Hay libros extraños. Empiezan siendo uno y acaban siendo otro, y a la vez siguen siendo el mismo. Hay libros que adquieren una gran intensidad justo al acabar el primer tercio del mismo, otros no la adquieren hasta el final y la mayoría no la logran nunca.
Entre cielo y tierra, de Jón Kalman Stefánsson (Salamandra) es uno de estos libros. Empieza siendo una novela sobre un grupo de pescadores de bacalao en la Islandia de hace más de un siglo. Podría decir de intrépidos pescadores por el gran riesgo que corren cada día cuando entran en el mar que les da de comer, pero que también puede quitarles la vida. Pero no, no son intrépidos, entran en el mar por necesidad. No tienen otro remedio. El duro paisaje y el aún peor clima de Islandia no les ofrece más posibilidades. Pronto nos daremos cuenta de que hay otro personaje, el clima, y que éste es poderoso y letal. Más adelante creeremos que estamos ante la historia de uno de los pescadores y, después, descubriremos que lo que estamos leyendo es la historia de un montón de personajes, bastante herméticos, unidos entre sí por un fino hilo, delgado y a la vez consistente.
Entre cielo y tierra es una novela extraña... y poderosa. Narrada con un lenguaje que en muchos casos bordea la poesía, es una meditación en absoluto melodramática sobre la naturaleza humana. Muy contenida y quizá tal vez por ello lírica.