Entre-vista desde igor goienetxea

Por Emmaamme

Igor Goienetxea, licenciado en Administración y Dirección de Empresas, terapeuta de Chi Nei Tsang, Masaje Californiano, Reflexología Podal, Reiki y EFT. Gran escritor, comunicador, profesor, imaginador y pensador, como a continuación podréis comprobar.

Pero para mí, lo más importante es el enorme Corazón que tiene y la AMISTAD (en mayúsculas) que ha decidido regalarme. Es de esas personas, amantes del silencio y la naturaleza, que despierta en mí la Alegría, principalmente, como ya le he comentado en alguna ocasión; energía que me caracteriza desde que nací, que hace unos años la tuve un tiempo en hibernación y sin la cual ya no contemplo mi Vida. Él me la recuerda cada vez que le veo, cada vez que le leo, cada vez que le escucho y cada vez que le Siento.

Tomad nota porque es uno de los Nuevos Sabios que no viven ni en el Cielo ni en la Tierra sino en el 'Aquí y Ahora', que hasta hace poco estaba escondido entre la multitud... y que muy pronto dará mucho "que hablar", entre otras cosas.

En primer lugar: gracias, Emma, por darme un espacio en tu blog y, sobre todo, por ponerme en situación de ponerme en claro algunas cosas, o darles forma. Esa forma que tampoco es gran cosa, o nada en absoluto.

Algo previo: las palabras son hermosísimas y tienen un gran poder. Pero para describir la profundidad de lo que sucede en el fondo del Ser al que tus preguntas se refieren a menudo, sirven de poco. Crean distancia donde sólo hay cercanía, niveles donde todo es llano. No les demos demasiada importancia. Yo he podido responder 'sí' a algo que, otro, respondería con un 'no'; sin embargo, los dos podríamos estar en una palpitación muy parecida. Espero que, no las palabras exactas, sino el aroma que exhalan, puedan comunicar algo.

♥ ¿Podemos sentir Paz pero a la vez no sentirnos felices, porque nos sigue faltando "algo"? ¿Qué es lo que nos falta (o nos sobra...) cuando llegamos a ese estado? ♥

    Esta pregunta es la más sencilla de responder y la que más me cuesta vivir.

    En estado de Paz siento la perfección de todo. Siento un gran espacio dentro de mí, algo que parece salirse de mi cuerpo. Parezco más grande que yo mismo; o que todo entra en mí.

    Todo está bien como está en ese momento. Y, ¿si noto que tengo hambre? ¿Si tengo impulsos sexuales? ¿Si los satisfago a solas? ¿Si hoy me apetecería que hubiera otra persona en el sofá? ¿No hay paz?

    Siento que la paz es algo más suave y lento, una onda que lo atraviesa todo. Acepta el deseo y la falta de deseo, la frustración y la satisfacción. Es escuchar el hueco entre las notas, el silencio que lo resguarda todo.

    No distingo mucho, cada vez menos, entre palabras. Estar en Paz me parece sinónimo de aceptación, de Amor. No sólo ausencia de conflicto. No algo civilizado. No limitarse a saludar en el portal y a ceder en las discusiones.

    Estoy en Paz cuando no rechazo nada de lo que me sucede, cuando no sanciono un deseo como incorrecto o poco espiritual, o una forma de satisfacerlo como más apropiada que otra. Acepto mi cuerpo y su funcionamiento. Esto sólo significa que lo miro con una mirada amplia y abarcadora. Que no me ciego a lo que me pasa. Y es un poco como cuando un adulto mira una pelea de niños y piensa que no es para tanto, o cuando recordamos algo del pasado y nos da risa haber sufrido por aquello. Esa misma perspectiva, traída a este mismo instante, es eso. No hay para tanto.

♥ ¿Existe el Ego o sólo es una creencia más que nuestra mente ha creado para separarnos de nosotros, para distraernos de nuestro presente, de nuestra vida, de nuestro día a día, de nuestro sentir? Es como estar educando, conociendo, abrazando, amando, gastando energía en un amigo invisible que sabemos que no es real. ¿Qué sentido tiene aprender a andar en bicicleta si no tenemos ninguna? ¿No es otra de las trampas "espirituales" en las que hemos caído? ¿Se puede "eliminar" el ego únicamente dejando de creer en él? ♥

    'Ego' no es ni un concepto ni una palabra que use a menudo. Intentaré explicar por qué, pero antes, me referiré a dos posibles visiones del ego.

