Entrevista a Francie Cate- Arries autora de: Culturas del exilio español entre las alambradas

Publicado el 08 marzo 2012 por Anthropos-Editorial @AnthroposEd
1. Culturas del exilio español entre las alambradas…¿Qué propone esta obra?Propone dar a conocer el extraordinario legado cultural producido por los defensores de la España constitucional de la II República, encerrados tras la guerra civil en campos de internamiento.  El estudio reivindica su discurso comprometido con la justicia socialfrente a la derrota y las infrahumanas condiciones que vivenresaltando así la continuidad cultural de valores democráticos que se puede trazar entre los refugiados de 1939 y los ciudadanos de la España contemporánea.2. ¿Por qué la memoria cultural de los exiliados españoles en los campos de
concentración en Francia no ha recibido más atención de la crítica como la
que se ha dado en los campos nazis?
Hay que ubicar esta memoria en su contexto histórico, a partir de1945, cuando la amplia diseminación pública de imágenes y testimonios de los supervivientes de los campos nazisde exterminio, a diferencia de los campos franceses— se acompañó de los juicios de Núremberg. Los mismos Aliados que derrocaron a Hitler, se interesaron en propagar la difusión y el estudio de la historia de los campos, prueba incontrovertible del Mal encarnado en el régimen recién vencido. Asimismo, la Francia de De Gaulle se mitificaba como la sede de la Resistencia contra los nazis, y se callaba la verdad de la Francia colaboracionista (o no-intervencionista) con los poderes fascistas. ¿Quiénes iban a imputarles a las autoridades francesas los abusos perpetuados contra los refugiados españoles, o interesarse por la historia de estos perdedores, sobre todo cuando Franco seguía en el poder?
3. El éxodo masivo en los campos, dice usted, “fue momento de ruptura
cultural y desposesión política”, sin embargo se originó un proceso de
reconstrucción cultural y política: ¿cuáles fueron las claves para entender
ese proceso?
La herencia de la España heterodoxa, progresista y laica, cuyos partidarios se comprometían con los ideales de la cultura y la educación como herramientas en la lucha por la mejora social, se hizo patente en los campos. El mismo espíritu que inspiró las 'casas del pueblo' o las 'misiones pedagógicas' de la pre-guerra, se transportó a los 'barracones de cultura' donde se organizaron actividades artísticas, educativas, y políticas que les ayudaron a los internados a aferrarse a su identidad política como activos agentes de su propia historia, capaces de luchar por el cambio.4. Esos campos de concentración fueron lugar para la subversión cultural y
política: ¿cómo se llegó hasta ahí desde la situación de perdedores que padecían?
Miles de refugiados llegaron a los campos con el uniforme puesto, directamente de las trincheras de la guerra. Por la fuerza, tuvieron que abandonar los fusiles en la frontera, bajo la vigilancia de los gendarmes. Pero una vez superado el asombro de su nueva condición entre alambradas, muchos compañeros de combate se animaron a mantener la solidaridad de luchadores, sin poder imaginarse nunca que se tardaría tanto la soñada 'reconquista' de la España democrática.