Un último suspiro se perdió entre su boca y la almohada cuando su cuerpo se desplomó sobre el mío, al hacerlo, los rizos de pelo negro se deslizaron por su espalda mientras las puntas de su cabello se entretenían rozando mi costado.
Un susurro entrecortado me pedía que no me saliese, y eso hice, dejando que el sonido de su respiración acariciase mi oreja humedecida por sus labios, era como tener el mar al otro lado, un mar que recuperaba la calma después de una tormenta.
El sudor caliente salía de sus poros para fundirse con el mío, entre ambos una fina película de humedad hacía que su cuerpo se deslizase sobre mí a la vez que notaba como su tersa piel ardía sobre la mía.
Una notificación en la pantalla del móvil iluminó durante unos segundos su cuerpo, mi mirada recorrió su espalda de piel morena desde la columna hasta llegar a las curvas de sus nalgas de piel blanca, que poco a poco se iban oscureciendo mientras la débil luz que provenía de la mesilla, perdía intensidad y la oscuridad volvió a cubrir su cuerpo.
Sentí como una tibia humedad iba empapando el vello de mi sexo mientras ella tensaba con fuerza sus músculos, resistiéndose a que saliera de su interior para prolongar aquel momento.
Cuando sus brazos se colaron entre las sábanas y mi espalda, la suave piel de sus senos acarició mi torso, a la vez que sus duros pezones se enredaban entre el vello de mi pecho, y acompasábamos nuestra respiración.
Pequeños escalofríos entre susurros y silencios marcaban la cuenta atrás de aquel momento, el final de una noche y principio de una mañana que quisimos hacer eterna.
Colaboración que publique previamente en el blog de ByLuis7
Blogversario 2018