Os hablaba de la importancia de la autorregulación de la conducta, para Miguel en este sentido los calendarios han sido las herramientas que mejor le han ayudado. Pero ahora ya podemos ir un paso más allá. Con motivo de su cumpleaños llevaba días pidiendo un barco, se me ocurrió que podía ser una nueva oportunidad para trabajar la autorregulación. Le anticipé en el calendario qué día éra su cumple y tendría los regalos. Y ahora viene cómo trabajamos la autorregulación. Fuimos a su tienda preferida El corte Inglés y elegimos un barco, él solo decía "a casa con mamá, el barco a casa con mamá" es su manera de pedir que lo compremos, llevándoselo a casa es como considera que es suyo. Le dije a casa con mamá sí, pero hasta el domingo 6 no puedes abrirlo. Miguel estaba emocionado de ver que empaquetaban el barco y de que nos lo llevábamos, así que no creo que entendiera lo que le estaba diciendo. De camino a casa le dijimos tropecientas veces que no podía abrirlo hasta el domingo 6, su padre, sus hermanos y yo. Imaginaos que estábamos a sábado y le quedaba toda una semana por delante como tiempo de espera. Regular su conducta, saber que tenía el barco cerca y que no podía tocarlo, cogerlo ni siquiera verlo porque estaba empaquetado era impensable hace poco tiempo. Encima para complicárselo un poco más, el paquete lo pusimos en el comedor a la vista, lo cual era una tentación enorme. Al llegar a casa él mismo dijo, "el domingo el barco". Pasó toda la semana yendo a la nevera donde está su calendario y llevándonos de la mano para decirnos "el domingo cumpleaños de Miguel, el barco siiiii". Cada vez que pasaba por el comedor, en casa es lugar de paso, así que varias veces al día, decía "y después cogeremos el barco, Miguel cumpleaños". Así que Miguel ha sido capaz de regular su conducta, ante una situación altamente tentadora, ha sido capaz de esperar una semana sin ningún enfado por este motivo, ha sido capaz de ver el regalo y no tocarlo, él saber que lo tendría en un plazo prefijado que él conocía le ha ayudado a poder regularse.
Aunque sigo confiando en la capacidad de Miguel, he de decir que me sigue sorprendiendo, siempre va un punto más allá de lo que espero de él. Lo cual os aseguro que es muy muy gratificante, ajustar expectativas y no pasarnos es muy importante para darles confianza y para seguir ilusionados con toda la educación de los niños con autismo.
Ni que decir tiene que el domingo se levantó directo a por el barco, se lo dimos y estuvo todo el día feliz, por la mañana fuimos a una gran fuente donde la gente lleva sus barcos teledirigidos y Miguel demostró una gran pericia esquivando obstáculos, lo mejor de todo... su sonrisa feliz.