El día de ayer sábado 7 de Mayo, se llevó a cabo en el Palacio de Bellas Artes la 53º Entrega del Ariel a lo mejor del cine mexicano durante el año 2010. Como era de esperarse, dicho evento no quitó el sueño a la comunidad cinematográfica y no hubo grandes aglomeraciones de medios que cubrieran la nota. Las alfombras rojas en México no lucen precisamente por tener entre el desfile de artistas a los mejores vestidos, y la entrega del Ariel no fue la excepción. Varios de los invitados a este importante evento vestían con pantalones de mezclilla y camisas de vestir, otros con atuendos muy al estilo hip-hop o reggaetonero, e incluso, no faltó el que pisó la alfombra con pantuflas o calzado para descansar. Siendo pocas las actrices que se esmeraron en el atuendo que llevarían a la entrega.
Por segunda vez, el Canal 22 de la Ciudad de México fue el encargado de retransmitir una ceremonia de entrega que se vio afectada entre problemas de planeación y coordinación que fueron surgiendo durante toda la gala, y los discursos políticos de los premiados que manifestaron estar en contra de esa “guerra” que sostiene el gobierno de nuestro país con el narcotráfico y crimen organizado. El Canal 22 (XHIMT-TV) es una estación de televisión pública al servicio del Estado Mexicano, que transmite una diversidad de contenidos culturales, la cual es administrada por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA). Con motivo de la entrega número 50 del Ariel, el Canal 22 transmitió en vivo y por vez primera la ceremonia de premiación, pero en los dos años subsecuentes no hubo tal cobertura. Es así como, con una dirigencia renovada de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, en coordinación con CONACULTA y la UNAM, volvió a transmitirse por televisión la noche de ayer, a las 22:00 hrs., aunque en tiempo real la ceremonia dio inicio pasadas las 20:00 hrs.
La dirección de escena de la gala corrió a cargo del también cineasta Daniel Gruener (mejor recordado por su película Sobrenatural -1996-, protagonizada por su esposa, Susana Zabaleta, que en un momento de la gala apareció para cantar el tema de La Mujer del Puerto, cinta dirigida por Arcady Boytler en nuestro país aquel lejano año de 1934), mientras que la conducción principal estuvo a cargo del actor Jesús Ochoa, que sin duda alguna fue lo mejor y más rescatable de esta entrega de premios, pues con su carisma y buen tino en su labor, pudo solventar tan accidentada producción. La gala inició y en la pantalla de la sala se iba escribiendo el guión de las acciones que el anfitrión tendría que ir realizando desde el momento en que la cámara lo captó sentado entre el público presente, hasta el momento de llegar al foro y sacar un pañuelo blanco para limpiarse el sudor propio del nerviosismo, y luego agitarlo al aire en señal de estar pidiendo “paz”. Acción que muchos de los presentes imitaron agitando sus pañuelos, con lo que se supo inmediatamente que la gala iba a estar llena de alusiones políticas contra el gobierno nacional encabezado por el presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa.
Los primeros premios que se entregaron fueron los correspondientes al rubro de Cortometrajes. El presentador se equivocó en su frase de introducción que pretendía decir “el cortometraje es al largometraje lo que el cuento a la novela”, alterando el orden de los factores, ofreció disculpas por el error y reconoció que se lo acababan de decir tras bambalinas… Por lo que se pudo ver en la transmisión por televisión, los ganadores al Mejor Cortometraje de Animación subieron a recibir su estatuilla, pero no se les indicó si tenían que dar un discurso de agradecimiento y fueron sacados del escenario sin permitirles decir palabra alguna.
