Entrevista a Arturo Dueñas, director de Aficionados

Arturo Dueñas.Fotografías de Doc Pastor.
Arturo Dueñas, nacido en Esguevillas de Esgueva (Valladolid) ha estrenado recientemente su primera película: Aficionados. Es licenciado en Filología Hispánica y diplomado en Cinematografía, actor y director de cine y teatro. Su formación en artes escénicas tuvo lugar en el Aula de Teatro de la Universidad de Valladolid y en el Centro de Investigación Actoral Espacio Abierto. Realizó estudios en el máster en Escritura de guión de la Universidad de Salamanca y en el Filmmaking Course de la New York Film Academy. Ha dirigido los cortos "Run, run, run" (2007) y "Pucela Square" (2008).
"Aficionados", su ópera prima, ha sido llevada a cabo sin ningún tipo de subvención pública. Es una película hecha en Valladolid con gente de aquí y rodada íntegramente en la ciudad.
A un clic la entrevista que le hicimos el pasado mes de junio para el ejemplar de verano del AQUÍ en Valladolid, publicada con su permiso.
Maje: Gracias a tu ópera prima, Aficionados, has estado en boca de los vallisoletanos. ¿Cómo es trabajar en Valladolid?
Arturo: Pues en Valladolid se trabaja muy bien. Estoy muy contento con toda la gente que ha colaborado en la película y todas las facilidades que nos han dado, tanto los actores, técnicos y demás, como en aquellos lugares donde hemos rodado. Muy amables. Incluso a quienes hemos pedido que interpretaran ciertos papeles, también lo han hecho. Y a la hora de promocionarla con el flash mob, recibimos mucho apoyo. 

A: No. En mi caso la gente respondió muy bien. Se dice que son un público difícil y así, pero para nada. Estamos muy contentos.
M: Has realizado el film con gente y medios de aquí, sin recurrir a Madrid, como parece que ha de ser, ¿cómo ha sido esto?
A: En primer lugar, no he recibido ninguna subvención ni de administración central, autonómica ni local. Creo que ahí la autonómica se está equivocando, desde hace un par de años no apoya nada la cultura audiovisual, y nos estamos quedando atrás, porque hay muchas posibilidades, pero no se está creando una industria y la gente de Castilla y León que quiere hacer algo se tiene que ir fuera. Tenemos casos de algunos castellano y leoneses que han ganado algún Goya, pero con producciones de fuera.
Y en segundo lugar, el no tener que ir a Madrid para nada lo proporciona el digital. Si quieres rodar en 35 mm tienes que ir allí por la fuerza, solo ahí están los laboratorios adecuados. Pero ahora mismo, que se puede grabar en digital, Valladolid tiene los técnicos y los equipos suficientes para todos los procesos de hacer una película. Y ese ha sido nuestro caso.

M: Y hablando de subvenciones, ¿crees que el no haberlas tenido ha repercutido negativamente en el resultado final?
A: Yo creo que, negativamente, no ha repercutido. Hubiera sido más fácil pagar a los actores... Y, sobre todo, invertir más en la promoción. Pero en lo demás, no, ya que es una película pequeña, sin grandes pretensiones, no necesitábamos grandes equipos. Con más dinero no hubiera salido mejor. Sí hubiésemos podido gastar más en publicidad, prensa... que ahora mismo no lo podemos hacer.
M: Habéis demostrado que se pueden hacer las cosas sin ayudas oficiales, ¿crees que hay que reivindicar a Valladolid como centro cultural de la comunidad?
A: No. La cultura es algo que tiene que estar dosificado. León tiene el MUSAC, Salamanca el FÀCYL, Valladolid Seminci... Somos la capital y hay muchos servicios aquí, y eso lleva parejo que se hagan algunas más cosas, pero no creo que deba ser el centro cultural. Tenemos una comunidad muy rica y todas las ciudades tienen sus cosas. 

A: Ha sido muy gratificante. Por un lado, eran conocidos y amigos, y se construían sus personajes, porque lo hemos hecho entre todos, el trabajo ha sido de muchos meses trabajando y creando una relación muy especial con ellos. Había personajes secundarios a los que no conocía tan de primera mano, y han puesto mucho interés. Lo hacen de corazón.
M: Entonces, no estaban nerviosos ante las cámaras.
A: No, porque, además, no tenían que memorizar un papel y después interpretarlo, sino improvisar. También es importante que al hacer una película puedes cortar las escenas. Es más difícil meterte en situación, pero nosotros rodábamos en plano secuencia, para no interrumpir.
M: Mencionabas que los diálogos eran improvisados, ayudaba eso a que los actores estuviesen más cómodos, pero, a la hora de montar, ¿cómo fue?
A: Ha sido una labor muy costosa y muy dilatada en el tiempo. Hemos estado casi un año montando y remontando la película. A la hora de poner una conversación, era una parte de cada lado, entonces el resultado es algo que no se ha dado realmente. Pero creo que eso no lo nota el espectador. Le da un tono muy natural, porque no tienen que hacer un esfuerzo en recordar su papel, y se meten en la situación.

