Autor Sean O' Brogain
Para formar a los reclutas con las armas, se empleaba el sistema utilizado en la escuela de gladiadores.Se erigía un poste de 1’82 metros de altura y el recluta armado con una espada de madera y un escudo de mimbre asestaba golpes al poste. Tanto el escudo como la espada eran de tamaño normal pero mucho más pesados. Así de este modo practicaban cortes, ataques y paradas reglamentarias y gracias al pesado equipo también se fortalecían los brazos.
En las reformas introducidas por Cayo Mario se aumentó la instrucción del soldado por medio de continuas marchas e incesantes desfiles. Pretendió así conseguir el endurecimiento de sus hombres. Se buscaba fortalecer físicamente al soldado mediante marchas con todo el equipo a cuestas y usando armas de entrenamiento más pesadas que las reales.
Vegecio recomendaba además que toda tropa aprendiera a montar a caballo y a nadar. El nivel de entrenamiento se incrementaba gradualmente, comenzando entonces a participar en batallas simuladas, utilizando armas de prácticas o armas reales con las puntas protegidas con cuero para evitar heridas graves.El entrenamiento duraba unos cuatro meses o menos según el apremio pero de hecho la actividad era continua durante todo el servicio. Los comandantes romanos debían de tener a sus unidades bien preparadas e instruidas para una guerra real en cualquier momento.Un buen gobernador provincial y oficiales de todos los niveles jerárquicos deberían de asegurarse de que el entrenamiento militar se produjese de modo regular en todos los campamentos.
https://i.pinimg.com/originals/db/57/8b/db578ba4c71794ab2b7d7b9a85df08b1.jpg