Qué grata sensación la de revisar una película que en su momento te gustó... en compañía de alguien que aún no ha tenido el placer de verla. Esto mismo sucedió hace poco en la Wasabi Manor, cuando servidor de ustedes le puso a Sidhe Pero... ¿Quién Mató a Harry?, la divertida rara avis del maestro del suspense Hitchcock.
En un pequeño pueblo de Vermont (Usamérica) aparece el cuerpo recién matado de Harry, un curioso personaje del que no se podía decir que despertase simpatías en nadie. Tres de los extravagantes vecinos son los principales acusados: el capitán Albert Wiles, un viejo ex marinero, la solitaria Ivy Gravely, una encantadora solterona, y Jennifer Rogers, una atractiva madre soltera. Nadie parece lamentar la terrible pérdida, y los vecinos parecen más preocupados con seguir con sus propias vidas que con esclarecer el asunto... a excepción del ayudante del sheriff Calvin Wiggs, un hombre de férreas convicciones que hará todo lo posible para descubrir al asesino.
En esta divertida comedia negra presenciamos el debut cinematográfico de la pizpireta Shirley MacLaine, que tras una prometedora carrera en los escenarios teatrales se estrenaba en la gran pantalla gracias al orondo mago del suspense. Junto al genial John Forsythe, con el que durante toda la película mantiene una química explosiva, de lo mejorcito de esta tremenda peli de desarrollo muy teatral.
Como ya he dicho, esta Pero... ¿Quién Mató a Harry?, aparte de ser una de las pocas comedias de Hitchcock (que en esta ocasión rebozó de su personal humor negro), resulta llamativa por moverse en unas tesituras postmodernas que más tarde adoptarían una pléyade de producciones posteriores. Por una parte, al avanzar los estrambóticos 99 minutos de su metraje, veremos cómo la identidad del asesino pasa a un plano secundario, dando el guión más importancia a las peripecias de los vecinos de una pequeña comunidad rural y sus curiosos devenires a raíz de tan a priori truculento suceso, algo muy similar a la trama que vertebrase años después David Lynch en su celebérrima Twin Peaks.
Otro de los aspectos más llamativos de la peli es ese sentido de complicación tonta de los acontecimientos, de ¿cómo hemos llegado hasta aquí? que se ha convertido en sello personal de los no menos geniales Hermanos Coen. Aunque peca de una excesiva duración, esta maravillosa comedia negra ha resistido admirablemente bien el paso del tiempo. Tanto, que mientras la veíamos comentábamos asombrados que no parece en absoluto ser tan antigua.
Esta The Trouble with Harry es una gran opción para pasar un rato divertido a más no poder. Si ya la has disfrutado, apúntate a otra visita a este pueblod e locos. Todos tenemos mucho que aprender de Sam Marlowe, nuestro pintor rural favorito.
Por esa historia tan deliciosamente delirante, tan dulcemente surrealista (en el saentido más realista posible) y por la inconmensurable BSO de Bernard Herrmann, Pero... ¿Quién Mató a Harry?, este clásico más vivo que nunca no merece menos de siete silbantes wasabis.
Ahora mismo os pongo el trailer: