Entre tomatinas anda el juego

Publicado el 29 agosto 2013 por Manuel Somavilla

    Historia de la Tomatina

El descanso tras la batalla

    Todo comenzó el último miércoles de agosto del año 1945, cuando unos jóvenes pasaban el rato en la Plaza del Pueblo para presenciar el desfile de gigantes y cabezudos y otros actos de la fiesta. Los chicos decidieron hacerse un hueco dentro de la comitiva de un desfile con músicos, gigantes y cabezudos. El ímpetu de los jóvenes hizo que cayera un participante que, preso de la ira, empezó a golpear todo lo que encontraba a su paso. Por un capricho del destino, allí había un puesto de verduras que fue pasto de la multitud enfurecida: la gente empezó a tirarse tomates de unos a otros hasta que las fuerzas del orden público pusieron fin a aquella batalla vegetal.

En plena batalla

Historia de la Intifada (otra tomatina)

Piedra para su batalla

    La Primera Intifada empezó en 1987 con la famosa "Guerra de las piedras". Las imágenes televisadas mostraban batallas callejeras entre palestinos y miembros de las Fuerzas de Defensa de Israel, en la que los palestinos atacaron con piedras y otros objetos al ejército de Israel, y este respondió con balas, de ahí el nombre de "Guerra de las piedras" o "Piedras contra balas"; la violencia decayó en 1991 y tocó a un fin más completo (aunque no decayó totalmente) con la firma de los Acuerdos de Oslo (13 de septiembre de 1993) y la creación de la Autoridad Nacional Palestina.    Aquí podemos comprobar como los caminos de los hombres casi se solapan para llegar a metas totalmente divergentes.    Por un lado tenemos la sinrazón de un pueblo el judio que se cree el "amo del prao" como dicen entierras Cantabras y el pueblo palestino, unos desheredados del mundo sin pretenderlo.     Lo curioso el la historia que se vuelve terca cuando se trata de medir sin trampas.     ¿Jesucristo era judio, palestino o qué era?     Si era judio entiendo que los judios actuales se crean amo del prado y de todo el dinero del mundo, que en realidad lo son. Aunque lo que no llego a entender que esos que se dicen judios como nuestro señor jesucristo, sean tan criminales, injustos, robaperas, usufructaterrenos, surpadores de derechos y aun se digan hijos de Dios.     Y después de visto el sanguinolento espectáculo de la tomatina, escandaloso dónde los halla, alegre festivo, parrandero, loco y hasta supongo que, en cierto momentos, bastante provocativo, decididamente, ni comparación tiene con el otro conflicto, en donde los tomates de Buñol se cambian por piedras de Gaza y la salsa de tomate de las películas de terror, convertida en piscinas al uso o ríos usados para nadar, se convierte en ríos de sangre real, como la proveniente de los otrora mataderos de Auschwitz.

Dos conflictos te he presentado, tan rojo uno como el otro, tu eliges.

Hasta la próxima entrada.¡Salud y Suerte!