A continuación, se entrega el premio de Mejor Cortometraje Documental, el director del corto premiado y otros dos miembros de su equipo suben a recoger la estatuilla emocionados, se les indica que pueden abandonar el escenario, el público rechifla por la falta de atención, ellos no hacen caso a las indicaciones y toman el micrófono para agradecer el reconocimiento, el público aplaude. Esteban Arrangoiz, director del corto galardonado y alumno del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM, se suma a las felicitaciones al maestro Jorge Ayala Blanco, crítico de cine que será reconocido con la medalla “Salvador Toscano” esta noche. Ahora todos los ganadores podrán dar un breve discurso.
MEJOR CORTOMETRAJE ANIMACIÓN
Luna de Raúl Cárdenas y Rafael Cárdenas
MEJOR CORTOMETRAJE DOCUMENTAL
Río Lerma de Esteban Arrangoiz
MEJOR CORTOMETRAJE FICCIÓN
El último canto del pájaro Cú de Alonso Ruiz Palacios
Al llegar el turno de premiar a la Mejor Actuación Revelación, el obvio ganador fue Christopher Ruiz-Esparza, el niño protagonista de Abel (Diego Luna). Sube al escenario muy contento en compañía de su hermano Gerardo con quien también compartía nominación por la misma película. La sala se llena de aplausos. No se ve intención de ofrecerles un micrófono. Jesús Ochoa pide que suban los otros nominados para felicitarlos, pero nadie le hace caso. Pretende entonces realizar con los pequeños hermanos una rutina cómica para sacarlos de escenario, pero ante el entusiasmo de los asistentes, les pregunta si tienen algo que decir, ellos dicen que sí, ven el premio como uno solo para ambos. No hay micrófonos para su corta estatura, así que Ochoa carga a Christopher para emparejarlo a la altura del micrófono desde el que conducen los presentadores, el galardonado agradece a Diego Luna y a todos los que confiaron en ellos, y luego Ochoa carga a Gerardo y el niño también agradece a los responsables de la película. Chucho les enseña un canto y pretende que lo sigan imitando sus movimientos hasta salir del foro, pero ellos no entienden y bailan en el escenario. La sala vuelve a llenarse de aplausos, finalmente los niños salen y se da paso a las siguientes categorías. Este fue el mejor momento de la noche, por mucho.
Es el turno de premiar a la Mejor Coactuación Femenina. Ofelia Medina, por Las Buenas Hierbas (María Novaro) obtiene aquí otro Ariel de su carrera, y en su discurso de agradecimiento menciona que las buenas hierbas en México están a punto de desaparecer ante la urbanización desmedida de algunas empresas industriales. Menciona un ejemplo y dice “no lo permitiremos”. También se manifiesta en contra de esa “guerra” que tantas muertes ha causado al país, e invita a los mexicanos a participar hoy domingo en la marcha por la paz y la seguridad que encabeza el poeta Javier Silicia para llegar al Zócalo de la Ciudad de México y gritar un “ya basta” en contra del gobierno. La ganadora invitó a los mexicanos a la marcha por la paz y reiteró que los ciudadanos deberían exigirle al gobierno que no gaste los recursos en una guerra contra el narcotráfico, sino en educación y salud. Discurso político que no será el último en la ceremonia.
El Premio a Mejor Coactuación Masculina es para Joaquín Cosio por su encarnación de “El Cochiloco” en la cinta El Infierno (Luis Estrada). Cosío -villano en el último Bond, Quantum of Solace-, caló hondo en el público con su encarnación de un sicario sin piedad para el negocio pero a la vez muy humano, tierno padre y buen amigo. Premio muy merecido, y antes de que abandone el foro, Ochoa lo invita a escuchar el rap que sobre su personaje ha hecho algún internauta en YouTube. Todos escuchan y los asistentes aplauden. Hasta que el Ariel le hizo justicia a Cosio, que por Matando Cabos (2004), la cinta que lo encumbró a la fama, recibió su primera nominación pero no ganó en aquella ocasión. Daniel Martínez, nominado por vez primera por su encarnación del “Coronel Butch Felton” en Chicogrande (Felipe Cazals), se queda sentado viendo como pierde la estatuilla por el mejor trabajo de su carrera. Pero la Academia parece tener una deuda con él, puesto que en todas las categorías en las que compite la cinta revolucionaria de Cazals, cual homenaje en vida, será proyectada en la escena de su presentación ante el grupo villista. Es la imagen más vista de la ceremonia.
