Entrevista a Azucena Poyán, madre de un bebé de alta demanda

Por Mamapataysuspatitos @MamaPatapatitos

Hace unas semanas estrenábamos sección fija del blog con la entrevista a la fisioterapeuta y osteópata Sandra Menéndez Arenas que nos contaba su experiencia como madre porteadora aportando, además, su punto de vista como profesional de la fisioterapia.

Continuamos el ciclo de entrevistas con otra madre que, aunque su profesión también esté  relacionada con las ciencias de la salud, nos va a contar su experiencia de madre con un bebé de alta demanda y cómo integró en su vida diaria los portabebés para hacerla un poco más sencilla.

Esta supermamá se llama Azucena Poyán, es enfermera en el SAMU, una madre totalmente volcada en sus hijas pero a su vez, una chica dura quizás por lo que le ha tocado vivir en su trabajo.

MPYSP: Azucena, cuéntanos, ¿cuántos hijos tienes? ¿De qué edades, sexo, etc.?

A: Tengo dos niñas de 6 y 3 años.

MPYSP: En la introducción comentábamos que una de tus hijas está se podría calificar  como de alta demanda, para los que no conocen en qué consiste esto, ¿podrías darnos una breve descripción del problema (si es que se puede llamar así…)?

A: Son bebés que aun con todas sus necesidades cubiertas, alimento, abrigo, contacto físico y afecto, persisten insatisfechos. Son muy irritables, presentan llanto casi constante y duermen muy poco tanto de día como de noche, con múltiples despertares.

MPYSP: Sabemos lo pesada que puede ser la gente (incluso de tu entorno) con el tema de mantener ciertas “distancias” con los bebés. ¿Cómo fue en tu caso? ¿Te sentiste comprendida? ¿Te ayudaron?

A: Al ser mi segunda hija y debido a la incomprensión que sentí en mi forma de criar a mi primera hija, no comenté con el entorno cercano “nuestros problemas”. Preferí hacer lo que yo quería, abrazarla, amamantarla, portearla sin dar explicaciones a nadie.

MPYSP: ¿Cuándo te diste cuenta de que algunas reglas no iban a funcionar con tu hija?

A: A las pocas horas de nacer, ya vi que la niña no estaba tranquila separada de mi cuerpo. Ahí ya la metí conmigo en la cama.

MPYSP: ¿Conocías la crianza con apego? ¿La habías puesto en práctica con tu hija mayor o, simplemente, actuaste por instinto?

A: A raíz del destete forzado de mi hija mayor, mi propio instinto maternal me llevó a tener mucho contacto físico con ella, para suplir en cierta medida lo que ya no teníamos.

MPYSP: ¿Conocías los portabebés antes de encontrarte en esta situación? ¿Los habías usado con tu hija mayor?

A: Con mi hija mayor había utilizado las mochilas ergonómicas y la bandolera fundamentalmente. Con mi segunda hija, el fular formó parte de nosotras dos durante 9 meses después de su nacimiento.

MPYSP: 9 meses, la famosa exterogestación, no es casual ¿verdad? ¿En qué medida te ayudaron los portabebés?

A: Me ayudaron a mantenerla relativamente calmada al tenerla permanentemente en contacto físico conmigo, a cuidar de su hermana mayor que de aquella tenía 3 años, a realizar todas las actividades de la vida diaria: ir al cole, de paseo con la perra, la compra, las tareas domésticas. Vivimos en un primero sin ascensor y poder salir y entrar de casa sin el carrito fue fundamental.

MPYSP: ¿Qué portabebés solías utilizar?

A: El primer año fundamentalmente el fular y luego me resultaba más cómodo de poner y quitar la mochila. La bandolera también la he utilizado mucho, sobre todo para dar teta por la calle con discreción y sin tener que parar a sentarme.

MPYSP: Si es que al final cada uno tiene su momento, ¿a que sí? ¿Sigues porteando?

 A: Casi nada ya, solamente si nos vamos de monte, cuando se cansa la peque o si hacemos turismo para que duerma un poquito la siesta.

MPYSP: ¿Qué consejo te atreverías a dar a unos padres que se encuentren con un bebé de alta demanda?

A: Que vivan el día a día, que traten de sobrevivir a cada día, sin pensar en el siguiente. Que porteen a su bebé, lo que les permitirá hacer muchas cosas con ellos pegados al cuerpo y permitirá que el vínculo afectivo con el bebé no se distorsione debido a esa demanda excesiva.

MPYSP: ¿Para los padres que están viviendo una situación similar a la que tu viviste: les puedes confirmar que sí, que hay luz al final del túnel? 

A: Claro que sí, yo creo firmemente que el comportamiento de estos bebés se comprende mejor cuando se hacen mayores, son bebés inquietos, con una tolerancia a la frustración mínima, con mucha curiosidad y con un fuerte carácter. Somos sus padres y debemos acompañarles en el desarrollo de su personalidad.

Tres años después puedo decir que nuestra vida familiar se desarrolla con normalidad, ella duerme desde hace poco toda la noche, tranquila y sosegada. Durante el día ya cedieron las rabietas (estuvimos un año y medio con tres y cuatro rabietas reales, diarias) y es ya toda una personita.

MPYSP: Muchísimas gracias por encontrar un hueco para nosotros y compartir tu experiencia ¡y tus preciosas fotos!.