NUESTRA OPINIÓN...
Nos encontramos en 1914. España se mantiene neutral en la I Guerra Mundial, un papel que fuera de nuestro país a nadie quiere, y que los contendientes de ambos lados se empeñan en que abandone tratando de inclinar la balanza a su favor.Las bajas entre los combatientes son muy numerosas y tanto ingleses como alemanes quieren que España tome posición a su lado para contar con más hombres en la batalla y no dudan en jugar todas las bazas posibles para que así sea y España tome partido de su lado. Pero nuestro país no está en disposición de meterse en esa Guerra que tanto gasto económico y de vidas humanas puede suponer.
Alfonso XIII no quiere infringir ese castigo a su pueblo y quiere mantenerse alejado de ella, no está dispuesto a dar su brazo a torcer a la hora de mantener la neutralidad de nuestro país. Una neutralidad que también se ve obligado a ejercer en su familia con una madre inglesa y una esposa alemana que, además de su enfrentamiento político, tampoco mantengan una relación muy cordial que se diga.
Y utilizando la situación totalmente real en la que se encontraba España en esos momentos con sus desencuentros e intrigas políticas, la inseguridad de la familia real, los intereses cruzados de personalidades de las altas esferas y que nuestro territorio era un nido de espías, Carlos Díaz Domínguez monta una trama muy entretenida en la que encontraremos una investigación policíaca, espionaje, intriga, suspense, acción, historia, pasión e incluso una historia de amor.
Carlos Díaz Domínguez nos presenta una novela coral y a través de sus protagonistas nos hace un retrato fidedigno del Madrid de esos días. Nos saldrá al paso El Viaducto, lugar de Madrid escogido por los suicidas durante mucho tiempo, recorreremos sus calles, nos impregnaremos del ambiente de la ciudad, de sus bares, de sus teatros, del momento político que se vivía y de la inseguridad que emanaba la aparición de los primeros vehículos a motor, entre otros aspectos.
Me ha gustado como Carlos Díaz Domínguez aprovechando su faceta más conocida de mujeriego, convierte a Alfonso XIII en un protagonista más de la novela y nos da a conocer, además de pinceladas del día a día del monarca, algunos de los logros de su reinado que han quedado sepultados, quizás por esa manía que siempre se ha tenido en política de resaltar lo malo sin ser capaces de reconocer que, aunque haya cosas que se han hecho mal, siempre habrá alguna que merezca la pena recordar.
Así al reinado de Alfonso XIII hay que reconocerle la neutralidad lograda en una Guerra que tantas vidas se cobró, o la puesta en marcha de la Oficina Pro-Cautivos (de la que ya nos habló Jorge Díaz en Cartas a Palacio) que financió el Rey de su propio bolsillo, entre otras, que no han sido debidamente reconocidas y a las que no se ha dado la relevancia merecida.
Como suele ocurrir en todas las novelas de Carlos Díaz Domíguez, está claro que detrás de Entreacto en el Apolo hay una amplia labor de documentación, y me gusta la forma que tiene este autor de aunar historia y ficción, de mezclar personajes reales con personajes ficticios sin que en esa fusión haya fisuras o el lector encuentre forzado o inverosímil lo que se narra.
Entreacto en el Apolo es una novela muy entretenida, escrita de una forma elegante y cuidada, de fácil lectura, con un perfecto equilibrio entre narración y diálogos, en la que se hace patente una documentación que el autor maneja con habilidad sin que lastre la narración en ningún momento, con una trama sin fisuras que engancha al lector con facilidad y con un ritmo que va creciendo capítulo o capítulo hasta el final.
Sin duda Entreacto en el Apolo es una buena lectura que recomiendo y que hará disfrutar a los amantes de este tipo de novelas.