Entrevista a Fernando de Artacho

Publicado el 08 abril 2015 por Fesaro

Hace unos días publique la reseña  del libro sobre la vida de Blas de Lezo, El almirante Mediohombre, la cual podéis leer aquí y no hace mucho tiempo, tuve la oportunidad de hablar con su autor, mi paisano y tocayo Don Fernando de Artacho, conocido escritor sevillano con el que me cité en un lugar ya habitual de de encuentros literarios como es La Mercería Café, en la c/Regina.
En un ambiente familiar y con un autor tranquilo, afable y que invitaba constantemente a hacer nuestra la entrevista y a preguntar sobre su novela, mantuvimos una charla muy animosa de la que pudimos salir reforzados en nuestra satisfacción por su novela, y de paso nos llevamos un saco de anécdotas y curiosidades tanto de Sevilla, como de diversos personajes históricos.
Libros en el petate: La pregunta es obligada por qué Blas de Lezo.
Fernando de Artacho: 
Blas de Lezo era un personaje que yo conocí hace bastante tiempo, pero me decidí a investigarlo más al conocer a un experto colombiano que era un gran admirador  su figura y estuvimos intercambiando información y al cumplirse este año su aniversario he decidido rescatar un libro cuya idea nació hace seis años. Con motivo de este aniversario se han publicado muchas novelas sobre la figura del almirante pero una gran parte hablan del tema de Cartagena pero Blas de Lezo era un héroe desde los dieciséis años, un hombre al que el rey llamó a su servicio debido a sus  hazañas.
Leyendo la novela cuesta pensar que haya hombres así, cuanto de ficción y de realidad hay en su libro sobre la figura del almirante.El heroísmo de Blas de Lezo era mítico, un hombre arriesgado, sin miedo a nada, siempre en primera línea de combate y esto lo demuestra que teniendo la posibilidad de estar en la corte junto al rey el eligió estar junto a sus hombres  luchando y sus mutilaciones son prueba de ello. Era un hombre que estaba hecho para la guerra, servir al rey y a Dios.Las mutilaciones ha sido siempre para los militares como medallas siempre y hasta hace poco los militares llevaban en sus uniforme condecoraciones por sus mutilaciones de guerra.
Me ha gustado mucho la parte de su novela que se desarrolla en Sevilla y no puedo por más que comentarle que Sevilla en la época de la carrera de Indias debía ser un lugar idóneo para el germen de historias.Es apasionante Sevilla, pero no sólo en el sigloXVIII, en el XVII o en el XVI encontramos santo oficio, epidemias y argumentos para un sinfín de historias más.
Los diálogos y el trato que hay entre los personajes, son un tanto caballerescos, los ha querido reflejar así o realmente esa era la forma de expresarse de la época.Era así, yo he traducido muchos documentos y eran así. Un trato correcto incluso en los enfrentamientos, cuando se enfrenta el almirante con el padre de su amiga, es un trato correcto, elevando la voz y las amenazas claras y directas “guardad la espalda porque la espada solo se debe sacar en defensa del honor, de Dios y del Rey”.
Me gustaría saber su opinión, de Blas de Lezo, conocemos las calles, plazas que llevan su nombre y algo de su historia pero no cree usted que esto luego no se plasma en la enseñanza.
No, no se plasma en la enseñanza en ninguno de sus grados, de Blas de Lezo estamos conociendo muchas cosas, y ahora porque es su aniversario.  Desgraciadamente la figura de Blas de Lezo no es un caso aislado, Puedo ponerte de ejemplo la figura del Conde de Gálvez que fue uno de los artífices de la independencia americana mucho más que Lafayette. El español es muy desagradecido y gracias a Dios Blas de Lezo está siendo recuperado pero hay muchas figuras muy importantes olvidadasDa la sensación de que España no quiere a sus hijos, parece que no gusta recordar los logros y si conmemorar los desastres.
Es increíble, este es el último año que celebramos el triunfo de España contra Napoleón pues resulta que los propios españoles se empeñan en recordar la batalla de Trafalgar que se perdió, no por culpa de los españoles porque Churruca y Gravina eran grandes almirantes sino por culpa del almirante francés que era un inútil. Conmemoramos una batalla que hemos perdido siendo aliados de los franceses y no hemos conmemorado todos esos triunfos militares que tuvimos contra Napoleón en la celebración del aniversario de la guerra de la independencia.Un absurdo porque tanto ingleses como franceses llevan a gala sus victorias. Sin ir más lejos en el epitafio de Vernon pone “Conquistador de Cartagena hasta donde le dejaron” cuando fue derrotado, humillado y destrozado.La batalla de Cartagena fue la flota más grande que ha cruzado el océano y ha desembarcado hasta el desembarco de Normandia. Vernon tenía un odio visceral hacia los españoles, decía que era un grupo de borrachos y harapientos. El se enfrento a unas fuerzas muy inferiores en número en Cartagena y salió derrotado. Hay que tener en cuenta que en aquella época los hombres no solían morir directamente por los disparos de las