    Hay una visión neutra y serena del ego, que encontré en las canalizaciones de Jeshua de Pamela Kribbe (www.jeshua.net). En "Trabajadores de la Luz II", dice:

    "El ego, originalmente, representa la habilidad de usar vuestra voluntad para actuar en el mundo exterior. Por favor, daos cuenta de que la función original del ego es, simplemente, aquello que permite al alma experimentarse a sí misma como una entidad separada. Esto es un desarrollo natural y positiva dentro de la evolución del alma. El ego no es 'malo' en sí mismo"

    Este texto asume una cosa: Que hay un proceso largo, infinito, en el que el alma cambia, se transforma, se alarga, toca los bordes de la experiencia, va, viene... En ese desgajarse de la Totalidad (en ese Olvido de que ya es parte de la Totalidad), se vuelve individual, y el ego sería los límites en los que cree, y que, por tanto, lo convierten en algo separado. En mi caso, acepto intuitivamente esa visión de evolución del alma, u otras parecidas, como la del hinduismo, que dice que el universo es Brahma jugando al escondite consigo mismo. No tengo el recuerdo en mí, o no puedo acceder a él, pero lo acepto.

    Suelo decir que el ego, en esta aproximación, es como el borde de una pompa de jabón: dentro de la pompa hay aire, fuera de la pompa hay aire, y sólo una membrana fina, que en algún punto se deshará, separa el aire de dentro del aire de fuera, que son uno y el mismo.

    Así que tenemos, por un lado, esa visión operativa del ego. Durante un tiempo, he creído ser vasco, moreno, escritor, aficionado al humor absurdo, a las croquetas, a la literatura inglesa. Durante un tiempo, he creído ser Igor.

    Pero luego está la versión dura del ego, la que lo pinta como el causante de todos nuestros males, y que es por lo que se plantea la pregunta. Esa 'versión dura', en el fondo, viene de la anterior: me olvidé de que era Todo, me olvidé de que lo de Dentro y lo de Fuera son lo mismo, y pasé a creer que yo era la piel de jabón de la pompa. Y al olvidar que no hay distinción, me entró miedo y me sentí indefenso.

    En origen, las dos versiones son la misma pero yo (¿yo?) las distingo. En esta versión, el ego es algo cruel, envidioso, receloso, algo que no ama, que miente, hiere, roba, da codazos y pone la zancadilla.

    Un Curso de Milagros, a lo largo de casi todo el texto, habla del ego con dureza, como una demencia. Aunque leo a menudo UCDM y, de algún modo, formo parte de la comunidad de estudiantes, esa manera de hablar no me resuena. Sin embargo, hay un momento del Curso en el que dice exactamente lo que yo he ido sintiendo sobre el ego:

    "Me he referido al ego como si fuera una entidad separada que actúa por su cuenta. Esto ha sido necesario para persuadirte de que no puedes descartarlo a la ligera y de que tienes que darte cuenta de cuán extensa es la parte de tu pensamiento que él controla" (UCDM 4, VI, 3, 4).

    "El ego no es más que una parte de lo que crees de ti" (UCDM 4, VI, 6).

    Es así como lo veo. El ego soy yo (claro que, ¿quién soy yo?). No es una entidad separada. El ego es mi miedo, soy yo miedoso. Soy yo cuando creo que me atacan, cuando creo que hay algo que puedan quitarme, cuando creo que no soy amado, cuando creo que tengo que retener y ocultarme. O al revés: cuando ataco, cuando creo que puedo arrebatar y que después de haber robado seré feliz. Cuando juzgo, cuando premio y cuando sanciono.

    'El ego soy yo cuando me olvido de quién soy', así he solido decirlo. Si lo preferimos, podemos decir que el ego es una creencia, la creencia de que estoy arrinconado y solo y desprotegido en el mundo. De hecho, después de haber ido dejando de utilizar el ego como concepto, me encontré al final de UCDM, en el apartado de la clarificación de términos, lo siguiente: "¿Qué es el ego? ¿Quién necesita preguntarlo?" Y, casi inmediatamente, puestos a dar una definición, da la única que a mí, ahora, me parece útil: "El yo que parecía estar solo en el universo". Espléndido, 'el que yo que creía que estaba solo'. Palabras que rezuman paz radiante.

    Entonces, lo contrario, el Amor Total, la Unidad con Todo que a veces experimentamos, ¿es también una creencia?

    Sí, mientras no se haya experimentado y sea algo conocido sólo de oídas. Tan pronto uno lo ha vivido, aunque sea brevemente (pero, aunque breve, es eterno, porque en este estado el Tiempo se trastoca), sabe que eso es la verdad. Que el Amor es nuestra patria.

    Pero, como he dicho varias veces, he dejado de usar progresivamente el concepto de ego. Sin proponérmelo, porque siento que muchas veces suscita sentimientos de desdén, de hostilidad. Sentimientos que, en realidad, van dirigidos hacia mí mismo a través de esa figura del ego. Se habla con enfado del ego como si estuviera localizado en el cuerpo, como si fuera el hígado o los riñones. Y es una contradicción, porque hablar con enfado del ego pertenece al ámbito de eso que llamamos ego (y que yo prefiero llamar miedo, sin más). Sospecho que, como tantos conceptos o herramientas -creados con la intención de apoyar el viaje de regreso hacia esa quietud de la que, en realidad, no hemos salido aunque prevalezca la ilusión de que así ha sido- como tantos conceptos, ha adquirido una autonomía que, en este momento y para mí, me parece poco útil. Poco útil, porque en lugar de hablar del Amor hablo del ego; en lugar del corazón, hablo de no sé qué símbolo de Reiki... A quien le sea útil, que lo use, mientras le sea útil, igual que a mí aún me son útiles cosas que en algún momento dejarán de serlo o cambiarán. Me recuerdo a menudo que toda forma pasará. Toda. Todo lenguaje, toda metáfora, todo apoyo de recuerdo y recuperación del sentido del Ser, pasará, y quedará sólo el sentido de la fuerza y amor del Ser.

    Alguna vez he dicho que hablar mal del ego es como intentar apagar una hoguera con un lanzallamas. Si tengo miedo, amaré mi miedo; si emito un juicio, no juzgaré el juicio (entrego el juicio al Espíritu Santo, como dice mi amigo Xavi Demelo; es decir, lo pongo en manos del Amor que no lo juzgará porque sabe qué es lo que realmente está sucediendo, mientras que yo no lo sé).

    De otra forma, cambio de enemigo, pero sigo en la batalla. Al menos, así lo siento yo.

    Por todo esto, por no buscar más enemigos imaginarios, no suelo usar el concepto de 'ego'. ¿Existe o no existe, entonces, como plantea la pregunta? A veces me olvido de quién soy. A veces tengo miedo, a veces no siento Amor. Muchas veces, incluso. Entonces, aceptaré mi miedo, aceptaré mi ignorancia, aceptaré mi odio. Aceptándolo, sin pretenderlo, volveré al sitio donde sólo hay aceptación y abrazo hacia todo, hacia todo, sin excepciones: el Amor. Esto es lo único que me interesa.

    Aunque, para no interesarme, le he dedicado un buen trecho.

♥ ¿Es imprescindible, inevitable, sufrir para aprender a dejar de sufrir? ♥

♥ Si "sólo sé que no sé nada" y cuanto más Consciente me hago menos "me sé", ¿el dudar de todo y de todos (yo incluida...) es lo más sabio que puedo hacer o lo más cobarde? ¿Por qué? ♥

♥ Si para Recordar quién soy es necesaria la dualidad y para Olvidarme es necesario estar en Unidad, en ese AMOR INCONDICIONAL, ¿es una utopía el Regreso al Hogar de manera eterna ya que todo es un proceso cíclico de experimentación (recuerdo-olvido-recuerdo-olvido)? Entonces, si somos impermanentes, si nuestro principio es a la vez nuestro final, si nunca nos quedamos "en casa", ¿cuál es nuestro verdadero Hogar? ♥

    Es una pregunta muy interesante. No tengo ni idea. Ni la más remota. Me he reconciliado con la imposibilidad de alcanzar el Hogar de forma permanente (y, eso, una de tantas paradojas, es la manera más rápida de alcanzar el Hogar). Es decir, intento renunciar el juicio de si estoy o no en el Hogar de la Santa Paz en cada instante. Y esa renuncia, posiblemente, restaurará la Paz.

    ¿Qué más hay? ¿Hay otros planos de realidad? ¿Cómo serán, qué experimentaremos? ¿Será la conciencia una experiencia grupal? No tengo ni idea. Tengo curiosidad, claro, pero sobre todo tengo ganas de vivir mi experiencia aquí, ahora, en paz, en amor, con todos vosotros. Luego, Dios dirá.

    Algo que se me ocurre al revisar el cuestionario: la mente (a la que no suelo referirme, y mucho menos para satanizarla) busca porqués y paras. Por eso podemos decir que 'la dualidad es para'. Yo tengo serias dudas de que las cosas sean así. De que haya un 'para', una determinación en todo. Supongo que lo que llamamos conciencia va de más apagada a más encendida, de la conciencia de separación a la conciencia de unidad, que hay una extraña mezcla de libre albedrío (una de mis grandes creencias) y de movimiento inexorable de las cosas (otra de mis grandes creencias). Pero dudo de que haya 'para', aunque nuestra manera finita de ver la realidad nos haga concebirlo así. Creo en la responsabilidad, en usar lo que hay para salirnos de los límites de lo que pensamos o creemos, en entregarnos al misterio profundo, un misterio que no tiene nada de inquietante.

♥Dicen... que el opuesto del Amor es el miedo. En ese caso, ¿cualquier emoción que etiquetamos como negativa también lo es, ya que cuando sentimos ira, tristeza, rabia, odio, cobardía, culpa, frustración o soledad...no estamos sintiendo en ese momento Amor? ¿No es el miedo fruto de la ignorancia y ésta del olvido? ¿Puede el Amor tener un opuesto si el amor lo ama todo? ♥

♥ ¿Qué es para ti la Iluminación? ¿Es una creencia más para no aceptarnos tal y como ya somos y seguir "buscando", huyendo del Aquí y Ahora, para encontrar un "estado de ser" mejor al que ya tenemos? ¿Es compatible vivir el Presente, sentir su perfección, con el "llegar a" (futuro) esa Iluminación, con Regresar al Hogar? ♥

Para las siguientes preguntas, donde no ha aparecido una respuesta rápidamente, no la he forzado.

¿A qué suena el Silencio?

¿A qué saben los abrazos?

¿Qué nos cuentan las lágrimas?

LA CURIOSIDAD RESPONDE

Si fueras..., ¿qué serías?

Un libro ⇒ El último que he leído, que me he encantado, 'Rainer María Rilke. El vidente y lo oculto', de Mauricio Wiesenthal.

Un cita/frase ⇒ 'El final es el principio más la experiencia del círculo'. La inocencia consciente, como dice Emilio Carrillo. La sabiduría en una frase.

Un súperpoder ⇒ Volar

Un pensamiento ⇒ 'Estamos pasando de la fisiología del miedo a la fisiología del Amor'. Escuchado a la doctora Inma Nogués. Me conmovió profundamente. Me abrió eso que llamo un horizonte conciencial.

Un sentimiento o emoción ⇒ El respeto; es una actitud, pero es lo que siento responder aquí.

LA HONESTIDAD RESPONDE

¿Cuál es tu asignatura pendiente?

    La paz de espíritu es mi única ambición. Ver a los demás como inocentes Hijos de Dios. Aunque ponerla como algo pendiente ya la sitúa en un terreno irreal, es decir, en el de algo que me falta. Pero ya nos entendemos.

    No quiero desaprovechar la ocasión de decir algo muy específico, algo que está englobado dentro de lo anterior pero que quiero decir de forma concreta: estar frente a una mujer y aceptarla sin reservas, entregarme sin reservas ni exigencias, y ser aceptado sin reservas ni exigencias.

Para saber más sobre Igor:

Web → Bioenergética Barcelona