Entre las páginas (19): La fabulosa historia de Henry N. Brown

Publicado el 28 noviembre 2012 por Poy
El lunes pasado os dejé la reseña de un libro titulado La fabulosa historia de Henry N. Brown que contaba la historia de la Europa del siglo XX a través de los ojos de un osito de peluche que va a tener diferentes dueños de diferentes países. Como os conté, la novela me gustó bastante, aunque hubiese preferido que la autora se explayase en temas históricos o políticos del momento.
El caso es que me gustaría dejaros un par de citas de la novela, algunas de las que me llamaron la atención.

Fue un época tranquila. Los últimos quince años fueron una época tranquila. Demasiado tranquila para mi gusto. Soy un oso de peluche que ha vivido mucho, un oso que prefiere caer en el ardor del combate a morir plácidamente tras un cristal. Pero es obvio que ya no me quieren como juguete. La gente. Me mirar como una reliquia de tiempos remotos. Tal vez, en el fondo de su corazón, sienten nostalgia por un juguete como yo. Pero hoy en día se juega de un modo distinto a cuando yo nací. Eso lo he aprendido durante los últimos años: todo tiene que ir deprisa, tener algún efecto y, a ser posible, un efecto totalmente automático. Y yo no soy así. Por suerte.

Esta cita me gustó y me la apunté para subirla al blog porque muestra los últimos años de Henry, cuando toda la inocencia del principio, de los años inmediatos a los que “nació”, se ha convertido en el aburrimiento y en el tedio de ver que ya no es útil para nadie. Se ha quedado anticuado tras vivir varias décadas haciendo feliz a los demás, y ahora nadie quiere jugar con un oso viejo.
Jugábamos y jugábamos y jugábamos. Nunca he jugado tanto como en los años con Robert. El niño, de poca estatura y flaco, crecía despacio, para preocupación de la madre, y a veces yo sospechaba que toda su energía fluía en su imaginación, que florecía impetuosamente.
Robert no se aburría nunca. Siempre se le ocurría algo nuevo. Pronto dispusimos de un gran arsenal de escenarios distintos, que se fueron desarrollando a lo largo de los años. Los personajes variaban de vez en cuando, pero los protagonistas eran siempre los mismos: Robert y Doudou.
Fuimos cowboys y cazadores de dragones, directores de circo y, a veces, él hacía de gigante grande y yo de pequeño.
Mi juego favorito era viajar en el tiempo. Con nuestra máquina del tiempo podíamos recorrer los siglos velozmente y sin problemas, pero siempre optábamos por un viaje concreto. Íbamos a parar a noviembre de 1783, justo a tiempo para ver el aterrizaje de Montgolfier en la rue Bobillot.

Por el contrario a la cita anterior, esta muestra los primeros años del oso (bueno, realmente en este punto ya tiene unos veinte años) en los que cumple su cometido a la perfección. El oso no solo observa curiosamente todo lo que pasa a su alrededor, sino que se ve capaz de hacer feliz a cualquier niño del planeta, de escuchar todo lo que éstos tengan que contarle.
Al principio, me costó asumir ese papel. Reconozco que me habría hecho falta un poco de charla. Me habría gustado perderme en juegos despreocupados, solo para no tener que pensar en lo que tanto echaba de menos.
Me sentía solo en brazos de Melanie, me sentía en cierto modo abandonado cuando, a cada paso, mi cabeza se estrellaba contra su rodilla. Pero así era Melanie, y me necesitaba, aunque de una manera distinta a lo que estaba acostumbrado. Y, como siempre, no valía la pena compadecerse. Un oso hace lo que un oso tiene que hacer.

Esta frase me la apunté porque mostraba un poco cómo se ve el oso a sí mismo, y cuál es la función que cree que le corresponde. Para Henry, un oso de peluche sirve para desahogarse, para liberar todas las penas y dudas, para reconfortar. Esta chica, Melanie, no es del todo normal, y Henry intenta ayudarla con su presencia desde su muda y silenciosa compañía. La verdad es que de todas las casas en las que Henry ha estado, y por tanto de todas las historias que Henry nos cuenta, me quedo con esta y con la de Laura, una chica que no se lleva muy bien con su familia.
¡Espero que os hayan gustado las citas! ¿Cuál os gustó más? ¿Y cuál menos? ¿Habéis leído el libro? ¿Qué citas os habéis apuntado? ¡Nos leemos!
Poy