Al anunciar una de las primeras categorías, vemos un clip de la película Besos Prohibidos (Rafael Baledón, 1956), debut en cine de la actriz María Rojo, en el que ella toca el piano mientras conversa con Emma Roldán. Se anuncia entonces a la Rojo como la siguiente presentadora, pero en el escenario aparece Chucho Ochoa, ofreciendo disculpas porque María se quedó “atrapada” en la nueva cámara de Senadores, así que no le dio tiempo llegar a entregar el premio que le correspondía. El Ariel a la Mejor ópera Prima es para Año Bisiesto de Michael Rowe, ganadora también de la Cámara de Oro en el Festival de Cannes; su director agradece a aquellos que creyeron y participaron en una película “tan difícil” como esa. "Este premio significa muchísimo para mí, porque ahora sí me siento mexicano", dijo Rowe, un australiano recientemente nacionalizado.
MEJOR ACTUACIÓN REVELACIÓN
Christopher Ruiz-Esparza y Gerardo Ruiz-Esparza por Abel
MEJOR COACTUACIÓN FEMENINA
Ofelia Medina por Las buenas hierbas
MEJOR COACTUACIÓN MASCULINA
Joaquín Cosio por El infierno
MEJOR ÓPERA PRIMA
Año Bisiesto de Michael Rowe
Posteriormente Jesús Ochoa anuncia a los presentadores de la siguiente categoría, Elizabeth Cervantes va haciendo su aparición y Ochoa corrige, pide perdón y dice que la categoría de Mejor Música será presentada por él. La guapa actriz vuelve tras bambalinas. Ochoa hace un perfomance de sombras para anunciar a las cintas competidoras. El premio es para Hidalgo, La Historia Jamás Contada (Antonio Serrano). Toca el turno a la Mejor Fotografía. Ahora sí, Elizabeth Cervantes y Miguel Rodarte hacen su aparición, y que Rodrigo Prieto es el ganador de esta categoría. Hay aplausos y se quedan esperando a que alguien suba a recoger la estatuilla, pero nadie lo hace, así que ellos se tienen que disculpar y dicen que se lo harán llegar a su ganador. Es así como Biutiful (Alejandro González Iñarritú), nominada en los Oscares, Goyas y BAFTAs, logra una única victoria en las 7 nominaciones a las que contendía. Parece ser que aún no se les pasa al coraje de que la Academia Mexicana no haya nominado a la cinta de Iñarritú como Mejor Película o Director.
Toca el turno a la Mejor Película Iberoamericana. De las tres cintas en competencia, Roberto Sosa anuncia que hay dos ganadoras: la cubana José Martí: el Ojo del Canario, de Fernando Pérez, y la española También la Lluvia, de Iciar Bollaín. La única que quedó fuera del triunfo es la cinta argentina El Hombre de al lado, de Mariano Cohn y Gastón Duprat. Un hombre sube al escenario, habla con los presentadores y se lleva el Ariel. No pronuncia discurso alguno. Se informa al público que aquel hombre ha recogido el premio por También la Lluvia, y que el Ariel para la cinta cubana será enviado hasta sus realizadores. Nunca antes se había dado un empate en esta categoría, no hubo nadie para celebrarlo. Que pena.
