Entrevista a Angela Giglia, autora del libro: El habitar y la cultura

Este libro aborda la relación entres los seres humanos y el espacio como una clave de acceso privilegiada a la cultura contemporánea. ¿Puede decirnos qué reflexión nos ofrece sobre esta cuestión?
El estudio de la relación con el espacio en cuanto producto social  permite acceder al conjunto de las problemáticas de una sociedad en un momento de su historia. El orden espacial que estudiamos, o con el cual nos relacionamos en un momento dado de nuestra existencia, es siempre un orden histórico y  por lo tanto, cambiante. Por ejemplo, en las ciudades contemporáneas podemos observar las estratificaciones e imbricaciones entre distintas maneras de concebir y organizar el espacio, y las distintas maneras de producir la ciudad en cuanto espacio compartido o, al contrario,  excluyente.
Este libro propone una reflexión sobre dos conceptos complejos, el habitar y la cultura. Empezando por el primero de los dos, puede decirnos ¿qué definición del habitar se utiliza en este libro?
Entiendo el habitar como la relación con el entorno mediada por la cultura. Esta definición incluye no sólo todos los fenómenos vinculados con el espacio domestico y la vivienda, sino también los conocimientos acerca de la ciudad donde vivimos o los recuerdos de los espacios que hemos conocidos a lo largo de nuestra vida. El poder reconocer cierto paisaje a partir de una imagen, o el perfil de una ciudad desde la ventanilla de un avión, son también fenómenos vinculados con el habitar porque nos permiten situarnos con respecto al mundo del cual formamos parte. 
¿Cómo definir entonces a la cultura y su vinculación con el habitar?
La cultura en el sentido antropológico es para mi es ese conjunto de valores, de normas, de conocimientos y de maneras de hacer que nos permiten estar en relación con el mundo y con los otros seres humanos. Igual que el habitar, es un fenómeno universal que asume formas distintas en distintos grupos humanos. Por ejemplo, las diferencias en las maneras de decorar nuestras casas son una expresión de estas diferencias culturales, además de resultar de diferencias de tipo social o económico. El habitar no sería posible sin la cultura, y la cultura implica inevitablemente una manera de habitar, es decir de estar en el mundo y de reconocer el lugar desde donde nos relacionamos con él.
¿En qué consiste entonces la antropología del habitar que propone en este libro?
La antropología del habitar que propongo en este libro consta de un conjunto de conceptos y de métodos para estudiar la relación de los seres humanos con el espacio a su alrededor. Es un enfoque que permite analizar y comparar diferentes maneras de habitar y reconocer en ellas no sólo las diferencias sino también los elementos que tienen en común. Se ocupa especialmente, pero no exclusivamente, del espacio urbano y de las maneras de habitar características de las metrópolis contemporáneas. 
¿Cómo herramienta de estudio y de análisis a quien puede interesar este texto?
Este libro es el resultado de un camino de investigación que, a partir de la antropología, ha mantenido constantemente un dialogo muy fructífero con otras disciplinas, especialmente con la sociología, el urbanismo, la geografía, la arquitectura y la psicología social. Estoy convencida que puede servir para quienes trabajan o estudian en estos campos y en las ciencias sociales en general, y también para todos aquellos que se interesan por entender la relación con el espacio y las ciudades contemporáneas.