armas, sino más bien por las infecciones que las balas producían en las heridas. En mis investigaciones  he encontrado un estudio de un especialista en armas donde ya indica que en el siglo XVII ya se medito volver a utilizar la ballesta ya que era un método para matar al enemigo más eficaz que las armas de fuego.Una curiosidad, sus personajes Martín de Sepulveda y Diego de Zuñiga no hemos encontrado nada sobre ellos, son personajes de ficción.Son inventados, yo he cogido una historia paralela para hacer una novela más agil. Martin de Sepulveda, un estudiante díscolo, enamorado de una dama de la alta sociedad le lleva a tomar un camino en la vida que le llevara a ser quien fue. Diego de Zuñiga será su gran enemigo de juventud el cual su destino se verá ligado estrechamente a Martin.Lo que no es ficción son los hechos históricos y la narración de las batallas que se describen en el libro, son ciertas las escaramuzas, el episodio de la peste negra, que muchos murieron contagiados. Blas de Lezo era un hombre muy inteligente y supo aprovechar las dificultades del terreno para que jugara a su favor.  Los ingleses sufrieron  doce mil bajas y los españoles en torno a cuatrocientas.
La figura del almirante Blas de Lezo me ha cautivado en su novela, con esto me asalta una curiosidad, si extrapoláramos  un personaje como él a nuestro tiempo, podría tener cabida. Ahora mismo no, un hombre de ese talante es difícil, hoy en día sus valores suenan antiguos a fuera de lugar, no  le encuentro lugar en la actualidad.La personalidad caballeresca  que tenían los españoles en un tema tan candente en el libro como es la guerra contra Inglaterra, les perjudico en cierta medida frente a unos ingleses sin escrúpulos. Los españoles tenían al honor, Dios y el rey por encima de todo y eso ha estado hasta hace poco, yo recuerdo haber oído hablar a las señoras que estaban en mi casa que su familia había servido al rey. Son ideales que se pierden y más en las ciudades  que en los pueblos. Hoy en día hay personas en los pueblos que tienen un señorío  natural sin tener estudios, que ya lo quisieran los más educados de cualquier ciudad.
La mala prensa siempre se ha cebado con España. Es curioso como el rey de Inglaterra ejerce una censura contra España llegando a amenazar con cárcel al que hablara o publicara algo sobre el desastre de Cartagena. Pero el primero que habla mal del español es el propio español. Cuando Blas de Lezo muere, si no llega a suceder dicha muerte, Blas se hubiera enfrentado a un tribunal militar porque Eslava lo quería acusar. Eslava era una familia poderosa, tenia miembros en los consejos de Hacienda y similares de la época.
Hablando de la estructura de la novela, su inicio es demoledor, sabe atraparnos desde sus primeras páginas y sabe conjugar muy bien los datos históricos que más allá de resultar farragosos, lo condimenta espléndidamente con una aventura magistral. Cuesta trabajo dentro del rigor histórico no dejarse llevar por esa acción en las aventuras.
Claro, desde mis las primeras páginas yo intento enganchar al lector y evidentemente intento reflejar cómo era la acción, estudiando mucha batallas navales y la forma de combate de la infantería española. Tenía una fama terrible, era temible, en el momento en que los garfios españoles volaban, el enemigo temblaba, eran autenticas máquinas de guerra. Decían los franceses que el español era villano porque esgrimía espada y puñal, y ya algunos barcos se rendían antes de entablar cuerpo a cuerpo con los españoles.La novela cuenta con unos personajes que son auténticos paladines, cuesta trabajo pensar entre tanta burocracia, trapicheo y corrupción que un imperio como el español en ultramar pudiera sobrevivir  tanto tiempo si no es por hombres que lo sustentaran del estilo de  personajes como los  descritos en su libro
La corrupción se ha dado siempre en todos los imperios y en todos los sitios, pero ha habido grandes hombres que han hecho de su vida una entrega y un sacrificio para  sus ideales. Lezo va la primera vez al Caribe para acabar con la corrupción y el contrabando de los ingleses. Yo siempre he dicho que España no tenía colonias sino provincias españolas de ultramar y estas eran totalmente patriotas y se defendían directamente como territorios españoles.Existe un fin pedagógico al a hora de escribir este libro.Por supuesto, yo quería que Blas de Lezo se conociera. Hace poco se presento un libro en un cuartel militar cuyo autor era un coronel y en dicho evento se crítico mucho a los novelistas y se defendió la figura de Eslava por encima de Blas de Lezo.  Al finalizar el acto di mi opinión, que no era otra que dar a conocer la obra de Lezo en una novela porque un libro como el que se presentaba allí vendería por poner una cifra unos quinientos ejemplares, en cambio una novela podían leerla miles de lectores.


Sólo me queda agradecerle su tiempo, la oportunidad de haber disfrutado de su obra y su clase de historia particular.Gracias a vosotros por vuestro interés.