Cuando se anuncia el premio a los Mejores Efectos Visuales, los presentadores prometen que veremos en los clips de presentación grandes efectos, pero estos no aparecen por ningún lado y la lectura de las cintas nominadas no corresponde con las imágenes en pantalla. Mariana Rodríguez gana el Ariel por la Mejor Edición de El Infierno, y en su discurso de agradecimiento menciona que tiene mucho que decir sobre la situación de nuestro México, pero que se le ha pedido que por ser extranjera debe callarse y no hablar mal de nuestro gobierno. El Atentado (Jorge Fons), la cinta más cara del cine nacional, solo logra llevarse la estatuilla de Mejor Vestuario, otorgando se segunda estatuilla en este rubro a Gilda Navarro, que sube acompañada de Adolfo Ramírez, pero a él no le dieron estatuilla a pesar de que en las nominaciones quedaron ambos registrados.
MEJORES EFECTOS ESPECIALES
Alejandro Vázquez por El infierno
MEJORES EFECTOS VISUALES
Alejandro Valle por Las buenas hierbas
MEJOR SONIDO
Pablo Lach y Santiago Núñez por El infierno
MEJOR MÚSICA ORIGINAL
Alejandro Giacomán por Hidalgo, la historia jamás contada
MEJOR EDICIÓN
Mariana Rodríguez por El infierno
MEJOR FOTOGRAFÍA
Rodrigo Prieto por Biutiful
MEJOR DISEÑO DE ARTE
Salvador Parra y María José Pizarro por El infierno
MEJOR VESTUARIO
Gilda Navarro y Adolfo Ramírez por El atentado
MEJOR MAQUILLAJE
Roberto Ortiz por El infierno
MEJOR PELÍCULA IBEROAMERICANA
José Martí:el ojo del canario (Cuba) de Fernando Pérez
También la lluvia (España), de Icíar Bollaín
MEJOR LARGOMETRAJE DOCUMENTAL
La historia en la mirada de José Ramón Mikelajáuregui
Muy desangeladas fueron las entregas de los premios Especiales. La Medalla Salvador Toscano “al mérito cinematográfico” fue para Jorge Ayala Blanco, historiador y crítico de cine mexicano, autor de innumerables libros y profesor decano de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). La Medalla Salvador Toscano es un premio anual al mérito cinematográfico, creado por la Cineteca Nacional de México en 1983. Dicho reconocimiento es un estímulo a todos aquellos hombres y mujeres que, sin importar su campo del quehacer fílmico, han contribuido a la historia y progreso del cine nacional. La directora de la Cineteca Nacional, Paula Astorga Riestra, y el hijo de Salvador Toscano, representante de la Fundación Carmen Toscano, fueron los encargados de otorgar el galardón al escritor. Sin embargo no hubo aplausos de pie ni un mensaje introductorio de los encargados de ofrecer la medalla. Jorge Ayala también dijo la nota al ser elocuente y solo decir “Muchas Gracias”, y con la misma, se retiró del escenario. Una noche antes de la ceremonia del Ariel, el viernes 6 de mayo, Ayala Blanco fue homenajeado en la Cineteca Nacional con un diploma y un estímulo económico previos a la entrega de la Medalla Salvador Toscano: “Es la primera vez que esta medalla se entrega a alguien que nunca ha intentado hacer cine, sino deshacerlo”, afirmó con humor aquella noche.
Muy pobre también estuvo el bloque de entrega del Ariel de Oro a la actriz Ana Ofelia Murguía y al director Jorge Fons. Ochoa llamó para ello al ex presidente de la Academia, el actor Pedro Armendáriz. De ambos galardonados, primero ella y luego él, se proyectaron algunas imágenes de sus películas más recordadas.
Ana Ofelia Murguía, nacida en 1933 y recordada por cintas como El Apando (1976), Pedro Páramo (1978), Naufragio (1978), María de mi Corazón (1979), Los Motivos de Luz (1985), Goitia, un Dios para si mismo (1991), Mi Querido Tom Mix (1992), El Viaje de la Nonna (2007), Solo quiero Caminar (2008) y Las Buenas Hierbas (2010), recibió un aplauso de pie, y cuando iba a decir su discurso, fue interrumpida por Armendáriz que sin darse cuenta iba a presentar al segundo homenajeado. Se calló y dejó hablar a Ana Ofelia. Ella dijo que este Ariel era verdaderamente inesperado, y se lo dedicó a sus hijos: “Ellos fueron quienes pagaron los platos rotos por mi ausencia”.
