Hace casi un año que no hemos podido tener entrevistas debido a todo el jaleo, pero para este 2019 tenemos la intención de retomarlas. Así que como primer escritor del 2019 viene desde tierras valencianas.
José Luis Fernández Juan (Valencia) es escritor y profesor en el Colegio de Ntra. Sra. del Pilar de Valencia. Posee las licenciaturas de Filología Valenciana y Filología Hispánica en la Universidad Literaria de Valencia. Ha escrito dos libros, «Pinceladas de Harmonía» en 2014 y «El Diccionario de JLFJ», en 2017, ambos con un estilo propio e innovador.
¡Espero que disfrutéis de las más que interesantes respuestas de José Luis!
Pregunta.- Muy buenas tardes y bienvenido a nuestra primera entrevista de 2019. Así, a modo de calentamiento, ¿podrías presentarte para nuestros lectores?
Respuesta.- José Luis Fernández Juan. Artista. Profesor a tiempo total y escritor a tiempo parcial. De momento llevo dos libros en el mercado: “Pinceladas de Harmonía” y “El diccionario de JLFJ”. También he colaborado en diferentes producciones artísticas asumiendo autoría o compartiéndola.
Entiendo el arte como un todo conceptual, humorado y fresco. Mi inspiración no ajusta a un centelleo regalado sino a mi forma de ver el mundo. Manejo la educación como una sensible pistola cargada de futuro. La cultura ha de ser el resorte recuperador y la enseñanza el muelle cargador que faciliten el disparo del magisterio por nuestra sociedad.La belleza del arte da sentido a nuestra existencia. Entiendo el arte como una reivindicación de lo imprevisto. La sensibilidad que nos aporta el arte nos acerca a la heterodoxia como forma de cuestionamiento de lo disfuncional.
No tengo miedo al vacío. La voluntad de querer mejorar es la única vía de crear un entorno más habitable. Creo en la vida y en su registro de voces dispares.
P.- Debido a su formación humanista y a su condición de licenciado en Filología Valenciana y Filología Hispánica, el mundo literario le es muy afín. ¿Pero desde pequeño ya sentía las ganas de escribir o es algo que ha ido germinando con el paso de los años?
R.- Siempre me ha seducido la combinación de la verdad con lo onírico como modo de descubrir secretos que latían entre los sosiegos.
Leer obras con juegos lingüísticos me ha llevado a escribir textos con flujos de imágenes que se aproximan al arte pictórico. Pintar cuadros con palabras de colores vivos me aboca a una querencia de innovación persistente.La relectura de la obra es el objetivo natural que busco y que nace de mi formación humanista. Romper con los esquemas tradicionales lleva a entender que en el arte se hallan componentes morales, emocionales e intelectuales que tenemos que hacer nuestros.
R.- “Pinceladas de Harmonía” es una alegoría, en conflicto con la significación, que nos presenta una sociedad con significados espirituales de primer orden. Sus personajes comparten emociones y anhelos. Con los deseos podemos llegar hasta ellos; con la reflexión podemos aprender de ellos.
Las aventuras de los habitantes del pueblo de Harmonía nos divierten por sus zumbidos latentes de inteligencia emocional. Estos personajes huyen de la polaridad dialéctica y se acercan a la creación particular desde el amalgamiento de nuevas subjetividades.
“Pinceladas de Harmonía” quebranta el discurso lingüístico para facilitar la introspección del lector. Espantando clichés podemos renovar la humanidad: Arcadio como hortelano, Régulo como carpintero, Fidriana como juglaresa, Yalinka como empresaria, Petronilo como ornitólogo o Daristóbulo como cuentacuentos difunden un estilo de vida con ideas auténticas, solidarias y motivantes.
P.- ¿Con qué tres palabras definirías la obra?
R.- Experimental, poliédrica y lúdica.
P.- A lo largo de la lectura, me dio la sensación de estar delante de un cuadro en el que se narraban fragmentos del mismo. ¿Es un efecto que buscabas desde el inicio o que fue cogiendo forma a medida que la novela se escribía?
R.- Desde que comencé a crear el universo de “Harmonía” intenté trasladarle la complejidad formal de los cuadros de Dalí. El fondo narrativo; sin embargo, es menos absurdo de lo que aparenta; bendice ideales de libertad.
Trascender la obra a base de recovecos pictóricos me facilitaba crear las imágenes que buscaba para llegar a la idea más independiente e ilusionante: los sueños pueden vencer a la razón.El exuberante cuadro de “Harmonía” fue cobrando forma a base de pinceladas noveladas de celebración. Cada capa de escritura desmonta roles convencionales aportando imaginación y frescura.
