Revista Política

Entre pillos anda el juego. El porqué de la desafección política.

Publicado el 15 enero 2013 por Ciberantropologia @alfonso2punto0

Cuando los políticos, tanto en España como en otros países, determinan que ya han cumplido su abnegada etapa de sacrificio altruista por el resto de sus compatriotas, suelen retirarse en empresas con las que tuvieron algún trato durante su mandato. Sirvan como ejemplo los casos de Felipe González, que fichó por Gas Natural, o Aznar, que hizo lo propio por Endesa. Esta práctica es mirada con recelo por los sectores sociales más críticos, que no ven claro como un presidente que ayuda a privatizar una sustanciosa empresa pública, tras abandonar su puesto público acepta otro, aún mejor remunerado, en la empresa que privatizaron. Sin embargo no sólo las cabezas visibles de los gobiernos se aprovechan de su posición de privilegio para asegurarse un “sueldillo extra” al finalizar su cargo”.  En la amplia jerarquía de jefes y jefecillos de nuestro país vemos como algunos antiguos ministros (Rodrigo Rato) salen impunes tras hundir cajas de ahorro, lo que parece ser una costumbre familiar, y pasan de buenas a primeras a cargos de primera línea en empresas de comunicaciones (uhhh, en España solo se ha privatizado una de este tipo, precisamente cuando era presidente de gobierno el señor Aznar que, curiosamente, deseaba a Rato como sucesor). También en las filas del PSOE son aficionados a estas prácticas, y vemos como Bibiana Aido, exconsejera de igualdad de la era zp, se proporcionó un puesto en Nueva York, con un sueldo también muy sustancioso, lo que le permite vivir en un barrio chic, con vecinos populares  como Beyoncé, Mariah Carey, Meryl Streep o Robert De Niro.  Y es que resulta que es del todo normal, ya que un puesto de estas características en la ONU, un nivel P5, está muy bien pagado. Concretamente entre 8.000 y 10.000 euros al mes. Sin embargo, lo que no resulta normal es que en la administración, tras un duro proceso de concursos y oposiciones,  un doctor no llegue a 3.000€, un licenciado esté entre los 1.500- 2.000 mientras que para ser ministro no se pida nada. Bueno, un buen padrino, ya que el mayor mérito del c.v. de la señorita Aido resultó ser protegida de Chaves. También aprovechan su situación consejeros autonómicos como el señor Juan José Güemes, que en la actualidad es consejero de Unilabs (Grupo Capio), la empresa sanitaria que compró el 55% de la UTE a la que él mismo adjudicó el servicio público de análisis médicos en seis hospitales madrileños. Y no sólo conforman este lastre los que recalan en la empresa privada, sino aquellos que va absorbiendo el sistema por la puerta falsa: gabinetes, consorcios, diputaciones, fundaciones… Demasiado peso para los presupuestos de un estado de economía poco boyante. Y demasiada poca ética para después decir: “es que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”.
Este tipo de actitudes llevan a crear un sentimiento de rechazo hacia la clase política, así como una brecha entre ciudadanía y las estructuras de poder. Esta falta de afecto, esta desafección, lleva al fracaso de los sistemas democráticos. Las urnas dejan de ser una referencia y se convierten en una débil y falaz fuente legitimadora. Sin embargo, desde la cumbre de la pirámide  electoral, elegidos y electos se congratulan con participaciones por debajo del 50%, haciendo caso omiso a las señales de desidia del electorado.
alfonsovazquez.comciberantropólogo

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