El director veracruzano Jorge Fons (1939), realizador de cintas como Los Cachorros (1973), Caridad (segmento de Fé, Esperanza y Caridad, 1974), Los Albañiles (1976), Así es Vietnam (1979), Rojo Amanecer (1991), El Callejón de los Milagros (1995) y El Atentado (2010), también fue recibido con un aplauso de pie. Fons aseguró que el Ariel de Oro se lo dedica a sus nietos y familiares, así como al resto de los directores de cine contemporáneo que aún viven. También se lo dedica a los que ya partieron de este mundo, pero especialmente a los que continúan haciendo cine, para cambiar la realidad de México. Además se pronunció a favor de la marcha por la paz, que se realiza en diferentes puntos del país. El director gritó en el micrófono del recinto cultural un “¡Ya basta!”, de tanta violencia. Fons fue también presidente de la Academia en 1998 con la nueva reestructuración que veló porque estuviera compuesta exclusivamente por trabajadores del cine, y no por personas morales ajenas a la industria. “Simplemente agradezco y deseo, que la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, siga fuerte, porque es necesario mantenerla y que siga destacando.”
Antes de que los homenajeados se retiraran, Ochoa los llamó junto a Pedro Armendáriz para sostener una pequeña charla “entre amigos” sobre el escenario. Sentados sobre cajas de plástico, simularon estar celebrando lo que en el argot cinematográfico se conoce como un “sapo”, una celebración que el staff técnico realiza los sábados de cada semana después del medio día mientras dura el proceso de filmación de una película, una convivencia acompañada de cerveza y carnitas para festejar el final de una semana de rodaje y el comienzo de otra. Asistido por un actor disfrazado de franelero o ayudante, Ochoa repartió una botella de cerveza y un “taco” de carnitas a sus tres acompañantes, mientras charlaban amenamente de los “sapos” en los que han participado durante las filmaciones y alguno que otro conflicto que se ha vivido dentro de ese tipo de festejos. Ochoa preguntó en plan de chiste sobre qué diferenciaba a un Oscar de un Ariel. Respuesta: ¡Los Huevos! Porque se necesitan muchos huevos para hacer cine en México. Y si bien este ejercicio no aportó mucho a la ceremonia, sirvió para salirse del protocolo de galas anteriores demasiado acartonadas para creerse.
El premio al Mejor Guión Original fue para Diego Luna y Agusto Mendoza por Abel, segunda y última estatuilla para la película de Luna, que se mostró emocionado por el reconocimiento. Luna dedicó el premio a su Madre, la fallecida diseñadora de vestuario Fiona Alexander. “Esto es de ella y para ella”, expresó el actor, además de que “es el final de todo lo que trabajamos y se planeó para la película”.
El Premio a Mejor Actriz, fue para la incipiente actriz oaxaqueña Mónica del Carmen por su trabajo en Año Bisiesto, donde mostró un gran trabajo actoral como “Laura”, una chica de Oaxaca que ha emigrado a la capital, vive sola en un modesto departamento, en el que trabaja como colaboradora para una editorial. Al margen de su trabajo, recibe esporádicamente la visita de su hermano menor y mantiene furtivos encuentros sexuales con amantes de una sola noche. Cierto día conoce a Arturo (Gustavo Sánchez Parra), un hombre que despierta en ella irrefrenables deseos masoquistas. La vemos en pantalla desnuda tanto física como espiritualmente, y dejándose hacer cosas muy… cuestionables. Con este premio, la Academia vuelve a demostrar su afición por premiar a un talento actoral alejado del divismo y los cánones de belleza impuestos por los medios, premia las trayectorias cortas pero arriesgadas. Sin embargo, la actriz no estuvo presente en la ceremonia, siendo la mamá y el hermano de Mónica del Carmen los que subieron a recoger el Ariel. La nota cómica la dio la mamá cuando agradeció por ese “Oscar” que le daban a la “gran actriz”, siendo corregida inmediatamente por su hijo, que le dijo que se trataba del “Ariel”. “Ya quiero Oscar”, dijo la humilde señora, despertando los aplausos de todos los presentes. Mónica del Carmen tiene gran experiencia teatral, y no asistió a la ceremonia por encontrarse participando en un montaje en Francia.
