Entrevista a claudia cardozo (por hasta siempre, peter pan)

Por Miss_cultura @miss_cultura
Claudia Cardozo nació en Lima, Perú, en 1982. Desde muy pequeña se dejó seducir por la magia de las letras, enfrascándose en la búsqueda de nuevas experiencias por medio de la lectura. Estudió una carrera relacionada con los números, la cual ejerce, pero dedica buena parte de su tiempo libre a escribir, leer y compartir momentos con su familia. Admiradora de Jane Austen, comparte en gran parte su visión de la vida.
- Si estuvieses frente al espejo de tu novela y le pudieses hacer una sola pregunta ¿Cuál sería?

Una pregunta complicada. Hay muchas cosas en el mundo que me gustaría preguntar a un espejo mágico; pero la primera que se me viene a la cabeza es saber si mis padres se encuentran orgullosos de mí.

- Elegiste dos lugares de Estados Unidos muy diferentes para dar forma a la trama y nos has enseñado un Nueva York diferente y un Salt Lake casi desconocido ¿Tenías claro desde el principio esta contraposición de lugares/espacios? ¿Por qué enseñar un Nueva York tan trillado en literatura, pero tan distinto?

No fue premeditado elegir dos lugares tan opuestos, pero debo confesar que siempre tuve claro que quería que el mundo de la niñez de Sophie y Jake fuese muy distinto a aquel en el que se encuentran nuevamente en su adultez porque ellos también han cambiado mucho, y esa nueva ciudad es para ellos un descubrimiento tan importante como el que significa conocerse una vez más el uno al otro. Si bien Nueva York es un lugar muy visto en la literatura, quise mostrar el rostro de sus habitantes desde otro ángulo; no tanto el glamour y un ambiente cosmopolita, sino solo el hogar de personas que viven el día a día lo mejor que pueden, como hacemos todos. En cuanto a Salt Lake, me enamoré de ese pueblo en cuanto empecé a leer acerca de él y sabía que sería el lugar perfecto para el inicio mágico de esta historia de amor.

- Jake es un personaje que nunca duda y nunca actúa de la forma en la que cabe esperar. Sophie es un personaje que se guía por su corazón y tiene buena cabeza. Los personajes tienen muchas más cualidades. ¿Te basaste en alguien para elegir la forma de ser de cada personaje? ¿Te costó más dar forma a la razón o al corazón?

Creo que en un mundo ideal el corazón y la razón van siempre de la mano, pero claro, no vivimos en un mundo ideal y tanto Sophie como Jake son el ejemplo de ello. Lo más difícil fue encontrar un balance que resultara creíble para el lector porque pienso que tanto el corazón como la razón están siempre presentes en todos y a veces uno gana la partida en detrimento del otro, incluso dejar que uno de ellos tenga el poder puede meternos en problemas, y considero que eso es normal; lo importante, y eso lo vemos en los protagonistas, es que son capaces de reconocer si se equivocan e intentan siempre enmendarse. Ambos son únicos y no puedo pensar en nadie que me los inspirara salvo mi ilusión de darles algunos trazos de esos personajes ya míticos que son Peter Pan y Blancanieves.

- ¿Por qué el dolor nos hace o nos suele convertir en algo que no somos?

Considero que, más que convertirnos en algo que no somos, el dolor puede sacar a la luz cosas terribles de nosotros, e incluso llevarnos a desarrollar aspectos de nuestra personalidad que habrían quedado dormidos de haberse dado distintas las cosas. El dolor nos transforma, nos marca; nos lleva por un viaje del que no sabemos cómo vamos a salir.

- ¿Hasta qué punto crees estamos hechos de nuestros recuerdos?

Nuestros recuerdos son parte de nosotros; leí en algún lado que en realidad estamos hechos de ellos. Somos un cúmulo de experiencias almacenadas; de recuerdos bonitos y otros que no lo son tanto; de alegrías y pérdidas, y son, me parece, a lo que nos aferramos en los momentos difíciles con el pasar de los años.

- ¿Crees que decir adiós es rendirse? ¿Cómo sería la vida si dejásemos de decir adiós?