M: Has actuado y dirigido a la vez, ¿qué tal ha sido esa experiencia?
A: Muy duro, porque tienes que estar a tu papel y dar las indicaciones de lo que va a pasar. Nunca estaba seguro de si estaba haciéndolo de la forma en que quería. Pero no quería renunciar a mi personaje (todos están basados en sus vivencias personales). Si lo hubiese hecho otra persona hubiese sido distinto, y no quería eso, sino hacerlo en mi casa, mi lugar de trabajo...
M: ¿Cuánto tiempo os ha llevado, en total, la película?
A: Empezamos en enero de 2009, con el blog para crear los personajes, y el estreno definitivo fue en febrero de 2011. Dos años, entre pensarla, rodarla y postproducirla. Puede parece mucho, pero en realidad es muy poco tiempo.
M: ¿Qué hay en el futuro de Aficionados?
A: Ahora mismo estamos buscando distribuidora, para ver si se puede poner en el resto de España. Pero es complicado. Cada una tiene su cuota de cine español que, habitualmente, compran para poder llenarlo y estrenar el americano. Si no lo conseguimos, lo que haremos será ir cine por cine en las ciudades para ver si quieren ponerla.
También queremos llevarla a nivel internacional. Nos han dicho que puede tener su público en el mercado europeo.
Y, luego, por los festivales. Ya hemos estado en Seminci y en el de Palencia, ganamos el premio especial del jurado en el Madrid Imagen...
M: También has hecho cortos, alguno de ellos rodado durante tu estancia en Nueva York, cuéntanos un poco sobre ello.
A: Pues la experiencia fue impresionante, porque se le sumó la de vivir allí. Los compañeros del curso éramos cada uno de un país, por lo que formábamos grupos muy heterogéneos. Grabamos con 16 mm, cosa que no creo que vuelva a pasar en mi vida, porque ahora será todo en digital.
Los cortos que salieron fueron, uno un documental muy breve que ha funcionado en algunos festivales, y otro, que estoy empezando a mover ahora.
M: ¿Cuál es la diferencia entre pensar una historia para un largo y para un corto?
A: Pues es como lo de escribir un cuento o una novela. A veces ves cortos que son un largo comprimido, con demasiadas tramar argumentales, y no termina de funcionar. Otras, es una película como un corto estirado al máximo, con una idea muy sencilla que no da para más. Y ninguno funcionan bien.
Luego está el coste. Hay muchos actores dispuestos a actuar gratis para un corto. Un largometraje, al llevar también más tiempo, siempre es más caro. 

M: ¿Puede cualquiera hacer un corto?
A: Ahora, desde luego, hay más facilidades.
M: ¿Y hacer un buen corto?
A: (Se ríe). Claro, ese es otro tema. Para hacer buenos cortos, esa persona tiene que haber visto muchos. Igual que un escritor ha de haber leído. Y tener un buen equipo, que parece que a veces se descuida. Hay que tener tres cosas fundamentales, que no cuestan dinero: un guión bien desarrollado y un reparto. Y añadiría también el sonido, que se suele dejar de lado, sobre todo en largometrajes, donde con tener una buena imagen creen que es suficiente y se olvidan de cuidar el sonido.
M: Ya en tu faceta de teatro, ¿cómo fue representar con Espacio Abierto “El Público”, de Lorca, una de sus obras más surrealistas?
A: Fue increíble. Los últimos días estuvimos ahí ensayando prácticamente mañana, tarde y noche. Le echamos muchísimas horas.
Cuando supimos que la representaríamos finalmente en la sala experimental del Teatro Zorrilla, fue impresionante. Algo irrepetible y recordaremos siempre. Estar en los mismos camerinos por los que han pasado tantas estrellas. Se respiraba en el ambiente.
M: Y para terminar, ¿qué balance harías de toda tu trayectoria, como director, actor, en teatro...?
A: Pues... si la película se llama “Aficionados”, es eso. En el arte y en la vida. En mi caso, como me dedico a otra cosa, lo de aficionado en el sentido más positivo de la palabra.