El ganador como Mejor Actor tampoco estuvo presente en la ceremonia, de hecho sólo estuvo presente uno de los nominados, el actor Hansel Ramírez que competía por La Mitad del Mundo. Demián Bichir tenía compromisos previos ineludibles, Javier Bardem no asistió a la gala, y Damián Álcazar, envió a su hermano en su representación, siendo el triunfador de esta categoría por su participación en El Infierno, cosechando hasta el momento ya ¡8 Arieles de plata!
En la pantalla presenciamos una parodia de Jesús Ochoa intentando entrevistar a la “mamá” de Javier Bardem, la actriz española Pilar Bardem. Un actor caracterizado como ella, muestra ignorar qué cosa es un Ariel y a qué país representa este premio cinematográfico. Además de molestarse y mandar al carajo a Ochoa cuando éste le pregunta que opina de que su hijo haya perdido la nominación. Fue el sketch más chistoso de la noche, y es que con ello Ochoa dio a entender que otra cosa que les falta a los Arieles es proyección internacional, pues ya se vio que ni dentro ni fuera del país es interesante tener un premio Ariel.
El rubro al Mejor Director fue presentado por el mismo Carlos Carrera, ganador del Ariel el año pasado, y este premio fue para Luis Estrada por El Infierno. "Me uno a todas la voces que se han pronunciado en contra de esta guerra absurda en la que estamos metidos", dijo el cineasta, que ya tiene en su haber tres Arieles anteriores, el primero lo consiguió como Mejor Cortometraje de Ficción por La Divina Lola (1984), el segundo y tercero por el Mejor Guión y Mejor Dirección de La Ley de Herodes (1999), cinta que también se colocó con el Ariel de Oro a Mejor Película aquel año 2000. Estrada compartió su premio con con el legendario Felipe Cazals, pues aseguró que el creador de Chicogrande fue su maestro. La cinta de Cazals sin embargo, de sus 8 nominaciones, no ganó ninguna.
Jesús Ochoa vuelve a aparecer en escena y menciona que Diego Luna es un gran actor que nunca ha ganado un Ariel (tuvo una nominación como Mejor Actor por Rudo y Cursi en 2009) y acaba de perder el premio a Mejor Director. Por lo tanto, es justo darle un reconocimiento que se merece, y por ello, le hará entrega de un premio que Ochoa ganó en Acapulco y que se lo dedicó a él. Se trata del Premio TVyNovelas, un reconocimiento que la revista de igual nombre y la empresa de televisión Televisa ofrecen a las mejores producciones del año (realizadas por la televisora), especialmente las telenovelas. Los premios cosechan diferentes categorías, similares a las de otros reconocimientos como los Emmys o Globos de Oro. La entrega de premios TVyNovelas se realiza anualmente desde 1983, en un programa especial de televisión que se ha convertido en la máxima entrega de premios en nuestro país, con un arraigo y proyección muy superior a todas las demás premiaciones que se realizan en México, incluido el Ariel. En su 29º edición, celebrada en el Forum Mundo Imperial de Acapulco, Jesús Ochoa obtuvo el premio Mejor Actor Coestelar por su participación en Para Volver a Amar, producción que reunió a un gran elenco actoral y que obtuvo 7 estatuillas incluyendo el premio a la Mejor Telenovela del Año. En aquel certamen, al pasar a recoger su premio, Ochoa manifestaba: “Esto era lo único que me faltaba. Quiero dedicar este premio con mucho cariño a mi compadre Diego Luna… a toda su familia, a José María Yazpik también, a toda su familia. Ellos han luchado mucho por él. Lo voy a compartir con ellos…” Ochoa hacía referencia a que ambos actores, con Gael García incluído, han manifestado públicamente su rechazo a hacer telenovelas por considerarlas de una calidad inferior al trabajo de cine, indignas de contra con su presencia, siendo que los tres iniciaron su carrera en este tipo de producciones de Televisa. Ochoa entregó el TVyNovelas a un sorprendido Diego Luna, yéndoselo a dejar hasta su asiento entre las risas y aplausos de los asistentes. Con esto Ochoa pretendía demostrarle la gran humildad que hay que tener para participar en cualquier tipo de medio, pues la labor actoral es siempre la misma y en todos se presumen retos profesionales.
