pone a prueba. Una niña que decide comer aves, una chica que descubre el espacio que ocupa en el mundo, una señora que poco a poco va necesitando de una lista para ir recordando lo importante. Un simple cuestionamiento del mundo que lleva a sus personajes a situaciones extremas. Y a nosotros, como lectores, nos hace recorrer el camino junto con ellos.
De igual manera, la autora no se decide por dejar un final que rompa con esa tensión que le otorga al lector. Deja que el cuestionamiento se quede y que siga haciendo preguntas. Que siga rompiendo el hielo dentro de nosotros. Una escritora que, como si quedaran dudas, recomiendo sin dudar.
[1]https://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/10/151026_hay_festival_entrevista_argentina_samanta_schweblin