Creo que la vida es un continuo decir adiós, y también que es importante saber hacerlo cuando es necesario. Nos despedimos de lugares, de personas, relaciones; a veces incluso nos despedimos de nosotros mismos, de las personas que fuimos en algún momento, y aunque es duro, porque en realidad a nadie le gusta decir adiós, es también esa capacidad de dar algo por terminado lo que nos permite avanzar; de otra forma permaneceríamos inmóviles sin posibilidad de crecer y no creo que eso sea bueno para nadie.

- ¿Cómo sería nuestra vida, si el corazón reconociese a nuestra alma gemela? (Desde que somos pequeños o adolescentes)

Supongo que sería hermoso. Y aunque a mí no me ha ocurrido, quiero pensar que sí que le pasa a mucha gente alrededor del mundo; personas que se encuentran pronto y ven algo, una chispa, que les dice que están junto a la persona correcta. Es precisamente porque creo en eso que me gusta tanto la novela romántica y por lo que creo historias como las de Sophie y Jake; me ayuda a continuar creyendo en esa magia.

- ¿Por qué nos suele costar encontrar las palabras adecuadas para hablar de personas especiales, momentos únicos o lugares mágicos?

Creo que nos cuesta porque, por una parte, este tipo de cosas no están muy bien vistas, en particular en los adultos; como que la gente tiende a pensar que llegados a cierta edad creer en la magia, en la maravilla de ciertos momentos, puede ser un poco cursi o poco maduro; y por otro, tal vez nosotros mismos nos censuramos un poco en ese sentido al creer que se trata de algo medio irreal que si ponemos en voz alta pierde esa magia que lo hace tan especial para nosotros. Los seres humanos somos muy complicados.

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¿Por qué nos morimos de miedo cuando las cosas son importantes para nosotros y para las personas que queremos?

A veces nos gana el miedo ante la posibilidad de que eso que es tan importante no se vuelva realidad, o que, si lo hace, de alguna manera corramos el riesgo de perderlo. En el caso de las personas a las que queremos, estamos tan desesperados por saberlos felices que, sin pretenderlo quizá, terminamos por inculcar ese mismo tipo de miedo. Desear algo a veces tiene algo de magia y también de maldición porque sufrimos tanto por tenerlo como por el temor a que se esfume de nuestras manos.

- La novela está plagada de diálogos que hablan desde el firmamento, a hadas, duendes y hasta temas tan importantes como son la muerte... ¿Qué diálogos son los que más te ha costado dar forma?

La mayor parte de la novela surgió con mucha naturalidad porque lo que he intentado aquí ha sido plasmar las emociones humanas, ese sentir profundo que encuentro tan interesante en las personas. Yo soy así; siento de una manera muy intensa, y quería que algo similar ocurriera con estos personajes; quise tratar todo tipo de temas porque, al fin y al cabo, son la clase de cosas que atravesamos todos a lo largo de la vida: la inocencia, el desengaño, el dolor, y también la muerte, que nos toca a todos tarde o temprano. Fue muy bonito intentar meterme en el corazón de Jake y Sophie para plasmar esos sentimientos en palabras y procurar que lleguen al lector.

- ¿Qué pasaría si pudiésemos recuperar el tiempo perdido?

¿Quién no quisiera hacer algo como eso? No sé si haya una respuesta correcta. Por una parte, creo que, si eso fuera posible, entonces no creceríamos como personas porque el tiempo no puede recuperarse y eso es lo que debería hacer que nos esforzáramos por ser mejores personas para nosotros mismos y los demás; pero por otro lado la idea es hermosa porque ¿quién no querría poder corregir sus errores y dar marcha atrás como si nada hubiese pasado?

- ¿Por qué nos cuesta poner palabras a nuestros problemas?

Se me ocurren montones de motivos: miedo, vergüenza, el juicio constante de la sociedad, que castiga en lugar de alentar a poner en palabras lo que nos hace sufrir. Y es muy triste en este último caso, porque las personas somos por naturaleza muy duras con nosotras mismas y no nos gusta reconocer nuestra fragilidad; entonces, el ser juzgados desde fuera solo incrementa todas esas emociones negativas que a la larga nos hacen tanto daño. Y, sin embargo, si algo he aprendido a lo largo de mi vida, y también gracias a escribir esta novela, es que llega un momento en el que tenemos que pararnos bien firmes, vernos a nosotros mismos y reconocer esa fragilidad; abrir el corazón y hablar de lo que nos tortura sin importar lo que digan los demás. Porque es nuestra vida, y debemos ser los primeros en defenderla.