Para empezar háblanos un poco de ti para que la gente te conozca. Gustos, hobbies, estudios...
Soy una persona curiosa, me gusta viajar y perderme. Trabajo de logopeda en la escuela pública. He estudiado pedagogía terapéutica y he hecho cursos de dramatización, lectura pública… He teatralizado muchos textos propios y ajenos, he participado en montajes pluridisciplinares llevando poesía a escena. También he tenido un papel en el cine, en la película Ventre blanc.
Me interesan muchas cosas, entre ellas la fotografía, leer un buen libro, caminar. Soy muy observadora, intuitiva y no me importa correr riesgos si tengo un sueño que cumplir.
-Ya habías publicado con anterioridad, pero nunca una novela, ¿qué te hizo lanzarte?
Escribir una novela requiere un esfuerzo y constancia considerable. Todo tiene su momento. Después de una larga trayectoria en el relato breve, el cuento y la prosa poética, decidí que estaba preparada para ello.
-Además has obtenido un premio con esta novela, el XIV Premio Néstor Luján de novela histórica. ¿Cómo te sientes? ¿Crees que crea expectativas a los lectores para que una segunda novela sea igual o mejor?
Me siento feliz, agradecida y con mucha responsabilidad. Imagino que es inevitable crear expectativas, pero acepto el reto. No solo de cara a mis lectores y lectoras, también en relación a mi misma.
He viajado a la parte Occidental. Hay paisajes que te dejan una huella indeleble, pero no es suficiente con su observación, es necesario que vibren como sólo lo pueden hacer en la ficción. He visitado la Capadocia y la considero un lugar increíble, pero hay que hacer un esfuerzo para recrear la vida en cada agujero de los doce niveles bajo tierra. Se precisa recopilar información y someterla a estudio para que se lleve a cabo el milagro de construir una ciudad subterránea y poder olerla, sentirla bajo los pies.
Para narrar la parte Oriental visioné muchas películas, tenía colgadas fotografías de paisajes rodeando mi lugar de trabajo y viajé a Paris. Allí, en el Museo Guimet de las artes asiáticas recopilé información y tome muchas notas que fueron definitivas. Es un lugar donde conservan pequeñas estatuas, herramientas cotidianas con las que puedes reconstruir la China de aquella época.
-Parece que el tema del Imperio Bizantino te apasiona. ¿Cómo te surgió la idea del argumento del libro?
Es un periodo poco estudiado y que nos enseña muchas cosas. Después de leer Seda de Alessandro Baricco y los viajes de Marco Polo, se me ocurrió investigar el momento en que empieza todo, ese primer viaje en el que todavía no saben cual será el hallazgo que desvele el secreto de la seda.
La historia cuenta que fue en el s VI y que los artífices de la hazaña fueron dos monjes nestorianos. Me apasionó el tema y, cuando esto ocurre, ya no es posible dar marcha atrás.
-El libro es ficción a la par que histórico, ¿te resultó difícil encajar lo histórico correctamente, no cometer fallos de nombres, lugares...?
Sinceramente, no fue fácil al principio, pero me tomé el tiempo necesario para entrar en el universo que iba construyendo. No dejé que la información fuera en detrimento de la trama, dejé que fuera haciendo poso hasta sentir que jugaba a mi favor.
Evidentemente consulté a especialistas en el tema y, en último término, hubo una revisión posterior por un historiador especializado.
-El personaje que más me gustó fue Úrian, quizás por ser el protagonista ¿Alguno de tus personajes o sucesos están basados en la realidad, en algo que te haya ocurrido?
¡Es más que probable! Lo que no seria tan sencillo es separar matices, realidad y ficción. Borges decía que en los recuerdos, a través de la memoria, se confunde todo aquello que hemos vivido con lo que hemos soñado, leído, visto…
En todo caso el viaje cómo metáfora de vida, el camino cómo maestro también forma parte de mi manera de entender el paso de los personajes por el mundo.
-¿Que dirías si te propusieran llevar al cine tu novela?
Les felicitaría por la elección ;-)
Soy de las que pienso que cuando una novela se lleva al cine hay que dejar hacer. Son artes hermanas pero diferentes y las intromisiones no son ni buenas, ni deseables. El cine tiene su propia manera de mostrar, un lenguaje propio que necesita libertad creativa.
-¿Hay algún proyecto nuevo en mente? ¿Cuál?
Siempre hay proyectos en mente, cuando deje de haberlos habré envejecido y es algo que no tengo contemplado, por el momento.
Estoy finalizando una novela juvenil y trabajando en la segunda de adultos que me tiene atrapada. ¡Escribir crea adicción!
-¿Tienes algún libro o escritor favorito? ¿Te has inspirado o basado en ellos para tu escritura?
Tengo muchos y muy variados. Antes de escribir siempre busco en mi estudio un libro que me ayude a entrar en mí obra. No siempre es el mismo, depende del ritmo narrativo que busco, de la temática…
Italo Calvino y sus “ciudades invisibles” fueron decisivas para ajustar la voz de La princesa de jade.
-Selecciona un fragmento o frase del libro que te atraiga especialmente.
“Viajar es descubrir a cada paso todo aquello que hemos dejado atrás.”
-Y finalmente, anima a los lectores a leer tu libro.
¿A quien no le gusta viajar? ¿Quien es capaz de resistirse a andar de la mano de personajes que le conducirán a tierras lejanas y a aventuras dignas de Las mil y una noches?
La princesa de jade persigue todo eso: entretener, pero también dejar un poso de belleza en el imaginario del lector, una perla de sabiduría en su alacena particular, una reflexión para cuando quiera regresar a ella.
Mucho antes de La Ruta de la Seda que nos narra Marco Polo, unos monjes nestorianos acompañados de una pequeña comitiva se enfrentaron a sus propios límites para hacer realidad el deseo de la emperatriz Teodora, pero también persiguiendo sus propios sueños. Acompañarlos en tan gran hazaña es lo que te propongo.
¡Que tengas un buen viaje!