Finalmente, la 53º entrega de los Arieles concluyó con la entrega del Ariel de Oro a la Mejor Película, que como ya era supuesto, fue a parar a la cinta El Infierno, de Luis Estrada, candidata también a los Goya como Mejor Película Hispanoamericana. Tal como lo hizo con La Ley de Herodes once años atrás, Estrada se agenció los Arieles de Mejor Director y Mejor Película. En aquella ocasión, La Ley de Herodes, obtuvo 14 nominaciones y ganó 10. En esta, El Infierno consiguió 14 candidaturas y ganó 9, incluyendo Actor, Co-actuación Masculina, Diseño de Arte, Sonido, Maquillaje, Efectos Especiales y Edición.
“Estos premios los recojo yo, pero son para todos los que participaron en la película. Ahora me da mucho gusto ver que una película que fue taquillera haya ganado”, indicó Estrada, cuya cinta obtuvo cerca de dos millones de espectadores, colocándose como la segunda película más taquillera de 2010 y retrata el narcotráfico y la violencia que ha dejado en cuatro años más de 40.000 muertos en todo el país, en hechos asociados a la lucha contra el crimen organizado.
Estrada muestra un México controlado por los barones de la droga donde no escatima detalles sobre los brutales métodos de tortura y asesinato de los sicarios. Su estreno, en el marco de las celebraciones por el Bicentenario de la Independencia, supuso un contrapunto al triunfalismo de los festejos, llamando la atención sobre los 36 mil cadáveres que suma en los últimos cuatro años la guerra de los carteles.
Fue una película que encontró identificación con el público y éste mismo la llevó a que fuera muy vista. Con esta producción Estrada completa su trilogía (contra el gobierno de su país, todo hay que decirlo) que estuvo conformada por La Ley de Herodes (1999), Un Mundo Maravilloso (2006) y El Infierno (2010), donde el actor Damián Alcázar siempre fue su protagonista.
Al finalizar su discurso, Estrada volvió a hacer un llamado a toda la comunidad cinematográfica a conjuntar esfuerzos y participar en colaboración con la Academia Mexicana de las Artes y Ciencias Cinematográficas, pues podría estar viviendo sus últimos momentos, y esta ser quizá “la última entrega” del Ariel, el máximo premio cinematográfico que se entrega en nuestro querido México… ¿Y ustedes, que opinan?
MEJOR GUIÓN ORIGINAL
Agusto Mendoza y Diego Luna por Abel
MEJOR ACTRIZ
Mónica del Carmen por Año bisiesto
MEJOR ACTOR
Damián Alcázar por El infierno
MEJOR DIRECTOR
Luis Estrada por El infierno
MEJOR PELÍCULA
El Infierno de Bandido Films,
producida por Luis Estrada, Sandra Solares, Carlos Estrada y Juan Uruchurtu