Hoy miércoles os traigo la tercera parte de la entrevista al periodista de investigación Antonio Salas. Aquí podéis leer la primera y la segunda parte.
-¿Y de no haber hecho algo?-Esa es una sensación inevitable. A veces recuerdas a algunos chicos muy jóvenes que conociste en una manifestación nazi, a algunas niñas que viste en algún burdel, a algunos muchachos nacionalistas o devotos con los que coincidiste en un grupo armado y piensas que siempre podrías haber hecho algo más por ellos, o que tal vez deberías haber hecho esa infiltración antes, para demostrarles que son unos pobres borregos manipulados. Hagas lo que hagas, siempre sientes que podrías haber hecho más.
-¿Cómo estás viviendo la muerte de Bin Laden, qué opinas de todo esto? -Con un sabor amargo. Todos sabíamos que su ejecución era cuestión de tiempo. Bin Laden no podía terminar en una prisión como un detenido más. Conocía demasiados secretos y la experiencia de la historia del terrorismo internacional nos enseña que su confinamiento acarrearía atentados en todo el mundo hasta conseguir su liberación. Pero ahora más que nunca adquiere relevancia la única entrevista concedida por Bin Laden después del 11-S. La consiguió Taysyr Aluny, un periodista de Al Jazeera de origen sirio pero residente en España. Aluny fue el único periodista que se quedó en Afganistan cuando empezó la ocupación norteamericana y consiguió entrevistar a Bin Laden un mes después del 11-S. Ni siguiera Al Jazeera se atrevió a emitir íntegro ese documento. Yo conseguí una copia durante la infiltración, la tradujimos al español y esta disponible en mi web (www.antoniosalas.org). Y probablemente se trata de la única información sobre Bin Laden que no nos ha llegado filtrada por la inteligencia norteamericana. Todo lo demás son conjeturas y especulaciones en base a la información facilitada por EEUU.
Un grupo de apoyo a Ilicha Ramírez Sánchez, alias Carlos el Chacal, que pide su repatriación a Venezuela desde la cárcel de máxima seguridad de París en la que se encuentra. El cuarto por la izquierda es Vladimir, el hermano del terrorista.
-¿Te has convertido al Islam después de tu trabajo El Palestino? -Por supuesto. Es lo mejor que me he llevado de esta investigación. Antes de empezar la infiltración yo no sabía nada sobre el Islam ni sobre la cultura árabe. Solo ese montón de tópicos y prejuicios con los que nos han bombardeado a los occidentales desde el 11-S, para satanizar todo lo que tuviese relación con los musulmanes o con los árabes, que no son necesariamente lo mismo.
-¿Qué es para ti el terrorismo? -Un comodín político muy útil, que intrumentaliza a su conveniencia tanto la izquierda como la derecha. Y los terroristas unos ignorantes, muchas veces cargados de idealismo, que solo tienen un destino: la cárcel o la muerte.
Ilich Ramírez Sánchez, alias Carlos el Chacal.
-Tienes muy claro que no existe ninguna investigación periodística que justifique cometer un delito. En cambio, sí estás dispuesto a arriesgar tu vida una y otra vez. ¿La justicia, la verdad y el periodismo valen más que tu propia vida? -Mi forma de periodismo tiene muchos menos riesgos y mucho menos mérito que la de cualquier reportero de guerra que nos permita saber lo que ocurre en los frentes de lucha de todo el mundo. Muchos colegas, como mi compañero José Couso, murieron ejerciendo ese periodismo. Y en mi caso los riesgos que puedes asumir en una infiltración resultan justificados cuando recibes esas cartas y emails de cientos de personas que renunciaron a la violencia racista, a la prostitución, al yihadismo… por lo que tú has escrito en un libro. Tú también eres periodista ¿no te parece que es la mejor forma de que valoren nuestro trabajo?
-A mucha gente, después de leer El Palestino, le costaba creer que una sola persona, un simple periodista, hubiese sido capaz de llegar tan lejos. ¿Qué les dirías? -Que no crean nada. Yo tampoco me lo creería, por eso no puedo exigir la fe de nadie. Para eso están las grabaciones de cámara oculta. Yo no cuento todo lo que he visto o vivido, porque se que sería demasiado increíble. Solo cuento lo que está grabado y para eso están los documentales. Y por increíbles que puedan parecer algunas cosas que cuento en el libro, todas están grabadas. Así que no hay nada que creer. Basta con ver los documentales, que están disponibles en youtube, en mi web y en ciento de páginas de cine on line. Además cuento cada paso de la infiltración y cómo he llegado a cada personaje y a cada circunstancia. Así que es fácil entender cómo he conseguido cada cosa.
Dedicatorias de Ilich Ramírez Sánchez, Carlos el Chacal, a Muhammad Abdallah, que se convirtió en su webmaster.
-¿Nunca has pensado llevar a cabo las infiltraciones con alguien más en vez de siempre solo? -Yo puedo asumir los riesgos, los cambios de vida o los sacrificios que implica vivir con una doble o triple identidad, pero no puedo exigir a ningún compañero que asuma esos mismos sacrificios, ni mucho menos responsabilizarme de que pueda ocurrirle algo. Yo sé lo que ocurre cuando se publican las investigaciones y te conviertes en objetivo de nazis, traficantes o terroristas. Además durante estas investigaciones varias veces me he encontrado con policías implicados en los delitos, y con compañeros periodistas también implicados o simplemente desbordados por la envidia. Y ellos han sido mis mayores riesgos, porque en varias ocasiones intentaron delatarme a los skins o las mafias. Por eso prefiero trabajar solo.
-¿Cómo te definirías?-Como un periodista mediocre, que ha tenido suerte en sus últimos trabajos. Cualquier otro compañero habría hecho lo mismo, mucho mejor que yo y en menos tiempo.
El etarra nacionalizado venezolano Arturo Cubillas en Caracas, donde trabaja en el Ministerio de Agricultura.
-¿Y cómo definirías a Ilich Ramírez Sánchez, Carlos el Chacal?-Un personaje culto, inteligente y despiadado, pero fascinante. Un icono de la historia del siglo XX que está donde debe estar… en prisión.
-¿Y al etarra nacionalizado venezolano Arturo Cubillas? -Un superviviente nato. Y un tipo que se mantiene en forma, como en sus mejores tiempos de gudari etarra. O eso deduzco del hecho de que, después de que yo lo pudiese grabar en Venezuela, no ha vuelto a salir ninguna otra imagen reciente de Cubillas. Y me consta que muchos compañeros han viajado a Caracas para intentar localizarlo. Si nadie lo ha vuelto a conseguir, es porque el etarra más famoso de Venezuela continua siendo un objetivo muy escurridizo.
Ministerio de Agricultura y Tierras del Gobierno de Venezuela, donde trabajan la mayoría de los etarras que viven en Caracas.