P.- Cualquiera que solo observe la portada pensaría que es un libro infantil, pero tiene una lectura más que profunda de la que se pueden obtener numerosas enseñanzas, sin olvidar su riquísimo y poco habitual léxico. ¿Qué edad o qué tipo de lector crees que puede disfrutar completamente con la obra?
R.-“Pinceladas de Harmonía” no es una obra de hojeada sencilla. La adecuación de su lectura más que de la edad dependerá de los gustos, del desarrollo intelectual y de la voluntad de conocimiento del leyente.
Un lector adolescente inquieto, emotivo o con inquietudes sociales ya podría iniciarse en su lectura. Además tendría que sentirse atraído por la ludolingüística y por la plenitud poética de las figuras literarias. Estos cinco serían algunos rasgos básicos de un potencial lector estándar de “Pinceladas” en cualquier etapa de vida. La exploración de la sonrisa ,sexto rasgo, también ayudaría a cumplimentar un teórico perfil de lector que disfrute de la obra.
P.- ¿Quiénes son tus referentes literarios? ¿Está tu obra influenciado por ellos?
R.- Admiro a tantos escritores…Tengo tantos referentes…Cualquier gran autor, cualquier gran libro te deja poso consciente o inconscientemente. Podría comentarte algunos: Ramón Gómez de la Serna, Javier Tomeo, J.R. Jiménez, Luis de Góngora, Francisco de Quevedo, Enrique Jardiel Poncela… Todos buscan una nueva forma de crear literatura. Todos son agudos y originales. Yo, como ellos, también apuesto por la renovación y la experimentación. La influencia de mis referentes en “Pinceladas de Harmonía” es obvia.
P.- Como he comentado anteriormente, la obra ha alcanzado la 4º edición en la editorial Círculo Rojo. ¿Crees que tiene cabida en grandes editoriales?
R.- Las grandes editoriales apuestan por libros que garanticen un nivel de ventas que logre que el producto resulte rentable. El negocio se envuelve de emoción estética pero cada ejemplar sigue sus propios pasos.
“Pinceladas de Harmonía” ha conseguido la 4ª edición por canales alternativos a los circuitos comerciales habituales. El que “Pinceladas de Harmonía” tenga cabida en una editorial potente dependerá más de planteamientos económicos que artísticos. Convenciones establecidas. Nada que objetar.
P.- En 2017 publicaste «El diccionario de JLFJ». ¿Estás trabajando en un nuevo libro?
R.- Estoy escribiendo la 2ª parte de “Pinceladas de Harmonía”. Personajes como Luana, Cynthia, Benicio, Lisardo, Druso o Aridany necesitan el espíritu en expansión de más pinceladas de colores vivos. Las densidades y cromatismos de sus ocurrentes trazos garantizan el canto a la celebración de la vida.
Los lectores me han insistido en la continuidad de las pinceladas estos adorables personajes; y yo me debo a ellos. Donde terminan ellos empiezo yo.
R.- La novela histórica. Para mí mezclar argumentos ficticios con personajes y eventos no ficticios es rozar la invisibilidad. Este subgénero del realismo es antagónico a la prosa poética de “Pinceladas”.
La representación exacta y detallada de una sociedad y de sus personajes me resulta extremadamente funcionarial. Nada motivante. Prefiero blandir la realidad trabajando los juegos verbales como metáforas del transcurrir.
P.- A modo de conclusión, tu libro es un claro ejemplo que no hace falta escribir de forma tradicional o una novela de acción-romance juvenil para tener éxito. ¿Qué consejo le darías a alguien que tenga una historia que contar y no se atreva, ya sea porque piense que no va a gustar o que hay muchos iguales en el mercado?
R.- Que siempre sea fiel a su estilo. Un escritor de pro ha de huir del negocio como imperativo, si eso significa que ha fidelizar a su entorno escribiendo contra natura. Los cantos de sirena del mercado ni te han de fluir ni te han de influir. Si te fundes en el todo, te disuelves en la nada.
Lo que vende no es un valor absoluto. El paisaje literario puede tener tantos espectadores como lenguajes propios. No podemos traicionar nuestra esencia condicionados por factores externos. Un escritor tiene que legitimar su valor literario dándole la esencia de tu honestidad. No ha de haber concesiones en la metodología. El escritor tiene que sentirse libérrimo. La elegancia propia es una virtud a la que nunca debes renunciar.
P.- Y hasta aquí la entrevista. Muchísimas gracias por tu tiempo y espero de veras que la novela llegue al máximo numero de personas porque merece la pena.